Affaire Berni: Silencio de Schiaretti pero atención a la “nube tóxica”

La agresión física que sufrió el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, de parte de choferes que acababan de sufrir el asesinato de un compañero de trabajo en La Matanza, tuvo su lectura en el oficialismo de Córdoba, donde consideran que solo un necio podría no preocuparse por el clima social, político, económico y mediático imperante, y que la “nube tóxica” baja para todos. Que no es otra cosa que el malestar extremo del ciudadano de a pie con las dirigencias políticas y de todo tipo, y la ruptura de los lazos de representación tradicional. En su penúltima etapa, el que se vayan todos.

Con críticas al Frente de Todos, en Hacemos por Córdoba ven que gran parte del problema es la anomia de un gobierno nacional en retirada y que ya no tiene respuestas a nada, aunque el hecho se haya producido en la provincia de Buenos Aires y haya golpeado el proyecto reeleccionista del gobernador Axel Kicillof, quien en medio de la dispersión del oficialismo, aparecía todavía en pie para retener el control de la gran provincia.

Juan Schiaretti hizo silencio sobre el affaire Berni y por supuesto sobre la polémica con el gobierno porteño. Lo mismo desde la Municipalidad donde reside el candidato a gobernador Martín Llaryora, pero en el Palacio deslizaron que están “trabajando como siempre”, “cerca de la gente” como antídoto al malhumor social.

En términos electorales, la crisis  (no el crimen, claro) le es funcional a Schiaretti para sus necesidades en el complicado territorio bonaerense, pero en términos de reacción contra la dirigencia política tradicional le caben las generales de la ley. Aunque habla casi nada de política pura y no hace análisis en público, Schiaretti dejó algunas frases en la nota que publicó el domingo pasado el diario Perfil de Buenos Aires, antes de los acontecimientos del lunes. El mandatario interpretó que el fenómeno Milei expresa “la bronca legítima de la sociedad con la dirigencia política argentina”.  Admitió además que el diputado libertario cotiza alto en las encuestas presidenciales, y que en Córdoba está segundo, detrás de él mismo, para las elecciones de agosto y octubre. Probablemente teme la provincialización de ese enojo, con efecto voluminizador no en Milei -sus candidatos no tienen ni siquiera el aval del diputado- sino de dirigentes como Luis Juez, el candidato de Juntos por el Cambio que sabe entrar y salir de la casta según el caso.

Recostado en la gestión como respuesta a todo, el jefe del Panal y la senadora Alejandra Vigo, en su carácter de integrante del gabinete social pero también alimentando versiones de su candidatura a vicegobernadora, encabezó ayer un acto de entrega de 220 nuevos créditos del programa Más Vida Digna destinados a la compra de materiales y pago de mano de obra para mejoras de las viviendas de sectores pobres. Los beneficiarios pertenecen a la ciudad Capital, donde están las mayores demandas sociales y de seguridad de la provincia y donde vota la mayor parte del electorado que definirá quién lo sucederá en los comicios del 25 de junio. Sobre la pobreza en Córdoba, que venía siendo más alta que la nacional pero que según la última medición del Indec bajó en el segundo semestre del 2022, Schiaretti hizo foco en la baja de la pobreza en el Gran Córdoba en la entrevista mencionada. Con precisión, desgranó datos de la mejora y del mercado laboral provincial.

Para Capital también hubo móviles policiales, mientras en todas las encuestas el temor al delito se ubica en el tope de las preocupaciones. El lunes el ministro de Gobierno y Seguridad, Julián López, junto al secretario de Seguridad, Claudio Stampalija, entregaron 100 autos nuevos para patrullaje en los barrios a la jefa de la Policía, comisaria Liliana Zárate Belletti. Por esas horas, el propio Schiaretti, de nuevo en Capital, se trasladó a los populosos barrios Colonia Lola, al que en algún momento la ironía popular rotuló “Colombia Lola”, y Renacimiento, donde inauguró otro playón social deportivo, esas suertes de nodos de asentamiento estatal que planeó el gobierno provincial para “alejar a los niños, niñas y jóvenes de los peligros de la droga y el alcohol”, una frase que remite al fantasma de la “rosarización” de Córdoba que azuza la oposición y tomó la propia cúpula de la iglesia católica local.

FUENTE: DIARIOALFIL.COM.AR