El plan de Caputo para reabrir el crédito externo y reinsertar a la Argentina en los mercados

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
caputo-mercados
  • El Gobierno busca reabrir el financiamiento externo a inicios de 2026.
  • Los bonos argentinos rinden cerca del 10%, nivel que Economía considera aceptable.
  • Se analiza un repo de hasta u$s5.000 millones y un canje con pago en efectivo.
  • Caputo prepara una hoja de ruta para acumular reservas y mejorar el perfil crediticio.
  • Argentina no emite deuda internacional desde 2018, cuando realizó una colocación récord.
  • La estrategia oficial apunta a bajar el costo de financiamiento y estabilizar la curva soberana.

El Gobierno avanza en una estrategia ambiciosa: regresar a los mercados internacionales de deuda tras casi seis años de aislamiento financiero. El Ministerio de Economía, encabezado por Luis Caputo, trabaja en un esquema integral que incluye nuevas emisiones, recompra de pasivos y mecanismos alternativos para mejorar el perfil crediticio del país. La apuesta oficial es concreta: si las condiciones acompañan, Argentina podría volver a colocar un bono internacional a comienzos de 2026.

El punto de partida no es menor. En las últimas semanas, los rendimientos de los bonos soberanos en dólares descendieron hasta ubicarse cerca del 10%. Ese nivel es el que el propio Caputo considera “aceptable” para pensar en una operación de financiamiento externo. En el equipo económico sostienen que, con una compresión adicional de entre 100 y 150 puntos básicos, el país podría acercarse al rango en el que toman deuda las principales compañías argentinas, entre el 7% y el 8%. Ese es el objetivo que marcaría el verdadero reingreso al mercado global.

Para acelerar ese proceso, Economía viene delineando una serie de movimientos que buscan mejorar la percepción de riesgo. Entre ellos, se evalúa una recompra de bonos por hasta u$s5.000 millones a través de un repo, una maniobra que ya se utilizó en otras etapas de la deuda argentina, y que permitiría reducir spreads y enviar una señal de compromiso con la consolidación financiera. En paralelo, el Palacio de Hacienda analiza ofrecer efectivo a los tenedores de bonos para fomentar la participación en un canje que mejore el perfil de vencimientos.

Otra pieza central del plan involucra el uso de bonos de importadores como garantía para cubrir compromisos en dólares durante el primer tramo del año próximo. La ingeniería, aún en elaboración, busca evitar tensiones en un momento donde la acumulación de reservas vuelve a figurar como una prioridad estratégica. De hecho, Caputo adelantó a inversores que en breve se presentará una hoja de ruta específica para robustecer las arcas del Banco Central.

Si la estrategia prospera, Argentina concretará su primera emisión internacional desde 2018, cuando el país alcanzó un hito histórico: colocó u$s16.500 millones en un solo día, un récord para un mercado emergente. En aquel momento, el Tesoro recibió ofertas por casi cuatro veces ese monto y pagó tasas inferiores a las que enfrentaban otros países con calificaciones crediticias similares. El contraste con la situación actual es evidente, pero en el Gobierno creen que una estabilización más profunda podría volver a atraer a los fondos que históricamente apostaron por la deuda argentina.

El antecedente de 2018 también funciona como advertencia. Tras ese regreso espectacular, el riesgo país descendió a 360 puntos —el piso del período iniciado en 2015—, pero la dinámica macroeconómica deteriorada terminó por cerrar nuevamente el acceso a los mercados. Caputo pretende evitar repetir ese patrón. Por eso, insiste en que el retorno al crédito externo debe enmarcarse en un programa fiscal ordenado, un cronograma claro de acumulación de reservas y una reducción sostenible del riesgo local.

En el entorno del ministro sostienen que la clave está en “demostrar consistencia”. La expectativa es que, si el mercado percibe que la consolidación fiscal continúa y que el Gobierno mantiene el rumbo, la curva soberana podría cerrar el año con un recorrido favorable. Eso abriría la puerta a que, ya en 2026, la Argentina vuelva a financiarse de manera regular, algo que no ocurre desde hace casi una década.

La apuesta del Gobierno, en definitiva, combina ingeniería financiera, señales fiscales y expectativas de estabilidad. Falta aún que el mercado valide la estrategia y que las condiciones internacionales no jueguen en contra. Pero en el Palacio de Hacienda creen que, por primera vez en varios años, el regreso al crédito externo dejó de ser un anhelo para convertirse en una posibilidad concreta.

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto