
¿Es el fin de los juicios por la deuda? Esta es la "promesa" que los acreedores le hicieron al Gobierno
Bonistas plantean que con su aceptación, el país se olvida de sufrir litigios. Alcanzarían las cláusulas para arrastrar a quienes no quieran entrar
ECONOMÍA Heretz Nivel

El acuerdo entre la Argentina y los principales grupos de acreedores por la deuda permitirá no sólo dar vuelta la página, sino que -a diferencia de otras reestructuraciones- haría que el país no tenga que lidiar con los famosos holdouts que siempre quedan durante los canjes. Fuentes de los bonistas que acaban de aceptar la nueva propuesta confirmaron a iProfesional que, según estiman, con su participación mayoritaria se asegura que el país no tendrá litigios en los tribunales de Nueva York. Léase, la aceptación será tan elevada en esta instancia que gracias a las cláusulas de acción colectivas (CACs) se arrastrará a aquellos que no quieran ingresar.
"No va a quedar nadie litigando contra la Argentina, es un gran acuerdo para el país y los acreedores. Esto era una preocupación del Gobierno que ya no estará sobre la mesa", enfatizó el CEO de un fondo de Wall Street que acaba de aceptar la nueva oferta local.
Sucede que los 3 comités (donde está BlackRock) que aceptaron la nueva propuesta poseen el 60% de los bonos K (del canje 2005 y 2010) y 51% de los Globales (los colocados por el macrismo), por lo que su apoyo permitiría activar las Cláusulas de Acción Colectiva para arrastrar a los que no quieran ingresar. Esos umbrales son 66% para los Globales y 85% para los títulos K.
Por eso, de darse lo que vaticinan los principales grupos, es una novedad para una reestructuración de la deuda argentina. En 2005 cuando Roberto Lavagna y Guillermo Nielsen estuvieron al frente de una mega reestructuración obtuvieron una aceptación superior al 75% pero como no estaban las cláusulas de arrastre el país tuvo una catarata de juicios. En el 2010 hubo una reapertura de la mano de Amado Boudou como ministro de Economía y llevó a esa deuda a tener una aceptación que quedó en torno al 92% (sumando lo sucedido en 2005 y 2010).
Pero en esos casos quedaron acreedores dispuestos a litigar, con Paul Singer de NML a la cabeza. Tanto fue así que ganaron un juicio en los tribunales de Nueva York que el gobierno de Mauricio Macri tuvo que pagar por más de u$s10.000 millones. Pero que no haya nuevos juicios por esta reestructuración es una gran noticia para el país que, de todas formas, tiene un frente abierto en lo judicial en EEUU.
Según una presentación del gobierno ante la SEC norteamericana en abril de 2020, y compilado por FinGuru, la República Argentina actualmente tiene juicios internacionales por u$s8.750 millones que continúan creciendo día a día. Aunque el país pudo cerrar un puñado de casos en 2019, los nuevos reclamos y pagos de intereses sobre disputas sin resolver continúan acumulándose.
En los últimos diez años, Argentina ha pagado u$s15.800 millones en compensación a los acreedores de deuda en mora y a las multinacionales cuyas inversiones fueron expropiadas o sus contratos rescindidos por el Gobierno. Estas sentencias se pagaron con bonos denominados en dólares sujetos a Ley de Nueva York y Ley argentina, o con efectivo recaudado con la emisión de nuevos títulos de deuda internacionales.
Catarata de litigios siguen así
Hoy, Argentina tiene 56 casos abiertos relacionados con bonos en default por u$s390 millones en el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York, 13 casos en el Centro Internacional de Solución de Controversias de Inversión (CIADI) por un total de u$s2.140 millones, 7 casos en los tribunales comerciales de las Naciones Unidas tribunales por u$s403 millones y 7 casos repartidos entre Nueva York y Londres por u$s1.115 millones en relación con los conocidos Cupón PIB. También, el Estado enfrenta juicios millonarios en Nueva York por la expropiación de YPF valuados en más de 10.000 millones de dólares.
El arreglo por la deuda reestructurada hace que el país se evite otro dolor de cabeza en el futuro por la catarata de juicios que suele generarse. El acuerdo, como se dijo, es positivo tanto para el país como para los acreedores. Los cambios que se introdujeron fueron los siguientes:
-Las fechas de pago de los nuevos bonos serán en enero y julio
-El bono por intereses corridos vencerá en 2029 y comenzará a amortizar en 2025
-Los bonos con vencimiento en 2030 y 2038 comenzarán a amortizar en 2024 y 2027
-El tipo de cambio aplicable a los cambios de moneda será el del 6 de agosto
-Habrá mejoras legales vinculadas a las Cláusulas de Acción Colectiva
"El acuerdo sin duda es positivo para la economía del país. Necesario pero no suficiente. Sin duda inyecta shock de confianza y descomprime las finanzas provinciales y del sector privado. Ejes de crecimiento son prioritarios y con esto ayuda. Revaloriza activos y por ende balances de individuos", dijo Marcelo Blanco, ex presidente de Deutsche Bank en la Argentina y ex negociador de la deuda en la reapertura del 2010.
Con información de www.iprofesional.com sobre una nota de Leandro Gabin






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