El Gobierno liberó trabas para la compra de dólares financieros, pero las cotizaciones siguen cayendo
ECONOMÍA Pablo WENDECon el inicio de abril se liberaron una serie de restricciones para el acceso a los dólares financieros, específicamente el contado con liquidación (CCL). Sin embargo, en el primer día hábil del mes se registró una nueva caída de las cotizaciones, en particular del dólar MEP que cerró por debajo de los $ 1.000.
La incógnita a develar en este trimestre que recién comienza es si el potencial aumento de la demanda de divisas, que se relajó en particular para importadores, será suficiente al menos para ponerle un piso al tipo de cambio. Mientras tanto, la brecha sigue cayendo y ya está en niveles de 12% cuando se toma en cuenta el tipo de cambio oficial minorista en relación al MEP. En cambio, cuando la comparación se hace con el CCL, se amplía al 21%.
Desde ayer, los importadores que compraron Bopreal ya están autorizados a comprar las divisas que requieren para pagarles a sus proveedores y girarlas a través del mecanismo de compra y venta de bonos.
Esta posibilidad ya se había estipulado con el lanzamiento de estos títulos dolarizados, que sirvieron desde el inicio como un instrumento para brindarles una opción de salida a los importadores que no habían podido girar los pagos a sus proveedores del exterior. Ahora tendrán la posibilidad de vender los títulos en el mercado y luego girar esas divisas a través del CCL.
Además, la Comisión Nacional de Valores exceptuó a los tenedores de Bopreal a respetar el plazo mínimo de tenencia en cartera (parking) para transferir los mismos al exterior. De esta forma se facilitan utilizando estos títulos específicamente las operaciones de cable, que consisten en transferir divisas al exterior a través del mercado de bonos.
Al mismo tiempo, ya quedará normalizado el flujo de demanda de divisas de los importadores, al cumplirse 120 días de la entrada en vigencia de la normativa que estableció que los pagos a proveedores debían efectuarse en cuatro cuotas. Hasta ahora se siguió acumulando deuda comercial por casi USD 10.000 millones.
A partir de ahora la demanda de divisas será la habitual para operaciones de comercio exterior: se seguirá acumulando deuda, pero al mismo tiempo se irá cancelando la de aquellos que importaron en los primeros meses del año.
Estas medidas no significan que se libere el cepo cambiario, algo que todavía está lejos, pero sí que se avanza lentamente en una mayor flexibilización. Lo grueso, sin embargo, queda encepado. Por ejemplo, la prohibición para que las empresas giren sus utilidades al exterior. Se calcula que habrían acumulado unos USD 10.000 millones en los últimos cinco años. Tampoco está permitido acceder al mercado oficial para atesoramiento.
La estrategia del gobierno de Javier Milei es opuesta a la que en su momento adoptó Mauricio Macri. El apuro ahora pasa por la consolidación del superávit fiscal, mientras que la liberación de las restricciones cambiarias queda para más adelante, con el objetivo de evitar cualquier cimbronazo cambiario.
Por otro lado, la presión a la baja del dólar también está fomentada por la oferta de exportadores, que pueden ingresar un 20% a través del CCL. La liquidación de la cosecha gruesa implica un fuerte aumento de la oferta de divisas por esa vía, lo que seguramente podría impulsar a una baja adicional de los dólares financieros, que así podrían seguir acercándose al tipo de cambio oficial.
No hubo pistas por ahora respecto a nuevas medidas que impliquen una flexibilización adicional de medidas cambiarias, para autorizar a más sectores a girar divisas a través del mercado de bonos. Así se generaría mayor demanda de divisas para enfrentar la mayor oferta que se espera para este trimestre.
Aunque las condiciones son cada vez más propicias, tanto el ministro de Economía, Luis Caputo como el propio Presidente prefieren no dar pasos en falso para abrir el cepo. Para eso, avanzan en dos caminos simultáneos. Por un lado, está el fortalecimiento de las reservas (ayer subieron más de USD 700 millones por nuevas compras y revalorización del oro).
Pero al mismo tiempo también debe continuar la licuación de activos, tanto en relación a la base monetaria como de los pesos en el sistema financiero. De esta forma, quedarían pocos pesos y el peligro de una corrida contra el dólar caería significativamente.
Fuente: Infobae