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Paritaria municipal, la prueba de fuego de Daniel Passerini

POLÍTICA 09/01/2024 Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
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A punto de llegar al primer mes de su gestión al frente de la Municipalidad de Córdoba, Daniel Passerini busca la manera de evitar las situaciones conflictivas que marcaron los inicios de gestión de su antecesor, Martín Llaryora, ahora gobernador de Córdoba. Mientras a nivel provincial el sanfrancisqueño timonea una conflictiva situación con el gremio de estatales, el todavía flamante jefe capitalino teje una relación “cordial” con el potente gremio municipal que supo convertirse en un dolor de cabeza para las últimas administraciones.

Con el secretario de Administración Pública y Capital Humano, Sergio Lorenzatti, como principal interlocutor con el Sindicato Unión Obreros y Empleados Municipales (SUOEM), la gestión cordobesa capitalina ya avanzó con charlas informales que derivarán en los primeros encuentros paritarios que tendrán lugar en la última parte de este mes.

En la municipalidad y en el gremio reconocen que las charlas se dan en un clima de cordialidad que intentará sostenerse cuando los números estén sobre la mesa. Conocen la decisión del intendente que, en concordancia con lo que sucede a nivel provincial, baja como un mandato: los aumentos se decidirán a partir de la recaudación municipal y no en relación a la inflación, como lo establecieron las cláusulas que se dispararon hasta finales de 2023. Al menos ese es uno de los acuerdos que busca imponer el Ejecutivo.


El desafío
Un vocero del sindicato de municipales advirtió a Letra P que la posibilidad de extender los buenos términos en los que comenzó la relación con la gestión Passerini se definirá “al momento de la tratativa”. Por ahora, no hay fecha prevista para un primer encuentro, pero la organización que nuclea al sector trabajador augura que las definiciones empezarán a sucederse en las próximas semanas.
Hasta el momento, han tenido dos reuniones con Lorenzatti en las que pudieron avanzar en una serie de aproximaciones básicas respecto de las intenciones de ambas partes. En el oficialismo se ocupan de hacer saber que esos encuentros datan de antes del 10 de diciembre, cuando Passerini empezó a definir a su equipo de gestión.

“Como siempre, nuestro objetivo en una tratativa salarial será resguardar el salario real. En una primera instancia apostamos al diálogo y a la búsqueda de opciones y consensos para llegar a ese objetivo”, dice la organización sindical que tiene como principal referente a uno de los dirigentes más emblemáticos de la política cordobesa: Rubén Daniele.

El duelo
La ajetreada agenda nacional y los conflictos que invadieron la primera parte de la gestión Llaryora al frente del gobierno provincial le permitieron a Passerini transitar el tramo inicial de su gestión alejado de las tensiones públicas. También fruto de sus propias virtudes, el intendente logró caminar sus primeros días como autoridad máxima de la capital con la gracia necesaria como para perfilar una gestión que se ata, casi naturalmente, a la suerte del proyecto provincial.

De hecho, fue una de las principales espadas para que Llaryora pudiera empujar la Ley de Seguridad que será recordada como el primer paso de su gestión en la provincia. El viernes Passerini se reunió con el ministro Juan Pablo Quinteros para avanzar en los detalles sobre la creación de un cuerpo de seguridad municipal, pero también para involucrar al área metropolitana en el plan. La propuesta ya había sido conversada con el resto de los intendentes que integran el Ente Intermunicipal el pasado jueves, cuando invitó a los municipios miembros a adherir a la Ley.

En ese contexto, la discusión paritaria que se abrirá en medio de un contexto de crisis nacional y un clima caldeado en Córdoba coloca un primer desafío de peso en la que el intendente tendrá que lidiar con Daniele, tal como les ocurrió a todos sus antecesores desde la recuperación de la democracia.

Apenas si Ramón Mestre logró, con una maniobra administrativa, correrlo por un tiempo de la conducción del sindicato: lo jubiló antes de tiempo. Algo que también aprovechó Llaryora, que vivió sus días más conflictivos con Daniele fuera de la cancha, al menos públicamente. Sucede que lejos de amedrentarse, el dirigente sindical que transita su decimosegundo período al frente del SUOEM tomó envión y volvió para hacerle sentir el rigor al hoy gobernador, a quien en la última marcha de estatales provinciales llamó, directamente, “cagador”.

Habrá que ver cómo esa tensión provincial, que se siente centralmente en las ardientes calles de la capital, se trasladan a la relación entre el SUOEM y la gestión municipal.

Será el primer conflicto entre el nuevo intendente y la calle que promete levantar temperatura al calor de una crisis que, sólo por ahora, le es ajena.

Con informacion de Letra P.

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