Tensión en ascenso: Milei apunta contra las provincias y agita el tablero político nacional

• En una cena con empresarios, Milei criticó duramente a los gobernadores, acusándolos de frenar el ajuste y de ser “la última trinchera de la casta”.
• Las provincias respondieron con datos que muestran baja del gasto y superávit primario en la mayoría de ellas.
• Los gobernadores se unificaron para impulsar un proyecto que modifica el reparto de fondos nacionales.
• Internamente, crecen las tensiones en La Libertad Avanza entre el ala gubernamental (Caputo) y el ala partidaria (Menem).
• La capacidad de Milei para sostener vetos presidenciales está en duda, y el Gobierno advierte que una derrota legislativa impactaría negativamente en los mercados.

En un exclusivo evento en el Yacht Club de Puerto Madero, Javier Milei reunió el miércoles por la noche a decenas de empresarios con la excusa formal de recaudar fondos para la campaña. Pero su discurso —revelado al día siguiente— fue mucho más que un pedido de apoyo económico: marcó una línea dura contra los gobernadores y expuso las tensiones crecientes dentro del oficialismo libertario.

El Presidente dedicó 50 minutos a repasar su gestión, celebró la baja de la inflación y advirtió que el “Estado del Estado” —como calificó a los gobiernos provinciales— es el próximo objetivo de su cruzada reformista. “Es calamitoso”, dijo, acusando a las provincias de frenar el ajuste y de seguir funcionando como “trincheras de la casta política”.

Milei apuntó directamente contra los mandatarios que, según él, firmaron el Pacto de Mayo y no cumplieron con los compromisos de reducción del gasto público. “Faltaron el respeto a la sociedad”, sentenció. El mensaje no cayó bien, ni siquiera entre los gobernadores más cercanos, aunque ninguno respondió públicamente.

De inmediato, varias provincias replicaron con datos de la Secretaría de Hacienda: en 2024, la presión tributaria nacional creció, mientras que la de las provincias disminuyó. Un informe de la consultora Empiria, del exministro Hernán Lacunza, respaldó esa lectura: el año pasado, 21 de 24 provincias cerraron con superávit primario gracias a un ajuste real del 15% del gasto.

En paralelo, los gobernadores se unificaron y presentaron un proyecto para modificar el régimen de ATN y la distribución del impuesto a los combustibles líquidos. La movida, inédita por su coordinación, fue una respuesta a los recortes y a la falta de respuesta de Nación frente a reclamos por obras y fondos.

El frente interno: pulseada por el control partidario

La Libertad Avanza no es ajena a estas tensiones. Mientras Milei avanza con su armado nacional para competir en elecciones locales, se intensifican las fricciones entre dos alas del oficialismo: por un lado, el equipo de Santiago Caputo, más enfocado en la gobernabilidad y las reformas legislativas; por el otro, Martín y Eduardo “Lule” Menem, responsables del armado partidario.

Desde el entorno de Caputo critican que la estrategia electoral está dañando los vínculos con los gobernadores, claves para sostener apoyos legislativos. Los Menem, por su parte, niegan divisiones y aseguran que mantienen diálogo fluido con varios mandatarios.

La cena en el Yacht Club fue también una foto de poder: a los lados de Milei estaban Martín Menem y Sebastián Pareja, armador bonaerense, junto a otros referentes como Lisandro Catalán (Tucumán). Sin embargo, el tono presidencial encendió alarmas incluso en distritos oficialistas. “Entre los Menem y estos comentarios del Presi se les va a complicar juntar los soldados para sostener el veto”, deslizó un funcionario provincial alineado con la Casa Rosada.

La batalla por el veto y la presión del mercado

El principal desafío inmediato es la sostenibilidad de los vetos presidenciales, como el que se espera sobre el proyecto de aumentos jubilatorios. El año pasado, Milei logró frenarlo gracias a un bloque de 87 diputados compuesto por libertarios, PRO y radicales aliados. Hoy, esa cifra está en duda.

En Diputados ya se habla de “negociar ausencias” para sostener el veto con apenas 75 votos. Pero en el Gobierno admiten que si el Congreso logra imponerse, el impacto en los mercados sería severo: el Riesgo País subiría y se encarecería el financiamiento externo. Aun así, desde el Ejecutivo aseguran que el déficit cero no está en discusión. “Llegado ese escenario pesimista, la plata la vamos a conseguir”, insisten.

Con una relación cada vez más tirante con los gobernadores, un oficialismo con internas a cielo abierto y un frente económico delicado, Milei redobla la apuesta: más ajuste, más confrontación y una campaña que se juega tanto en las urnas como en los pasillos del Congreso.