El llaryorismo quiere sacarle el jugo a las obras y fondos puestos en la zona norte del departamento Colón, y en especial en el Festival de Jesus María, y de paso amortiguar el impacto de los reproches rurales locales por el “costo Córdoba”, y entre ayer y hoy mandará al área a varios funcionarios de confianza del gobernador Martín Llaryora. La secuencia comenzó el jueves pasado con la presencia de Martín Llaryora en Colonia Caroya y en la apertura informal del festival de la Doma. Ayer estuvieron el ministro de Cooperativas y Mutuales, el caroyense Gustavo Brandán, y los legisladores provinciales Miguel Siciliano, jefe del bloque oficialista, y Abraham Galo, que está cuasi instalado en la zona. Los dos legisladores juegan en tándem en el oficialismo y en la Legislatura. Si el primero se convierte en candidato a diputado nacional de Hacemos Unidos, y las giras por el interior provincial podrían ser parte de su instalación, va a impulsar a Galo, oriundo de Unión, para que lo reemplace en la jefatura del bloque. Pero de elecciones o de armado no van a hablar más (por un tiempo) luego del conato de instalación de Siciliano: que las discusiones de “casta” por armado, listas y acuerdos las tengan Luis Juez y Rodrigo de Loredo, relajan. “Lo nuestro es la gestión”, repiten como un mantra.
Hoy miércoles la recorrida quedó a cargo de la ministra Laura Jure, ministra de Desarrollo Social y Promoción del Empleo y Paulo Cassinerio, secretario y viceministro de la cartera y del titular de Turismo, Darío Capitani. Brandan, que juega de local, se queda. Va a estar la vicegobernadora Myrian Prunotto, que repite gira porque ya estuvo el viernes cuando hizo de anfitriona de la vicepresidenta Victoria Villarruel.
La Provincia montó en el perifestival una serie de actividades vinculadas a los ministerios con la intención de aprovechar la presencia de millares de personas circulando en las calles. Los funcionarios y ministros bajan con la idea de “vender” la gestión cordobesista y de paso a enrostrarle a los haters de la Sociedad Rural del noroeste que los impuestos se pagan bien.
Más allá del operativo, para el Panal es momento de insistir con el departamento Colón por la ventaja que da la seguidilla de traspiés que vienen teniendo los intendentes de la oposición en el departamento más importante electoralmente después de Capital. En Mendiolaza, la intendenta macrista línea Guillermo Dietrich, Adela Arning, no logra contener la crisis política de su localidad. En Villa Allende, Pablo Cornet, también del PRO macrista, acaba de ser “retado” en público por la gente de La Libertad Avanza y tuvo que guardar su proyecto más importante, el cierre nocturno de calles para resguardar seguridad.
El oficialismo dice que se puso mucho en la zona, que está recibiendo la inversión en obras provinciales más importante de la historia y que sería un crimen no estar presente y mostrar y ejercer el gobierno en pleno festival. “La provincia ayuda al festival y el festival rinde, hay que estar presente”, remarcan. Desde Prensa, por las dudas alguno no lo vio, reiteraron la información de los 300 millones de pesos en Caroya para la obra de acceso norte, que se suma a otra cifra igual puesta el año pasado para infraestructura, con recursos del Fondo Complementario de Obras de Infraestructura para Municipios, Comunas y Comunidades Regionales.
No es casual porque el llaryorismo asegura que su principal activo para ir a la reelección en 2027 es la gestión. Es lo que el sanfrancisqueño va a seguir empujando, con el impulso de un cierre de año (dicen en el Panal) mucho mejor que todo lo que suponía a comienzos del 2024, con media provincia en contra y una prematura pelea con el presidente. En ese marco, ya no relativizan la importancia de las legislativas de medio término para el proyecto de poder de Llaryora sino que hablan de “resultado digno” sabiendo que Javier Milei tiene mediciones sorprendentes en la provincia.
CON INFORMACION DE DIARIO ALFIL, SOBRE UNA NOTA DE BETTINA MARENGO.