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Javier Milei sueña con un gran frente electoral en la madre de todas las batallas

OPINIÓN Pablo Lapuente*
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"Es con todos". El eslogan del FdT de 2019 es utilizado en la Casa Rosada de Javier Milei con ironía para resumir la estrategia que utilizarán en la provincia de Buenos Aires: LLA piensa conformar un gran frente con el PRO, la UCR y el peronismo inorgánico para ganarle al kirchnerismo en el principal bastión electoral del país.

La táctica bonaerense del oficialismo se diferencia de las que diseñarán para el resto de las jurisdicciones. Un caso es el de la Ciudad de Buenos Aires. En el terruño macrista, la administración libertaria da por seguro que junto al PRO -compitiendo por separado- podrán desplazar al peronismo a un tercer puesto cómodo que les permita quedarse con las tres bancas del Senado: dos para el oficialismo y la otra, por la minoría, para el macrismo.

Del otro lado de la General Paz, en cambio, el mileísmo admite que necesita confluir en un gran acuerdo que se sintetice en la conformación de listas legislativas conjuntas o, al menos, en incentivar boletas peronistas paralelas que debiliten al PJ orgánico, cuya lapicera está disputando Cristina Fernández de Kirchner.

Con la implementación por primera vez en la historia de la boleta única de papel, cuyos efectos todavía son inciertos, en Balcarce 50 ya reconocen que están en diálogo con macristas, radicales e, incluso, con intendentes enfrentados al Instituto Patria para avanzar en este sentido. "Vamos a ir juntos en una lista en la que, por supuesto, La Libertad Avanza tendrá el control de la estrategia", confió a Letra P una fuente de consulta diaria del Presidente.

La Casa Rosada y la cantera de candidatos bonaerenses

Con el desinterés de Karina Milei de integrar una boleta, la mesa chica presidencial evalúa que la lista en el principal padrón electoral del país lo encabece alguien extrapartidario. Mencionan los nombres de Cristian Ritondo o Diego Santilli, ambos dirigentes amarillos tienen buen diálogo con el entorno libertario y son claves a la hora de blindar los dos vetos presidenciales. En menos grado aparece José Luis Espert, que si bien mide bien en las encuestas, es observado con desdén y desconfianza por El Jefe por su pasado larretista.

Un cuarto nombre también suele mencionarse con regularidad en el listado oficialista: Diego Valenzuela. El intendente de Tres de Febrero es la espada actual de Patricia Bullrich en la provincia de Buenos Aires, pese a que su figura es resistida con vehemencia en la cúpula del PRO, a tal punto que el presidente amarillo en ese territorio, Ritondo, le hizo saber en persona al asesor Santiago Caputo que era una persona para desconfiar. "Juega a sus propios intereses y los va a traicionar", le dijo el diputado en una reunión reservada que tuvieron el viernes pasado.

Un dirigente violeta con influencia sobre el armado le pronosticó a este medio que no iban a elaborar las listas legislativas en base a dogmatismos políticos o por sugerencias de sectores que hoy están en la oposición. "El objetivo principal es ganarle a Axel Kicillof, aunque todo lo demás lo podemos charlar", resumió la fuente. La frase calza perfecto con la estratégica proclama que repite Caputo cada vez que puede, y que tiene que ver con armar un frente electoral amplio que contemple "todo aquello que está del centro hacia la derecha". Sobre todo en la madre de todas las batallas.

Los puentes en el Congreso, previos a los acuerdos electorales

Fue el propio Presidente quien dio las primeras señales de esta estrategia al meterse en el barro de la política para comenzar a encontrar puntos en común con la oposición dialoguista. Lo hizo con dos reuniones con diputados y senadores en la Casa Rosada, y con la recordada cena en la Quinta de Olivos para los "87 héroes" que lo ayudaron a blindar su primer veto.

Milei habilitó tácitamente a sus principales operadores políticos para sentarse a negociar con algunos de los líderes del PRO, la UCR y el peronismo. Caputo recibió el jueves 3 a Mauricio Macri en una de sus oficinas, en un encuentro gélido entre ambos en el que no compartieron más que un vaso con agua. Pero al otro día, Ritondo visitó al asesor, en una cita con un clima mucho más desestructurado, con whisky de por medio. Todo con la idea de acercar posiciones y blindar el segundo veto de su jefe.

Caputo, además, levantó el teléfono para hablar con el gobernador chubutense Ignacio Torres, y le pidió a Lule Menem que llamara a otros mandatarios (Raúl Jalil, Alberto Weretilneck y Hugo Passalacqua) que ordenaron estratégicas ausencia y abstenciones en el recinto de Diputados este miércoles.

Con algunos de estos nuevos héroes - sobre todo del PRO, el trío del MID de Oscar Zago y los denominados radicales con peluca - el Gobierno quiere llegar a conformar un interbloque, como paso previo a la elaboración de un frente electoral común, sin que eso signifique ceder cargos en la gestión.

El dilema PRO

"No vamos a cogobernar con el PRO ni ahora ni nunca", aseguró, categórico, una fuente inobjetable de la administración libertaria. En el gabinete reconocen que esta definición es uno de los puntos que los aleja de Macri, quien -aseguran- insiste desde hace meses con proponer nombres para sumar al gobierno, como Guillermo Dietrich en Transporte o Javier Iguacel en Energía. Ambos son exfuncionarios de Cambiemos que fueron puestos en la lista negra del triangulo de hierro.

En el PRO tampoco ven con agrado que el jefe del partido proponga siempre los mismos nombres, sin contemplar lo que desean los gobernadores y sus bloques legislativos amarillos.

Con un cogobierno descartado, y un escenario bonaerense todavía en construcción, la Casa Rosada admite - quizá sin quererlo - que La Libertad Avanza es menos competitiva en la provincia de Buenos Aires sin el apellido Milei en una boleta.

 

 

* Para www.letrap.com.ar

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