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Mercados, kirchnerismo y FMI, los apoyos clave de la operación de Sergio Massa

POLÍTICA 22/03/2023 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior

La operación de colocación de bonos en dólares en posesión del sector público (unos U$S 4.000 millones totales), que se volcarían al mercado entre la semana próxima y agosto, parece haber obtenido dos apoyos importantes en las últimas horas.

La de los principales operadores financieros, incluyendo bancos, fondos de inversión y compañías de seguros, los que serían los principales teóricos demandantes de los papeles, cuando éstos se vuelquen al mercado. Y la del kirchnerismo, que delegó para el aval de la operación a la titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), Fernanda Raverta.

No es una cuestión más. Es precisamente la Anses desde donde saldrá la mayor cantidad de bonos Globales 30, que se volcarán al mercado, con una suma que supera levemente los U$S 2.000 millones, casi la mitad de toda la operación.

Se supone entonces que Cristina Fernández de Kirchner u otros dirigentes del kirchnerismo duro, al menos soportan que la caja del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) se desdolarice. Y eventualmente, pierda poder de acción la caja más importante del país, manejada hoy por el kirchnerismo.

La mirada del Fondo
Más allá de la importancia del apoyo del mercado de capitales y el principal accionista del oficialismo, el aval más importante, dadas las circunstancias, viene desde otro lado. Más precisamente, desde Washington. Para esto hay que volver unos días atrás.

Durante la reunión de la primera semana de marzo, en la que Sergio Massa se reunió con la directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, el ministro se comprometió formalmente a no reiterar la operación de recompra de bonos de deuda pública emitidos en moneda extranjera bajo legislación internacional.

Luego, en  carta de intención firmada la semana pasada por los responsables del organismo sobre el caso argentino, Luis Cubeddu y  Ashvin Ahuja, por la cual se define la aprobación del ejercicio 2022 y se deslizan las primeras acciones que el país deberá respetar para el 2023, figura expresamente que hacia delante las autoridades locales "se comprometen a no utilizar reservas internacionales, ni emitir instrumentos de deuda externa de corto plazo para intervenir en los mercados cambiarios paralelos".

Algo más abajo del comunicado del FMI se reclama que "las medidas cambiarias administrativas temporales no deben ser un sustituto de una política macroeconómica sólida". Con esto, el Ministerio de Economía que conduce Sergio Massa deja en claro que la operación realizada a comienzos de año no volverá a repetirse.

Acepta de esta manera una de las sugerencias que explícitamente Kristalina Georgieva le había realizado en persona a Sergio Massa, y que había derivado en una de las discusiones (siempre caballerescas y dentro de términos de dos personas que buscan ponerse de acuerdo) de los últimos días.

La titular del Fondo le había manifestado en el encuentro que mantuvo con el ministro en la Cumbre del G-20 en la India su visión negativa ante la operación de recompra de deuda; manifestando que hacia delante sería una posición pétrea en contra de la alternativa.

Luego, en las negociaciones con el FMI de los últimos 15 días entre funcionarios argentinos y los dos técnicos del organismo (encuentros presenciales y vía zoom), los interlocutores del organismo volvieron sobre el tema y dejaron en claro que la reducción de los dólares que debe acumular en el primer trimestre del año el Banco Central tiene que venir con el compromiso de que Buenos Aires no avanzará sobre el tema otra vez.

Compromisos y algo más
Tanto el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein como el negociador local, Leonardo Madcur, aceptaron la condición, luego de haberlo consultado a Massa, quien aprobó la condición. Esto a cambio de la flexibilidad del FMI en otros temas más complicados y necesarios. 

El conflicto en cuestión se había generado el 18 de enero pasado, ante el anuncio de Massa sobre la intención oficial de recomprar bonos de deuda pública por unos U$S 1.000 millones, con el objetivo de frenar el incremento de demanda de divisas (financieras y en el blue) y como instrumento de intervención indirecta en el mercado cambiario.

Los recursos para la recompra serían aportados por el Tesoro Nacional a partir de supuestas partidas de previsión de ahorro para 2023; dinero que, según el anuncio de Economía, surgiría de áreas como la energética por la aplicación de aumentos de tarifas en los servicios de electricidad a sectores de mayores ingresos, bajas en la importación de combustibles y mejores condiciones de exportaciones de productos industriales.

“Vimos una caída de mil puntos o un poco más del Riesgo País de la Argentina. Eso significa una ventana de oportunidad”, había sostenido Massa al presentar la operación. La operación recibió una primera reacción positiva del mercado, con suba de bonos, caída del blue (en esos días, a 375 pesos), retrocesos en el MEP y el CCL.

Sin embargo, también recibió críticas de parte del FMI. Más precisamente, el director Adjunto para el Hemisferio Occidental, el inglés Nigel Chalk, quien cuestionó públicamente la medida anunciada por el Ministerio de Economía. Según el funcionario, encargado de la negociación técnica con el país, este tipo de alteraciones iría a contramano de lo comprometido por Argentina de darle más transparencia al mercado.

Chalk le dejó en claro al Gobierno que sus opiniones se hacían como técnico, y que no tendrían que ver con la aprobación del ejercicio 2022 del acuerdo de Facilidades Extendidas, algo que finalmente se dio como había prometido el inglés.

Pero el hecho que Georgieva haya traído el tema a la reunión con Massa, hizo sospechar que el reemplazante interino de Illan Goldfajn habló con la búlgara y le comunicó su descontento técnico. Algo que Georgieva compró. Al menos eso es lo que se especula desde Buenos Aires.

Ante la posición dura del FMI, se avanzó en Economía en otra estrategia; la de desprenderse de dólares en poder de organismo públicos (113, comenzando por Anses), una estrategia avalada por el FMI, porque no implica la pérdida de reservas del Banco Central.

En esa línea avanzó este miércoles Sergio Massa con la propuesta formulada a bancos, compañías de seguro y fondos comunes de inversión. Ahora la pelota está del lado de los mercados, mientras el Gobierno espera que desinfle la cotización de los dólares financieros (MEP o Bolsa, CCL) y el blue.

FUENTE: MDZOL.COM

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