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Karina lo "limpió" a Llaryora que busca su lugar y teme por el futuro

POLÍTICAAgencia de Noticias del InteriorAgencia de Noticias del Interior
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La sede elegida por Javier Milei para realizar el Pacto de Mayo vive una etapa de revuelo político. Mientras Martín Llaryora busca hacer pie - frustradamente- en la organización del evento, observa con preocupación el futuro de su espacio en las elecciones del próximo año, momento en el que Córdoba renueva 9 bancas en la Cámara de Diputados. Su as bajo la manga podría ser un rol importante para su antecesor Juan Schiaretti. A su favor, el mandatario provincial tiene en frente a un Juntos por el Cambio totalmente desarmado: en su gobierno hay dirigentes de la UCR y del PRO y el resto están sumergidos en una fuerte interna por liderar sus partidos. Sin embargo, su temor pasa por los planes de Karina Milei en su provincia y la posibilidad de una alianza con Luis Juez.

Como en un principio el gobierno nacional habló de hacer el Pacto de Mayo en el Palacio de Justicia, Llaryora se ocupó de acondicionar la zona y hasta planeaba reforzar la seguridad ante la llegada de Milei y el resto de los gobernadores, quienes firmarán el documento de 10 puntos para el desarrollo del país que presentó el Presidente en la Asamblea Legislativa. Sin embargo, 

la secretaria general de la Presidencia decidió no incluirlo en la organización pese a la buena voluntad del gobernador. De hecho, ante las dificultades que se presentaron en el Senado para la aprobación de la Ley Bases, se deslizó la posibilidad de postergarlo hasta junio o julio sin la participación de la dirigencia política y, además, hacerlo en el Cabildo de Córdoba. “Eso ya le pertenece a la Municipalidad”, respondieron desde el entorno del mandatario peronista con cierto malestar por los desplantes.

 
Pero el verdadero malestar en la gestión de Llaryora tiene que ver - como sucede en el resto de las provincias- con la escasez de fondos. Desde la llegada de Milei a la Casa Rosada la provincia tiene frenados los ingresos para la caja de jubilaciones, al Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), los subsidios al transporte y un faltante de 200 mil millones de pesos que llegaban de la coparticipación. “Estamos haciendo un esfuerzo enorme para atenuar las medidas de La Libertad Avanza hasta que se cumpla la promesa del rebote”, protestan en el Panal.

Ante un escenario económico complejo, el panorama para pelear la próxima elección legislativa se complejiza aún más. Históricamente para el peronismo cordobés la pelea por las bancas nacionales es adversa ante la imposibilidad de desdoblar los comicios (como sucede para llegar al Ejecutivo) y la desventaja que encuentra en la disputa con fuerzas nacionales. Para colmo, La Libertad Avanza trabaja a contrarreloj para tener un partido libertario puro en todo el país, que no necesite de otros sellos provinciales. De hecho, hace al menos un mes el Juzgado Federal con competencia electoral habilitó al diputado nacional Gabriel Bornoroni a conformar el partido en Córdoba.

 
En el entorno de Llaryora no descartan que Luis Juez se sume a los libertarios en una alianza. El senador ya dio varios indicios de su apoyo al Presidente en la Ley Bases y hasta se encargó de atacar a Martín Lousteau, líder de la UCR, al vincularlo con el kirchnerismo. El año pasado el titular del Frente Cívico encabezó la lista de candidatos a gobernador en una alianza con el radicalismo, la Coalición Cívica y el PRO y logró una buena cosecha de votos que obligó al peronismo a esperar al escrutinio obligatorio para festejar el triunfo.

Con la economía adversa y los libertarios al acecho, Llaryora cree que el año que viene podrá tener a Juan Schiaretti en la lista. El ex mandatario provincial terminó su mandato con un alto nivel de imagen positiva y, además, sacó 7 puntos como candidato presidencial. Un importante puñado de votos e instalación mediática nacional que el peronismo cordobés no quiere desperdiciar. “Si tiene la voluntad puede expresar un esquema con partidos que no estén con Milei”, justificaron.

En diálogo con este medio, el equipo estratégico del gobernador confirmó que para el año que viene no descartan dar un salto más importante: Schiaretti podría ir como candidato por la ciudad de Buenos Aires. “María Eugenia Vidal y Jorge Macri se han cambiado de distrito sin problema. ¿Por qué no lo podemos hacer nosotros? Es muy difícil que nos den bola desde Córdoba en una elección legislativa”, justificaron.

La desaparición de Juntos por el Cambio

De las 9 bancas que renueva Córdoba el año que viene 3 pertenecen al PRO, 3 a la UCR, 2 al peronismo provincial y uno a Unión por Patria. Con el armado que comenzaron a gestar los libertarios, los partidos que supieron formar Juntos por el Cambio corren mucho más riesgo que el oficialismo local de perder poder legislativo. Hoy en el radicalismo crece el temor por quedar terceros si no plantan una estrategia que les permita formar nuevas alianzas. “Hoy no valemos nada. El año que viene pueden quedar afuera el propio Rodrigo de Loredo y Soledad Carrizo”, deslizaron correligionarios del interior que se observan un futuro incierto para el partido centenario.

Para colmo, la UCR ya sufrió una dura embestida cuando la correligionaria Myrian Prunotto partió con un grupo de intendentes para integrar la fórmula para la Gobernación con Llaryora. Pero podría haber otro golpe más fuerte. Juan Negri, herido por haber quedado afuera del escenario político, estaría negociando hace semanas su pase al peronismo. Tal es así que su padre Mario, histórico referente del partido centenario, guarda un extremo silencio y evita el contacto con la prensa. En el plenario de Villa Giardino, que se realizó el fin de semana pasado, mantuvo en secreto su participación hasta el último minuto y, según los dirigentes que lo vieron llegar, estuvo sólo 10 minutos. “Es un golpe fuerte para Mario. Fue vicegobernador y jefe de bloque muchos años”, comentan en los pasillos del Congreso los radicales que extrañan su rol de armador y tejedor de acuerdos.

Sus (ex) socios del PRO no atraviesan un mejor momento. Llaryora también logró herirlos cuando Javier Pretto se sumó a sus filas para acompañar a Daniel Passerini en la Intendencia de la ciudad capital. Hasta ese entonces era el presidente del partido amarillo y terminó siendo expulsado y reemplazado por Oscar Agost Carreño - actual diputado con mandato hasta el 2025- que Macri busca correr por estos días. Hasta Pedro Dellarossa, quien fue intendente de Marcos Juárez - la ciudad bautizada “kilómetro 0″ por haber sido el primer distrito donde ganó lo que supo ser Cambiemos en el 2014 - hoy se desempeña como ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la provincia de Córdoba.

Tras reasumir como presidente del PRO nacional, Macri busca renovar a todas las autoridades en las provincias, por lo que Agost Carreño tendría los días contados. Los nombres que maneja son el de Soher El Sukaría, quien acompañó en la fórmula para la Intendencia a De Loredo, y Pablo Cornet, el actual intendente de Villa Allende. La UCR también tendrá una renovación de autoridades y todo indica que Marcos Ferrer, jefe comunal de Río Tercero, se quedará con el Comité. Se trata de un hombre de Evolución que, pese a ser un dirigente cercano al jefe del bloque en Diputados, en Córdoba saben que es un hombre fiel al tándem Lousteau-Emiliano Yacobitti.

Pese a la renovación de cúpulas, lo que supo ser Juntos por el Cambio desapareció. Lo dijo la propia Patricia Bullrich ayer por la tarde en un acto en territorio bonaerense: “Teníamos la realidad de una coalición política como era Juntos por el Cambio. Y digo era, porque efectivamente fue”. Al igual que la vicegobernadora de Santa Fe Gisela Scaglia, llamó al PRO a unirse a La Libertad Avanza: “No podemos estar dudando de dónde vamos a estar. Enfrente tenemos enemigos fuertes, pero también tenemos a los tibios que nos joden la vida”.

Con información de Infobae

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