La revisión al alza por parte del INDEC de los números del tercer trimestre y los buenos datos que se van conociendo del último trimestre obligan a revisar las proyecciones que se habían realizado para el nivel de actividad de 2024. Finalmente la economía caería mucho menos de lo estimado por el propio Gobierno en su proyecto de Presupuesto 2025 y de las estimaciones del propio FMI.
Uno de los economistas que revisó positivamente su pronóstico para el año en curso es Andrés Borenstein. “Si en los últimos tres meses del año la economía crece 0,3% mensual, algo muy probable, el PBI caería al final 3%, bastante menos de lo que se venía estimando”.
Pero ya con muchos datos de octubre y algunos de noviembre sería posible inferir que la caída del año podría ser incluso algo menor al 3%. Este pronóstico contrasta con la estimación del FMI, que estimó una caída de 3,5%. El proyecto de Presupuesto que el Gobierno presentó al Congreso había sido aún más cauto, con una estimación de -3,8%.
El INDEC revisó fuertemente al alza la evolución de la economía en los últimos meses, corrigiendo la información previa. Se trata de un procedimiento habitual por parte de los institutos estadísticos en todo el mundo, lo que implica correcciones que pueden ser tanto al alza como a la baja.
El dato del EMAE de septiembre arrojó una merma de 0,3%. Esto sorprendió al mercado, que esperaba una recuperación. Pero la explicación fue, en realidad, que se revisaron los meses previos al alza, con lo cual el punto de comparación fue muy superior.
El dato de junio original, por ejemplo, había arrojado una merma de 0,5% contra el mes anterior. Pero en el dato revisado la contracción fue de apenas 0,1%.
En el caso de julio, se había anunciado un rebote de 2,1%, pero ese mes la mejora fue incluso mucho mayor y arrojó 2,7% respecto al mes anterior. En el caso de agosto, la suba anunciada originalmente había sido de solo 0,2% y el dato revisado se estiró hasta 0,9%.
Con el dato de septiembre inclusive, la actividad económica arrojó una importante mejora de 3,4% respecto al trimestre anterior. Los sectores que explican en mayor medida este evolución son capital intensivo, como sucede con agro, energía y minería, sumándose intermediación financiera. El comercio mayorista y minorista es la contracara, debido a que al consumo todavía le cuesta arrancar. Otros sectores vienen todavía bastante rezagados como la construcción, aunque lentamente empiezan a mostrar mejoras.
FIEL informó ayer que su índice de producción industrial arrojó en octubre una suba de 0,5% en septiembre. Pero además ya marca una mejora interanual, que es en realidad la primera del año. Ya en octubre del año pasado la industria venía mostrando síntomas de agotamiento por la falta de dólares y la inflación, independientemente del Plan Platita.
Otros datos conocidos de octubre también son elocuentes de la mejora de la actividad en algunos sectores relevantes. La venta de autos, por ejemplo, ya se ubicó casi 30% arriba del año pasado y lo mismo sucedió con el sector inmobiliario. En la ciudad de Buenos Aires se escrituraron casi 6.000 inmuebles, el mayor nivel en más de cinco años.
El rebote de la actividad de estos últimos meses ya dejaría un arrastre estadístico de 2% para el año que viene. Esto le pone ya un piso importante a la economía. La gran pregunta por estas horas es si se llegará al 5% de crecimiento el año próximo, tal como plantea el Presupuesto.
La sorpresa es que muchos economistas empezaron a revisar al alza sus pronósticos para el año que viene. Si el clima internacional acompaña y están dadas las condiciones para ir liberando gradualmente el cepo cambiario, no se descarta incluso que el PBI finalmente muestre una expansión de entre 6% y 7% en 2025.
Fuente: Infobae