La oposición tambalea en Diputados: riesgo de naufragio para la sesión especial del 2 de julio

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • La sesión especial del 2 de julio en Diputados está en riesgo por falta de quórum, pese al consenso en temas como financiamiento universitario y crisis del Garrahan.
  • El radicalismo disidente impulsó la sesión, pero no logró sumar suficientes apoyos ni acordar una agenda amplia.
  • El peronismo critica que no se hayan incluido proyectos sin impacto fiscal sobre cultura y derechos humanos.
  • Temas conflictivos como la reforma de los DNU y juicio por jurados dividen a la oposición.
  • La falta de coordinación entre bloques podría beneficiar al oficialismo, que busca evitar el debate.

La sesión especial convocada para el próximo miércoles 2 de julio en la Cámara de Diputados enfrenta un escenario incierto. A pesar de que existe un amplio consenso en torno a dos puntos sensibles —el financiamiento universitario y la crisis del Hospital Garrahan—, la oposición no logra articular un acuerdo que garantice el quórum necesario para debatir.

El llamado a sesión fue impulsado hace dos semanas por el sector disidente del radicalismo agrupado en el bloque Democracia para Siempre, con el acompañamiento de los diputados Julio Cobos y Natalia Sarapura, de la UCR. Además de los temas centrales, la convocatoria incluyó otros proyectos como la reforma del régimen de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), la promoción de PyMEs, el juicio por jurados y cambios de huso horario.

Sin embargo, la falta de avances en las negociaciones entre bloques mantiene en vilo la posibilidad de que la sesión se concrete. Desde el peronismo criticaron que los radicales impulsores de la sesión se negaran a incluir propuestas para rechazar la desregulación de la Marina Mercante y los decretos que afectan al Instituto Nacional del Teatro, la CONABIP y el Banco Nacional de Datos Genéticos. “Son proyectos sin impacto fiscal, no entendemos el porqué de la negativa”, expresaron.

Según fuentes parlamentarias, la estrategia del radicalismo disidente fue priorizar temas de alto consenso —como universidades y Garrahan— y dejar abierta la posibilidad de que algunos diputados se retiren una vez tratados esos puntos. Además, aunque algunos de los proyectos no tienen dictamen, se buscará someterlos a emplazamientos, una herramienta que obligaría al oficialismo a abrir comisiones clave, como la de Presupuesto, presidida por José Luis Espert.

Los temas que generan mayor ruido son la reforma al régimen de los DNU y la implementación del juicio por jurados en la Justicia Federal. El primero fija plazos estrictos para el tratamiento de decretos y propone que el rechazo de una sola Cámara los anule. La Casa Rosada ve este proyecto como una amenaza directa a su esquema de gobierno por decreto, y se espera que presione a los gobernadores para desactivar el intento legislativo.

El juicio por jurados, aunque tiene dictamen, también divide aguas. Algunos sectores consideran que no es una prioridad en medio de la crisis social y económica que atraviesa el país.

“Tenemos que tener una sesión ordenada con temas con mucho consenso como universidades y Garrahan. O si no, va a ser muy difícil que prospere. Tenemos que ser responsables”, resumió un diputado de perfil dialoguista.

Durante los últimos días, ciertos sectores de la oposición se ilusionaron con aprovechar el malestar de gobernadores con la Casa Rosada y las tensiones internas dentro del PRO y la UCR, especialmente luego del veto presidencial a la emergencia en Bahía Blanca. Pero la falta de una estrategia coordinada podría, una vez más, terminar beneficiando al oficialismo de Javier Milei, que apuesta a que la fragmentación opositora desactive el debate antes de que empiece.

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