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¿Salto del dólar a la vista? Los escenarios cambiarios que anticipa la City post acuerdo con el FMI

ECONOMÍA Marcos Phillip*
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El inminente acuerdo entre el Gobierno argentino y el Fondo Monetario Internacional genera crecientes expectativas en el mercado, no solo por el volumen del desembolso inicial, sino también por las condiciones que lo acompañarán. Analistas coincidieron en que el FMI podría autorizar un giro significativo, con un primer tramo del 40% del total acordado —cerca de u$s 8.000 millones—, en reconocimiento al cumplimiento de metas fiscales y monetarias. Incluso, algunos actores políticos cercanos a Estados Unidos estarían impulsando una liberación de fondos aún mayor, lo que reforzaría el respaldo internacional al programa económico en marcha.

A pesar de esta perspectiva favorable en materia de financiamiento, el foco de atención se traslada hacia la política cambiaria. Las fuentes del mercado subrayaron que si bien el equipo económico descarta modificaciones abruptas, se espera que un acuerdo con el organismo traiga aparejada cierta flexibilización del esquema actual. Aclararon, no obstante, que esto no implica una salida inmediata del cepo, sino más bien una transición gradual que podría comenzar tras las elecciones legislativas de 2025. En todos los casos, los especialistas coincidieron en que el tipo de cambio oficial luce sobrevaluado y que será necesario algún nivel de ajuste para preservar la competitividad externa.

Tanto en el análisis de corto como de mediano plazo, los expertos remarcaron la relevancia del equilibrio fiscal como ancla clave del programa. La disciplina en las cuentas públicas, sumada a la popularidad del Presidente, permitiría absorber un eventual salto cambiario sin caer en una espiral inflacionaria. Desde esta óptica, una corrección del tipo de cambio no sería vista como un fracaso, sino como parte de una estrategia de normalización que fortalecería las reservas sin desestabilizar los precios ni las expectativas.

Por último, se delinearon distintos escenarios cambiarios, que van desde mantener el esquema actual con ajustes mínimos hasta avanzar hacia una flotación con bandas o una liberalización más decidida. La mayoría de las proyecciones apuntan a un camino paulatino, en el que las restricciones se irían eliminando en etapas, buscando evitar reacciones negativas del mercado. Para los especialistas, lo esencial será mantener una hoja de ruta clara, con señales coordinadas entre el Gobierno y el FMI, que permitan consolidar la estabilidad alcanzada hasta ahora.

Posible corrección cambiaria en el horizonte

Desde la sociedad de bolsa Max Capital advirtieron sobre la sobrevaluación del tipo de cambio oficial en Argentina, una situación que, a su juicio, podría volverse insostenible si el Gobierno continúa defendiendo su valor nominal actual. Si bien destacaron la disciplina fiscal como un pilar fundamental del actual programa económico, expresaron preocupación por las tensiones que podría generar la decisión del Ejecutivo de mantener el tipo de cambio como ancla nominal. Según sus analistas, esta estrategia podría requerir ajustes en el mediano plazo para evitar desequilibrios macroeconómicos más profundos.

Los especialistas del bróker consideran que el camino hacia una menor inflación y un escenario de sostenibilidad fiscal está en marcha, respaldado tanto por la política de ajuste como por la alta popularidad del presidente Javier Milei. Sin embargo, sostienen que incluso con una eventual corrección del tipo de cambio, no se esperaría una disparada del dólar ni una espiralización inflacionaria. En cambio, apuntan a una transición hacia un esquema más realista, donde la moneda local se deprecie de forma moderada y la inflación retome su sendero descendente.

En este contexto, desde Max Capital creen que parte de los desembolsos del Fondo se utilizarán para atender egresos de la balanza de pagos, lo que a su vez acentuaría la necesidad de una actualización del tipo de cambio durante la segunda mitad de 2025. Esta corrección, estiman, se concretaría probablemente después de las elecciones legislativas de octubre, cuando el Gobierno podría contar con mayor margen político para ejecutar cambios sensibles sin afectar su capital político.

Los expertos de la sociedad de bolsa también remarcaron que, de mantenerse el actual esquema cambiario sin modificaciones hasta las elecciones, podría abrirse una ventana para mayor flexibilidad posterior. Esta transición permitiría acercar el tipo de cambio oficial al nivel del mercado paralelo, generando una convergencia más saludable entre ambas cotizaciones.

Tres posibles escenarios en la política cambiaria bajo acuerdo con el FMI

En su análisis, Max Capital delineó tres posibles caminos para el futuro del esquema cambiario argentino, considerando un eventual acuerdo con el FMI. Todos los escenarios parten del diagnóstico de que el tipo de cambio real está elevado y que será necesario corregirlo para ordenar los desequilibrios externos. La diferencia radica en los tiempos y la intensidad del ajuste.

El primer escenario contempla la continuidad del actual esquema de crawling peg, con una tasa mensual del 1% hasta julio, que luego bajaría al 0% con el objetivo de profundizar la desinflación. Los analistas del bróker consideran que este enfoque es poco probable, ya que el FMI exigirá mayor flexibilidad en la política cambiaria. No obstante, no descartan que se extienda temporalmente, con una posterior convergencia del tipo de cambio oficial hacia niveles similares al dólar paralelo. Estiman que este escenario tiene una probabilidad del 20%.

El segundo escenario, que consideran como el más probable (60% de probabilidad), implica un tipo de cambio flexible dentro de bandas, con mantenimiento de ciertas restricciones sobre los flujos financieros y una unificación gradual de la cuenta corriente. En este marco, se irían levantando regulaciones de manera progresiva, eliminando el esquema blend, autorizando nuevamente el uso del contado con liquidación para importaciones, reduciendo los impuestos al turismo y permitiendo compras individuales de divisas. Para Max Capital, este camino refleja una transición ordenada hacia una mayor normalización del mercado cambiario.

El tercer escenario es una versión más agresiva del anterior, con una liberalización total de los flujos desde el inicio. Bajo este enfoque, se permitiría una rápida convergencia del tipo de cambio oficial al CCL, y posteriormente se establecerían bandas cambiarias. Si bien algunas restricciones sobre la cuenta financiera se mantendrían al principio, serían desmanteladas gradualmente, especialmente después de las elecciones. Este esquema implicaría un ajuste cambiario inicial más fuerte, con un repunte temporal de la inflación. Los expertos estiman que este escenario tiene una probabilidad del 20%.

Expectativa por el acuerdo

A su turno, desde Grupo IEB destacaron las señales más concretas sobre el avance del nuevo acuerdo con el Fondo. En particular, valoraron las declaraciones de la directora gerente del organismo, quien consideró como razonable un desembolso inicial del 40% del monto total acordado, una suma significativa que responde al buen desempeño del equipo económico argentino en relación con las metas pactadas.

Los expertos de la sociedad de bolsa subrayaron que este posible giro inicial se encuadra dentro de una lógica de reconocimiento por parte del FMI a la gestión económica llevada adelante en los últimos meses. El cumplimiento de objetivos macroeconómicos clave fue un factor determinante para que el organismo internacional considere la posibilidad de adelantar una parte considerable de los fondos. Esta noticia, según detallaron, genera cierto alivio en el mercado, que sigue de cerca los movimientos de las reservas del Banco Central.

Para Grupo IEB, la relevancia de este primer tramo no es menor, especialmente en un contexto de marcada fragilidad en las cuentas externas. Las declaraciones del ministro de Economía, Luis Caputo, refuerzan esa idea, al remarcar que el Banco Central se encuentra fuertemente descapitalizado. En ese sentido, cualquier fortalecimiento inmediato de las reservas mediante desembolsos del FMI podría brindar mayor margen de maniobra para enfrentar los desafíos del segundo trimestre del año.

Sin embargo, desde la firma también señalaron que la materialización de este desembolso no será automática, sino que estará sujeta a la validación del acuerdo por parte del directorio del FMI. Según sus estimaciones, el entendimiento debería concretarse antes del 21 de abril, fecha clave en el calendario del organismo multilateral. En tanto, el mercado continúa atento a cómo evolucionan las negociaciones, particularmente en torno a las condiciones que acompañarían los fondos.

La importancia del respaldo de EE.UU.

Los especialistas del bróker remarcaron la importancia geopolítica del apoyo que el Gobierno argentino ha venido recibiendo desde Estados Unidos. En esta línea, señalaron que esa cercanía podría actuar como un catalizador clave para ampliar el monto del primer desembolso, incluso más allá del 40% estimado por la propia titular del FMI. Este componente político adquiere peso en un contexto en el que las decisiones del organismo están cada vez más influenciadas por la dinámica internacional.

Desde Grupo IEB recordaron que una representante del Partido Republicano presentó una solicitud formal al Secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, para que respalde un giro de al menos el 75% del total, equivalente a unos u$s 15.000 millones. Esta movida, en caso de prosperar, representaría un espaldarazo significativo para el Ejecutivo argentino, tanto en lo financiero como en lo simbólico, al marcar una validación explícita del rumbo económico actual.

Los analistas también explicaron que, si bien estas gestiones aún no se traducen en decisiones concretas, su impacto en las expectativas del mercado es tangible. La posibilidad de contar con un mayor volumen de divisas en el corto plazo refuerza la percepción de que el Gobierno podría enfrentar con mayor solidez los próximos desafíos económicos, particularmente en el frente externo.

Pese a ello, advirtieron que el proceso de aprobación del desembolso aún debe superar varias instancias técnicas y políticas dentro del FMI. Por lo tanto, si bien hay señales positivas, el escenario todavía exige cautela. La combinación de respaldo político externo y cumplimiento de metas es, para Grupo IEB, la clave que podría acelerar y ampliar el primer desembolso del organismo.

El mercado se enfoca en el esquema cambiario

En la misma línea, los especialistas del Grupo IEB destacaron que la principal inquietud del mercado continúa centrada en la política cambiaria. El consenso entre los operadores financieros es que un desembolso inicial significativo debería venir acompañado por un compromiso hacia una mayor flexibilidad en el manejo del tipo de cambio. Sin embargo, las señales oficiales no han sido del todo concluyentes en este punto.

Desde la sociedad de bolsa señalaron que el equipo económico ha insistido en que no habrá sobresaltos ni cambios abruptos, lo que podría estar apuntando a una estrategia de ajuste gradual. Aun así, la percepción del mercado parece haber internalizado la expectativa de que un nuevo programa con el FMI incluirá alguna forma de flexibilización del régimen cambiario vigente. La clave, según indicaron, estará en cómo se comunican y ejecutan esas modificaciones.

Para Grupo IEB, es importante destacar que una eventual flexibilización no debe interpretarse como una salida inmediata del cepo cambiario. En su análisis, este punto ha sido malinterpretado en algunas lecturas de mercado, generando expectativas quizás excesivas. Lo que consideran más probable es una apertura parcial, con modificaciones graduales en las regulaciones que rigen el acceso al mercado de divisas.

En ese sentido, advirtieron que cualquier cambio en la política cambiaria deberá manejarse con cuidado para no generar tensiones innecesarias en el frente financiero. La credibilidad del programa económico y la estabilidad de las expectativas inflacionarias dependerán, en buena medida, de cómo se gestione esta etapa de transición. Por eso, para los expertos de Grupo IEB, es fundamental que los anuncios vengan acompañados de señales claras y coordinadas entre el Gobierno y el FMI.

 

 

* Para www.iprofesional.com

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