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Karina activa el "operativo" Diana Mondino 2025

POLÍTICAAgencia de Noticias del InteriorAgencia de Noticias del Interior
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Un síntoma de que el exgobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, está más cerca del “no”, que del “sí” a una candidatura en 2025, fueron las expresiones recientes de la vicegobernadora Myrian Prunotto a su mesa chica.

La radical dejó correr que no quiere integrar la lista del cordobesismo para la Cámara de Diputados porque su deseo es cumplir el mandato. Expone un perfil ejecutivo que va mechando entre el anhelo de ser gobernadora algún día o, por qué no, intendenta de la ciudad de Córdoba.
 
Hay razones más pesadas que la ensoñación política. No es lo mismo protagonizar una campaña con unos de los dirigentes provinciales que mejor mide que hacerlo con otros de buen rodaje político, pero con escasos niveles de conocimiento como puede ser cualquiera del gabinete de gobierno.


Conciliadora, la exintendenta de Estación Juárez Celman no descarta complementar la boleta en lugares no expectables para hacer campaña.

Ahora bien, ¿quién pondría a la segunda autoridad de la provincia al fondo del tarro? Todo parece indicar que no hay margen para una gran autonomía.
El propio Martín Llaryora no quería ser intendente capitalino y Schiaretti no le dejó opción en 2019. Sobran los ejemplos del verticalismo en el cuarto de siglo de gobierno peronista en Córdoba.

Osvaldo Giordano, el plan de Juan Schiaretti
A pesar que no está claro el juego, el cordobesismo no pierde el tiempo. Otros nombres empiezan a danzar en los círculos bien informados de la realpolitik mediterránea. A los abonados de siempre, como el del ministro de Gobierno de la provincia, Manuel Calvo, o el del jefe de la bancada de Hacemos Unidos por Córdoba en la Legislatura, Miguel Siciliano, se suma el del economista Osvaldo Giordano.

El extitular de ANSES durante los primeros meses de gobierno de Javier Milei no dice nada al respecto. El manual indica que los tempranos lanzamientos terminan en el tachón en el momento de la confección de las nóminas. El schiarettismo duro lo pondera y el llaryorismo gobernante lo respeta.

 
Logró notoriedad local y nacional con la investigación que destapó el escándalo de los seguros durante la presidencia de Alberto Fernández. El exministro de Finanzas del cordobesismo es respetado en el Círculo Rojo y tiene un consabido perfil transversal. De hecho, disertará esta semana en la cumbre PRO de la Fundación Pensar en Paraná, amparado en su carácter de titular de la Fundación Mediterránea.

Basta con recordar que antes de recalar en el gabinete libertario, sonaba con funcionario puesto en el eventual esquema de gobierno de Patricia Bullrich.

Con la salida del gobierno nacional, regresó la sintonía cordobesista de Giordano. Por ejemplo, pese a que asumió para ajustar la caja de jubilados, sostiene que Milei no debería vetar la ley de movilidad jubilatoria. "Hay que instrumentarla bien", recomendó con pica.

Sergio Busso, el agroministro que empieza a sonar
Con La Libertad Avanza dispuesta a dar el batacazo en la provincia, el nombre del economista que dirige los equipos de la Fundación Mediterránea empieza a aumentar su hándicap. También el del ministro de Agrobioindustria de Llaryora, Sergio Busso.

"Schiaretti siempre lo quiere de candidato ya sea en las rondas provinciales o nacionales", soplan desde la vieja guardia. Busso mantiene una estrecha relación con el campo y, a su vez, es fuerte en el sur provincial, donde crecen otros brotes políticos.

Fue el único dirigente que pudo defender el departamento del huracán Luis Juez en los comicios provinciales. No es descabellado que ese nombre empiece a sonar justo cuando el senador relanzó su rearmado este sábado en la ciudad de Río Cuarto.

Como sea, fuentes experimentadas indican que hay que mirar el gabinete para pensar en la lista. ¿Llaryora aprovechará el contexto electoral para hacerle un lifting a su gabinete como hacía José Manuel de la Sota? Nada puede descartarse.

Diana Mondino “vuelve” a Córdoba
Lo cierto es que parte de la estrategia del oficialismo cordobés dependerá de los movimientos libertarios. En este punto del mapa no pasa desapercibido para los ojos entrenados el nombre de Diana Mondino y el alto al fuego evidente de Karina Milei, quien la tuvo en la mira.

Como adelantó Letra P, el presidente de la cámara baja, Martín Menem, viajó a Córdoba para empoderar al jefe del bloque libertario, Gabriel Bornoroni, pero compartió la actividad de la canciller de Estado que organizó con el Banco Roela, propiedad de su familia.

Este mimo no es casual. El alquiler en 2x1 del salón Natura del hotel Quorum, la participación de Menem en el panel tech de Mondino, su participación en la reunión que compartieron Menem y Bornoroni con el intendentismo del PRO y la UCR, escoltados por Laura Rodríguez Machado, Soledad Carrizo y Luis Picat, son elementos que marcan un regreso a la política local de la canciller.

Mide bien, es atractiva para los medios por sus descontracturadas e imprevisibles definiciones políticas, tiene respaldo económico para una campaña y muy buenos contactos con el Círculo Rojo. Como si fuera poco, tiene una muy buena relación con Bornoroni, “el jefe” cordobés.

Además, hay que decirlo, terminaría el problema con la poderosa hermana presidencial, que dio muestras sobradas que la prefiere en otros dominios que no sean los que involucran a la Casa Rosada.

Con información de Letra P, sobre una nota de  Yanina Passero

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