Desde que Guillermo De Rivas asumió la intendencia de la capital alterna el 2 de julio de 2024, el Partido Justicialista de Río Cuarto viene hablando de una transición en la presidencia del partido. Juan Manuel Llamosas asumió la presidencia del Circuito Ciudad allá por 2022, cuando estaba en pleno desarrollo el plan para instalarlo en la discusión por las candidaturas provinciales del 2023. Tiempo después, ni bien dejó la intendencia, los dirigentes y la militancia empezó a vislumbrar la posibilidad de hacer que su sucesor en el Palacio de Mójica tome las riendas del partido en Río Cuarto. La pregunta era cuándo y, a casi siete meses de iniciar la nueva gestión peronista, sigue pendiente una respuesta.
“Es un dilema”, le comentaba a Alfil un experimentado dirigente de la ciudad respecto a los pasos a seguir para renovar la plana mayor del PJ riocuartense. En parte, porque “a nadie le importa quien sea el presidente del partido” -afirmaba el consultado. Y, por otro lado, porque la decisión de cambiar a Llamosas por De Rivas puede tener varias consecuencias políticas, mucho más si se la analiza en el marco de la estrategia global que Hacemos Unidos por Córdoba y el PJ provincial ejecutan de cara a las elecciones de medio término.
Como se dijo, la movida para que De Rivas asuma la presidencia del PJ-RC viene gestándose de manera pública desde que puso un pie en la Municipalidad. El sindicalismo fue el primer sector en pedir que los destinos del partido en la ciudad sean comandados por el jefe de la Municipalidad. Más adelante, vinieron los “off” de integrantes del Gobierno, quienes sugerían que el cambio de mando era “una necesidad” para reencausar el perfil peronista. “Estamos dormidos”, se escuchaba en algunos sectores que pedían por un cambio de aire en el ordenamiento justicialista.
Al mismo tiempo, aparecían las críticas hacia el rol que Llamosas ocupaba desde 2022. Algunos cuestionaban que el jefe del PJ local no demostraba espíritu de líder más allá de las acciones de una gestión que -pese a algunos baches- presentaba una gran imagen positiva entre los vecinos. Eso sí, a Llamosas no le bastó con eso para resaltar en las elecciones provinciales, donde Martín Llaryora perdió en la ciudad pese a tener al intendente riocuartense como n°1 en la lista. Claro que la responsabilidad no recaería solamente sobre Llamosas, pero la situación parecía revelar la falta de un liderazgo fuerte.
Hoy, Llamosas parece lejos de la capital alterna y se profundiza esa sensación de “acefalía” en el partido, algo que parece acelerar más que nunca la llegada de Guillermo De Rivas a la presidencia. Sin embargo, el escenario actual parecería poner al intendente en una posición desfavorable: asomar así la cabeza podría ponerlo bajo la mira de la parte antiperonista de la ciudadanía, donde la imagen de Javier Milei volverá a picar alto a medida que se acerquen las elecciones.
De Rivas ha demostrado serias diferencias con el modelo de gestión que implementó el presidente libertario durante su primer año de gestión y lo ha cuestionado en más de una oportunidad -aunque de manera indirecta. Sin embargo, mientras su perfil fue creciendo y su rol en el Partido Cordobés tomó mayor preponderancia, las sugerentes expresiones contra Milei se fueron apaciguando. De hecho, el foco se salió de las críticas y se centró más en las capacidades propias, como si hubiera advertido que el gobernador Llaryora tiene un plan para él más allá de Milei. Esto se observa en un mayor roce regional del riocuartense y su cada vez más cercano vínculo con el Panal -como el encuentro con Manuel Calvo de esta semana- como figura individual, ya completamente despegado de la imagen de Llamosas.
Más allá de las expresiones de deseo de algunos sectores que lo empujan a asumir la presidencia, ese paso todavía está siendo analizado por los estrategas de Hacemos Unidos. Aunque, en base al clima que se percibe en el casi inicio de la campaña por las Legislativas, todo haría ver que De Rivas seguirá esperando un tiempo más, por lo menos hasta que pasen las roscas de medio término. Por otro lado, la expansión de su figura en el territorio sureño podría revelar otra posibilidad para su futuro al frente del partido: ¿Acaso la presidencia del PJ Departamental podría volver al Imperio con De Rivas? Ese es el deseo de una gran parte de la dirigencia riocuartense.
CON INFORMACION DE DIARIO ALFIL, SOBRE UNA NOTA DE GABRIEL MARCLE.