Myrian Prunotto y Facundo Torres ajustan tuercas en la Legislatura para no repetir los errores del debut

Después de la experiencia piloto en las tres sesiones de diciembre, la nueva Legislatura de la provincia de Córdoba mueve sus engranajes para el año político que tendrá, su inicio formal, el 1° de febrero con el primer discurso de Martín Llaryora como gobernador. Sus autoridades, la vicegobernadora Myrian Prunotto y el presidente provisorio Facundo Torres acordaron un paquete de estrategias para evitar los tropezones del debut.

Después de varios reveses, el Partido Cordobés asumió que la composición del recinto -partido en dos mitades entre el oficialismo y la oposición- no permitirá viejas mañas. "Ya no podemos pegar dos gritos para que la leyes salgan", reconocen en el moderno edificio legislativo ubicado a la vera del río, con algo de nostalgia por el pasado reciente.

La dirigente radical-cordobesista mantuvo intensos contactos con "la vertiente pragmática" de la UCR en la Unicameral y otras fuerzas políticas para asegurase el cuórum. Diciembre cerró con camisetas transpiradas en el peronismo porque varias bancadas se negaban a habilitar el debate esgrimiendo variados motivos.

En el bloque boinablanca, que preside Matías Gvozdenovich, conviven dos corrientes, según el estudio de campo de Hacemos Unidos por Córdoba (HUxC). Una, opositora a ultranza; otra, de perfil territorial, expresada por exintendentes, que pretende llevar adelante una construcción dialoguista con el Ejecutivo, pero sin desperfilarse.
“No pueden aplicar el no por el no mismo. Necesitan del gobierno para llevar soluciones rápidas a sus ciudades y pueblos, donde dejaron a sus sucesores o donde tienen fuerte juego territorial”, analizaba a Letra P una alta fuente legislativa.
Prunotto amasa lentamente estos contactos con figuras fuertes del radicalismo del interior. Consiguió bastante: el compromiso de lograr el número legislativo mínimo para dar comienzo a las sesiones.

El cordobesismo, en especial en el período anterior, no renegaba con minucias tan elementales. La mayoría abrumadora con la que gobernó Juan Schiaretti convirtieron a la Legislatura en un trámite parlamentario y obligaron a la oposición al arte del ingenio para marcar agenda.

Medida de anticipación
En el nuevo contexto, con un miembro que se retobe las negociaciones pueden ser eternas. Es por eso que Torres comprometió a Llaryora y a su equipo a no abusar del recurso del efecto sorpresa con la llegada intempestiva de leyes.

Por ejemplo, cuando Llaryora envió el proyecto para aumentar los aportes personales del personal público, varios bloques se enteraron por fuentes sindicales. "Quedaron de cara", se reía un peronista que aprendió de la experiencia.

Como era de esperarse, el malestar se exacerbó y no sólo el interbloque de Juntos por el Cambio no bajó al recinto, tampoco lo hizo la izquierda que tiene como costumbre habilitar el debate, aunque se opone siempre a lo que se trata.

Más comisiones
Otro guiño que el oficialismo amasa para mantener una relación de equilibrio con la oposición es la ampliación del número de comisiones. Son 22 en total, pero la cifra se elevará a 30. Históricamente, la oposición presidía cuatro. En este nuevo esquema, se agregarán más metros de vidriera política.

Las titularidades se debatirán en pocos días, aunque ya está definido el nombre que ocupará la comisión de Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial. Llaryora eligió a Torres para el puesto.

El resto del esquema será material de una rosca que caminará entre los fuegos de la oposición y la bajada de línea de Llaryora de seguir sumando caras a su Partido Cordobés.

Como contó Letra P, el amarillo Oscar Tamis es uno de los nuevos apuntados, pero se tendrá especial atención a quienes no integran el oficialismo formalmente, pero califican de potenciales colaboradores. El peronista referenciado con el kirchnerismo, Federico Alesandri, es uno de ellos. Otro, el libertario Agustín Spaccesi.

Con este combo, HUxC busca darle previsibilidad a una Legislatura dividida, evitar que Prunotto tenga que desempatar cada votación (lo hizo seis veces en tan sólo tres sesiones) y mostrar voluntad dialoguista hacia una oposición que busca su identidad.

La señal de largada la dará Llaryora el primer día de febrero, como es habitual, con una primera intervención que recuperará las líneas del cordobesismo clásico, con la defensa de los intereses de la provincia por encima de todas las cosas.

Ya se escuchaban las apuestas en los pasillos, todavía vacíos de la Legislatura: nadie duda que hablará como un líder que busca proyección nacional y la gestiona.

Con informacion de Letra P.