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El verdadero poder de Juan Schiaretti

POLÍTICA 22/04/2023 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
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Gobernador, ¿será candidato presidencial el año que viene”. Eso le consultó a Juan Schiaretti un empresario, el año pasado, antes de que el país entrara en la vorágine pasional y triunfalista del Mundial de Fútbol de Qatar.

La respuesta de Schiaretti fue breve y contundente: “Mi primera aspiración es gobernar Córdoba hasta el último día”.

No lo dijo de ese modo, pero los pocos interlocutores que lo escucharon entendieron lo que quiso decir el mandatario provincial: quiere gobernar “con poder” hasta el último día, ya que no tiene reelección. Y quiere hacerlo, además, con un candidato peronista ya en campaña, como Martín Llaryora, con chances concretas de prolongar a 28 años la estadía del PJ en el poder provincial.

El diálogo con el que iniciamos esta nota, reconstruido a través de distintas fuentes, tiene sentido por la decisión que tomó este viernes el intendente Llaryora: convocó a votar en la Capital el 23 de julio.

El candidato a gobernador oficialista siempre se mostró partidario de que las elecciones capitalinas fuera pegadas a las provinciales, ya oficializadas parael 25 de junio.

El argumento de Llaryora era que la alta imagen de su gestión municipal impulsaría al candidato a intendente peronista si este compartía la boleta única con él como postulante a la Gobernación.

Para el actual alcalde capitalino, ni una eventual candidatura a intendente del radical Rodrigo de Loredo, el dirigente que mejor mide en la principal ciudad provincial, pondría en riesgo el triunfo peronista en las dos fuentes claves de poder en Córdoba.

Schiaretti nunca compartió esa estrategia. El año pasado, antes de que Llaryora fuera oficializado como candidato a gobernador, el actual mandatario ya le había transmitido su visión de que los nombres de Luis Juez y De Loredo en una misma boleta “se potenciaban”.

Eran tiempos en los cuales los peronistas, y todo el ámbito político cordobés, estaban convencidos de que De Loredo iría por la intendencia de la ciudad de Córdoba

El año pasado, en una reunión que mantuvieron en el Centro Cívico, Schiaretti, acompañado por su asesor Roberto Sposetti, le comentó a Llaryora cuál era su plan para evitar que Juez y De Loredo compartieran boleta: elecciones capitalinas separadas, pero sólo por un mes, para que el diputado radical no pudiera ser doble candidato integrando primero la fórmula provincial para luego ir por la intendencia capitalina.

Era un modo de abortar el plan que José Manuel de la Sota y el ucedeísta Germán Kammerath implementaron en las elecciones provinciales de 1998, y más tarde en septiembre de 1999, para los comicios capitalinos.

Hace algunas semanas, el PJ se las ingenió para poner otra traba a la aspiración de doble candidatura del radical. Llamativamente, la concejala Gabriela Pauli, que responde a Olga Riutort, le puso la firma a un proyecto de ordenanza que impide las cuestionables dobles candidaturas.

Lo de llamativo es porque el PJ era el principal interesado en poner ese obstáculo, pero a la iniciativa la impulsó una edil opositora.

Los peronistas no esperaban que De Loredo sea el compañero de la fórmula provincial de Juez. Una movida que no esta oficializada, pero es muy probable.

Más allá de estos detalles, lo concreto es que se impuso la estrategia de Schiaretti para la fecha de votación del nuevo intendente de la Capital.

Lo mismo sucedió con el día de elección para la Gobernación. Llaryora lo dijo de manera pública el verano pasado: hubiera preferido que los comicios provinciales se realizaran en abril o mayo.

Schiaretti se resistió a modificar el Código Electoral para adelantar los comicios antes de junio. El argumento fue que la sociedad rechazaría cambiarlas reglas en los umbrales del año electoral.

Los llayoristas sostenían que si se modificaba la ley electoral durante el Mundial de Qatar, eso iba a tener “cero impacto” político.

Sin embargo, una vez más se impuso el criterio del gobernador, más allá de que en el oficialismo niegan diferencias entre las dos máximas figuras del PJ.

LAS VICES
No obstante, en el PJ provincial aún quedan varias cuestiones para resolver. Dos son importantes: la integración de las principales fórmulas, la provincial y la capitalina.

Aunque falta para las confirmaciones, es muy probable que para la nominación de los candidatos a vice tenga mayor injerencia Llaryora, el aspirante a suceder a Schiaretti en el poder provincial y también en el liderazgo del PJ.

El lunes, Llaryora y el gobernador encabezarán en Río Cuarto el lanzamiento de la alianza oficialista, que cambiará de sello: muy probablemente será renombrada Hacemos Juntos por Córdoba.

El lugar elegido para el lanzamiento no parece al azar. Es el territorio político del intendente Juan Manuel Llamosas, quien tiene muchas chances en transformarse en el compañero de la fórmula provincial. Llaryora ya dio señales en ese sentido.

Para la Capital, el candidato Passerini no oculta en privado que le gustaría que lo acompañe una mujer.

Se habla de dirigentes que responden a Alejandra Vigo, como las ministras Claudia Martínez (Mujer) y Laura Jure (Empleo y Economía Familiar), pero Llaryora “es el que tiene la lapicera”, como admitió a La Voz la propia senadora nacional.

Miguel Siciliano o su esposa Victoria Flores suenan fuerte en el ámbito del llaryorismo, aunque el intendente no da indicios ni en privado. Aguardará hasta último momento para confirmar la fórmula capitalina, que –en este caso sí– pasará por su decisión.

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Con información de La Voz, sobre una nota de Julián Cañas

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