Los desafíos de Llaryora para ser gobernador

Córdoba es la segunda ciudad más grande de la Argentina y en los últimos años el gobierno local avanzó con un shock de obras claves para que la "capital del interior" recuperara algo de su liderazgo perdido. Martín Llaryora, intendente y candidato a gobernador del peronismo, rescató proyectos que estaban abandonados hace años, como la sede del nuevo Concejo Deliberante, la recuperación del Teatro de la Comedia y la reparación de la nueva la Plaza España, en el corazón de Nueva Córdoba. Tres elefantes blancos que afeaban la ciudad y que prometió finalizar antes de concluir su mandato.

 

Más allá del esfuerzo puesto en recuperar calles y plazas, en la construcción de bicisendas y líneas de Metrobus, la transformación también alcanzó la recuperación de históricos de gran valor arquitectónico como el Palacio 6 de Julio, sede del gobierno local e ícono del brutalismo latinoamericano, que con el correr de los años se había transformado en una especie de mercado persa. 

Las márgenes del Río Suquía, uno de los principales afluentes de la provincia que además cruza la capital, se transformaron en un extenso parque lineal, ahora muy concurrido, con la recuperación de plazas muy tradicionales como el Parque Las Heras. Pero repasemos las principales obras que logró concretar en sus cuatro años como intendente de la capital provincial.

Plaza España

La Plaza España es uno de los principales puntos de la capital cordobesa, algo así como plaza del Obelisco de Buenos Aires. Allí confluyen siete avenidas y tiene algunos de los principales museos a su alrededor: el Museo Caraffa, el Museo Emilio Dionisi, el Palacio Ferreyra, el Archivo Histórico de la Provincia y el Museo de Ciencias Naturales.

 

Tras la reforma y luego de su refuncionalización, la plaza alberga en su subsuelo un moderno centro cultural con un impactante techo de vidrio traslúcido. La Plaza España había sido proyectada por Carlos Thays como un ingreso al vecino Parque Sarmiento en 1889. 

Casi cien años más tarde el espacio fue reinaugurado con un diseño del arquitecto Miguel Ángel Roca que incorporó fuentes y esculturas. Para 2016, la municipalidad cordobesa presentó un proyecto muy ambicioso que incorporaba un túnel para descongestionar la zona, el centro cultural y el piso traslúcido. La construcción comenzó en 2018 y fue un absoluto fracaso: El entonces intendente Ramón Mestre apuró su inauguración en medio de la campaña -que perdió- y al poco tiempo hubo que cerrarla porque tenía graves problemas de construcción. La intención del ex intendente era producir un reordenamiento del tránsito y a la vez armar un centro de exposiciones subterráneo. Pero nada funcionó cómo se esperaba.

El proyecto empezó mal: el costo aumentó más de 30% entre los pliegos y la licitación. Para armar el centro cultural hubo que excavar decenas de metros. La idea era construir un centro de exposiciones por debajo de la plaza, que tendría el famoso techo traslúcido, que además sería el piso de la plaza.

 

"Solo faltan detalles", explicó Mestre cuando pre inauguró el espacio antes de dejar la intendencia. A los pocos días comenzaron a derrumbarse las veredas. También se agrietaron las fuentes y por las lluvias ingresó agua en el centro cultural a través del techo vidriado.

 

Cuando asumió, Llaryora renegoció la obra con la concesionaria y fue necesario remediar el terreno para recomenzar el proyecto. 

Llaryora se inclinó por armar un centro de arte contemporáneo con un auditorio para 495 personas. Las obras incluyeron la restauración de 32 tótems y 11 fuentes originales. También la parquización de la superficie e instalación de un sistema de riego.

 

La plaza fue inaugurada a fines de Marzo y en la intendencia ya preparan varios espectáculos sobre el "techo de cristal". En el subsuelo funcionará el Museo Metropolitano de Arte Urbano, un espacio cultural vinculado a las expresiones urbanas, las nuevas tecnologías y el arte digital. "Un elefante blanco menos", sintetizó Llaryora tras inaugurar la obra.

Concejo Deliberante

A pesar de ser la segunda ciudad más poblada y la tercer más antigua de la Argentina, Córdoba no cuenta con un edificio propio que funcione como Concejo Deliberante. En 2008 se abandonó la construcción del edificio que iba a funcionar en el antiguo Mercado del Abasto.

Insólitamente, el actual Concejo está situado en un galpón acondicionado como edificio de oficinas. Cuando en 2005 se mudó a esa locación se pensó en que sería temporario, pero ya transcurrieron 18 períodos legislativos en el mismo lugar. Antes había funcionado en una torre del Garden Shopping.

Tras asumir Llaryora, la Municipalidad de Córdoba retomó el proyecto que quedó en manos de los arquitectos Mariano Faraci, Iván Kustich y Juan Barrionuevo. El edificio tenía un costo de más de 2700 millones de pesos a principios del año pasado y esperan inaugurarlo en junio de 2023. De hecho Llaryora aseguró que el próximo intendente jurará en el nuevo predio.

Cuando la obra se proyectó en 2006, el edificio iba a construirse mayormente en hormigón y ladrillo, pero con el nuevo plano se utilizarán materiales más livianos.

 

 

 

Municipalidad de Córdoba

 

 

 

El Palacio Municipal 6 de Julio es una de las grandes obras del brutalismo argentino. El movimiento surgió en la posguerra y se caracterizó por construcciones minimalistas, la utilización de materiales como hormigón o ladrillo sin detalles ni adornos y una paleta de colores tendiente a lo monocromático.

 

Edificios como el Banco de Londres, la Biblioteca Nacional, del arquitecto Clorindo Testa, o la Facultad de Arquitectura de Mendoza, de Enrico Tedeschi, son algunos de los mejores ejemplos de la corriente que dominó la arquitectura argentina desde mediados de los '50 hasta los años '70. El Palacio Municipal 6 de Julio forma parte de ese tesoro y fue declarado monumento histórico en 2019.

"El conjunto edilicio se caracteriza por la sobriedad y el equilibrio de los volúmenes en lo que se diferencian las funciones administrativas y ejecutivas; se destaca por su expresión racional y moderna que se articula con el entorno a través de sus explanadas y terrazas de base", explicaron cuando fue declarado monumento histórico. 

Llaryora recibió un edificio en extremo abandono, intrusado con tabiques de baja calidad -ese virus de los edificios públicos- y con una suerte de mercado persa en su hall de entrada, diseñado originalmente como un área libre que permitía ver de lado a lado el edificio. Apenas asumió, el intendente convocó a un equipo de arquitectos y restauradores para devolverle su aspecto original. Cuando los trabajos estén terminados, será el primer edificio brutalista en la Argentina en volver a su forma original.

 

El edificio diseñado por el prestigioso estudio SEPRA que integraban Sánchez Elía, Peralta Ramos y Agostini. Su construcción comenzó en 1953 durante la segunda presidencia de Perón y tras su derrocamiento la dictadura paralizó las obras, pero luego se retomaron y concluyeron el 6 de Julio de 1961.

 

Si bien su fachada permaneció inalterada, el interior se convirtió en una especie mercado persa. Paneles de fórmica o tela se utilizaron para dividir las distintas oficinas, que se hicieron necesarias a medida que el gobierno fue acumulando cada vez más funciones y más funcionarios. 

El gobierno ya comenzó a limpiar los hormigones del interior y el exterior y con la instalación de luces led en la fachada. También se hicieron pruebas con materiales graníticos para reemplazar los pisos que estaban en mal estado, ya que los anteriores dejaron de fabricarse.

Las primeras tareas fueron el desarmado de  tabiques y cubículos que "se fueron consolidando de manera improvisada en la planta baja y el entrepiso" y eso permitió ampliar el horizonte visual hacia la Cañada y la Plaza de la Intendencia como lo estipulaban los planos originales.

Teatro de la Comedia

 

El Teatro de la Comedia es uno de los más icónicos de la capital cordobesa y fue construido en 1913. Casi 100 años más tarde, en 2007, el espacio fue arrasado por un incendio que destruyó completamente el predio. A pesar de los anuncios reiterados de su recuperación, el edificio quedó abandonado.

En 2021, Llaryora anunció que comenzaría la reconstrucción del teatro. Las obras prevén llevar la capacidad del recinto a 532 espectadores. El escenario tendrá 19 metros de ancho, 12 metros de fondo y 16,5 metros de altura. La parrilla, ubicada a 14 metros de altura, permitirá el manejo de telones, escenografía y varas de iluminación.

 

La platea contará con un doble acceso, tanto desde el foyer principal de planta baja, como desde el foyer del primer piso. El pullman tendrá una capacidad para 154 personas, sector al que se accede también desde el segundo piso. También allí se encuentra la cabina de luz, sonido y proyección. La obra incluye la ampliación de las veredas de la calle Rivadavia, para darle a la entrada del Teatro un marco más adecuado. Se trata del tercer y último elefante blanco que Llaryora prometió liquidar. Su muerte-nacimiento está previsto para este año, justo cuando se juega su sueño de ganar la gobernación.

Con información de LPO, sobre una nota de Nicolás EISLER