La casta tiene terror y Milei el apoyo popular

Aviones privados como si fueran taxis, gastos en asesores, senadores devenidos en empresas del estado, vida de jeques árabes por parte de dirigentes sin ninguna idoneidad y sólo por herencia sanguínea, todo lo que representa la política argentina fue atacado por Javier Milei, quien sentenció que sólo buscará una nueva ley de bases con la misma rigurosidad. Fue un discurso clave, lleno de datos y con planteos que oscilaron entre los planes y las osadías evitables.

Javier Milei evitó eufemismos: irá a fondo contra distintas instituciones clásicas y romperá puentes con los enemigos que, según tiene medido son fácilmente atacables y serán sus próximas víctimas en el Pacto de Mayo, la reunión que, si llega a existir, será la primera y máxima muestra de poder del Gobierno frente a las provincias. Cierra la agencia estatal utilizada como agente de propaganda Telam, ataca el corazón del sindicalismo liberando obras sociales, a Córdoba, los beneficios de los expresidentes y vices, todo junto y al estilo propio del economista que mutó de panelista invitado a presidente en treinta meses. 

Fueron 71 minutos donde el presidente dejó en claro que el escenario recibido fue patético en términos de macro y micro economía, sin acceso al crédito ni actividad económica, con un ejército desarmado y el consumo a la baja sin pausa, sin coparticipación clásica ni envíos discrecionales, insultando los auto percibidos "republicanos" que militaron el último Gobierno y otros factores no menores que sirvieron para marcar la huella de lo venidero en materia de políticas públicas.

Javier Milei le tocó el timbre a todos los partidos políticos, pero no todas las puertas se abrieron. Jorge Macri emitió su respuesta pavloviana: busca achicar el gasto público y lo manifiesta y expresa a pesar de las caras largas de quienes deben aceptar los cambios y partir del Gobierno porteño. El ahorro sólo en Ciudad supera los 35.000.000.000 pesos y son en base a la quita de cargos públicos innecesarios y otras herramientas. Macri respondió: "cuente con eso", le dijo a Javier Milei para confirmar lo que también escribió su primo, el expresidente Mauricio Macri, apoyando la medida.

 
Javier Milei sabe que lo hizo con la certeza del apoyo popular: los números privados le dan la razón y lo asisten a la hora de exhibir el último semestre del gobierno de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa. Volvió al concepto criminal del Estado, atacó la casta y evidenció las pocas ganas de aplaudir de distintos diputados que responden a  todos los arcos políticos sin distinción. Toda la conjunción de deterioro moral, corrupción y falta de idoneidad quedó cercenada al kirchnerismo, que respondió vagamente con un tuit de Juan Grabois, uno de los mas implicados por el desvío de fondos que denunció Ricardo Roa en Clarín el fin de semana pasada y que sacudió el avispero.

"Frente a un obstáculo no vamos a dar marcha atrás, vamos a seguir acelerando", dijo Javier Milei, quien sabía que lo escuchaban diferentes referentes políticos que responden al oficialismo y la oposición por igual. Cree Milei que el apoyo entonces vendrá en forma de perdigón y de todos los espacios políticos, más allá del explícito acuerdo con el PRO tras la cumbre con Cristian Ritondo el miércoles pasado. 

El oficialismo mimó a Luis Caputo, ministro de Economía y el hombre que puso el cuerpo al ajuste brutal que llevó y lleva a cabo Javier Milei hasta 73 noches. Es el mismo ministro que no logró con Mauricio Macri ejercer el poder de forma plena. Buscará Javier Milei seguir dándole herramientas al ministro para redondear el plan de Gobierno pergeñado y terminar con una inflación muy por debajo al diez por ciento.

El ministerio de Sandra Pettovello se llevó más flores que al promedio, ya que la "mafia de los planes sociales" fue denunciada y emparentada a la denuncia e imputación de Alberto Fernández por supuesto enriquecimiento de su entorno gracias a un sistema de Nación Seguros y las contrataciones posteriores llevadas a cabo desde el arribo de Fernández a la máxima magistratura. Llamativa fue María Eugenia Vidal, diputada y exgobernadora que sólo aplaudió en momentos concretos, pero escuetamente y con cara adusta.

Fuente: MDZ, sobre una nota de PEDRO PAULIN