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Martín Llaryora prepara la lapicera con el calendario electoral en tiempo de descuento

POLÍTICA 28/03/2023 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior

El aluvión de convocatorias electorales que se espera esta semana en Córdoba marcará el trazo para comenzar a delimitar el mapa electoral provincial que empezó a tomar forma cuando Juan Schiaretti oficializó que el domingo 25 de junio será el momento en que el electorado mediterráneo elegirá a su sucesor. Una resolución del Tribunal Electoral cordobés puso un límite de 83 días para que jefes y jefas locales comuniquen la realización de las elecciones en forma simultánea con la provincia. Ese plazo vence el próximo lunes 3 de abril.

Es decir que al intendente capitalino y candidato a gobernador oficialista, Martín Llaryora, y al resto de las autoridades municipales que aún no comunicaron la fecha en la que se renovarán las autoridades locales les queda una semana para definir si los pueblos y ciudades que gobiernan votarán el mismo día que la provincia. En el caso de la capital, la decisión impactará a dos puntas en la estrategia electoral del cordobesismo.

El ciclo de anuncios se inauguró este lunes con el mensaje del intendente de Mediolaza, Daniel Salibi, que oficializó que la ciudad ubicada en las Sierras Chicas elegirá el 25 de junio a un nuevo intendente, tras seis mandatos encabezados por el dirigente radical. A partir de este anuncio, se espera una seguidilla de comunicados municipales que fijarán las fechas a lo largo de esta semana.

Luego de un trabajo arduo de recorridas y negociaciones de las que participaron algunas de las figuras más influyentes del oficialismo provincial, se espera que al menos 200 municipios unifiquen sus comicios con la que definirá la suerte del peronismo, que gobierna la provincia mediterránea desde 1999.

Hasta el momento, más de un centenar de jefes y jefas comunales cumplieron con esa serie de acuerdos que se trabajaron regionalmente. Otro tanto estudia minuciosamente el escenario local buscando sostener el poder de los armados locales y sumando estratégicamente triunfos previos que vayan instalando la sensación de un oficialismo fuerte y “ganador”. Algo parecido a lo que Juntos por el Cambio (JxC) viene haciendo desde que se abrió el calendario electoral. Tres elecciones, tres ganadas: Marcos Juárez, La Falda y Hernando.

La legislación electoral provincial permite votar a municipios y comunas que no cuenten con Carta Orgánica dentro de un período ubicado entre los 30 días anteriores o los 30 posteriores a las elecciones generales. De los 427 gobiernos locales que tiene la provincia, apenas 24 están en condiciones de despegarse de ese mandato.

Ya está confirmado que el 28 de mayo habrá elecciones en Laguna Larga, Cruz Alta y Canals; y el 11 de junio se votará en General Fotheringham y Monte Buey. El otro gran domingo electoral de la provincia será el 4 de junio, fecha que concentra el mayor número de elecciones municipales que ya tienen un desfasaje oficializado. Es el caso de Cosquín, ciudad gobernada por el aliado cordobesista Gabriel Musso; Sampacho, Villa Giardino, Tanti y los municipios frentetodistas de Punilla: Valle Hermoso, La Cumbre, Capilla del Monte y Bialet Massé. Ese día también habrá elecciones primarias en Río Tercero, la ciudad gobernada por el deloredista Marcos Ferrer.

La decisión capital
Convencido de que su gestión al frente de la Municipalidad de Córdoba es su mejor carta para la campaña, Llaryora parece ceder ante el deseo de Schiaretti de desdoblar las elecciones con el fin de potenciar las chances del oficializado candidato peronista, Daniel Passerini.

La confianza que el peronismo sostiene en torno a la resolución de la elección provincial hacen imaginar un escenario en el que el propio Llaryora podría, como gobernador electo, convertirse en la palanca principal del candidato del PJ capitalino. En el tacticismo cordobesista también se busca ganar tiempo para esperar la definición de Rodrigo de Loredo, el potencial candidato a la intendencia de Juntos por el Cambio que aparece como la más certera carta de triunfo con posibilidades de ser puesta sobre la mesa por el tinglado opositor.

Luego de trabar las chances de una doble candidatura del diputado de Evolución, que dejaba trascender la posibilidad de presentarse como compañero de fórmula de Luis Juez y como candidato a intendente, el llaryosrimo mantiene la expectativa de que el radical adelante una definición antes de oficializar la fecha. De todos modos, nadie en la mesa estratégica aceptará en voz alta la jugada, que también depende de plazos legales que corren demasiado en contra.

Para el peronismo cordobés, la chance de separar las elecciones que parece contar con mayor consenso es la que establece una distancia de 30 días entre la contienda por la gobernación y la compulsa que definirá al sucesor de Llaryora. Si eso es lo que finalmente sucede, la decisión de De Loredo podría no tener ningún tipo de incidencia en la definición, ya que una eventual candidatura suya a la vicegobernación podría oficializarse luego de la convocatoria a las elecciones municipales. Si la ciudad vota la última semana de julio, debería convocar a las elecciones la última semana de abril. El plazo para presentar candidaturas provinciales es el 6 de mayo.

Esa situación se subsanaría con otra de las posibilidades en danza, cuya autoría es adjudicada por algunos sectores del peronismo mediterráneo al gobernador Schiaretti: votar en septiembre. No sólo con la elección provincial ya resuelta, sino en el exacto punto medio entre las PASO nacionales y las presidenciables de octubre. La estrategia de trabajar “una elección a la vez” garantizaría concentrar la atención en las disputas específicas, pero también serviría para tener claro el panorama respecto del armado opositor.

Con todo, la decisión que se pueda tomar en la Capital también se sumará a un impacto que no debería pasar desapercibido. Si la ciudad de Córdoba no vota el 25 de junio, ninguna de las tres principales lo harán en simultáneo con los comicios que definirán al próximo gobernador. Río Cuarto vota el año que viene y la Carta Orgánica villamariense obliga al desfasaje. Carlos Paz, con una tradición previa en la materia, había oficializado el último domingo de junio a finales del año pasado.

FUENTE: LETRAP.COM

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