Detectaron robo chino de información estadounidense en «inofensiva» fotografía

Silenciosa y oculta a simple vista, esa es la manera en la que el régimen comunista de China ha logrado robar información de otros países en materia tecnológica para ahorrar años de desarrollo. Porque si bien se ha hablado de las decenas de técnicas en materia de espionaje, es poco lo que se dice sobre cómo llega esa información al gigante asiático, justo a las manos de la directiva del Partido Comunista de China (PCCh).

La historia de Xiaoqing Zheng, de 59 años, puede ilustrar un poco al respecto. Durante 10 años trabajó en General Electric (GE) —conglomerado estadounidense dedicado a servicios financieros, energía e infraestructura— como ingeniero especializado en tecnología de sellado de turbinas. Sin embargo, a inicios de enero fue condenado a dos años de cárcel «por conspirar para robar secretos comerciales sabiendo o con la intención de beneficiar a la República Popular China (RPC)». Todo partió de una aparente y nada especial fotografía de una puesta de sol.

El detalle, es que la foto tenía dentro de sí preciada información de la multinacional. Lo hizo «mediante la técnica de la esteganografía», tal como se lee en la sentencia de la justica de Estados Unidos. Lo que hizo el ingeniero chino fue «colocar en el código binario de otro archivo electrónico del ordenador, una fotografía digital de una puesta de sol que, por lo demás, parecía inofensiva». Es como decir que usó tinta invisible cuando entre batallones se enviaban cartas durante la Segunda Guerra Mundial. Una vez que logró infiltrar el mensaje en la imagen, la envió desde su correo empresarial a otra bandeja de correo electrónico, también a su nombre.

Robo en las narices de EEUU
“Este es un caso de espionaje económico de libro de texto. Zheng aprovechó su puesto de confianza, traicionó a su empleador y conspiró con China para robar tecnología estadounidense innovadora”, aseveró el fiscal general adjunto Matthew G. Olsen. Desde la Fiscalía aseguran que “continuarán trabajando con el FBI para responsabilizar a los criminales cuando buscan explotar ilegalmente el ingenio estadounidense”.

Zheng también tendrá que pagar una multa de 7500 dólares y cumplir un año de libertad condicional luego de cumplir la sentencia. Aún así, la frase de la Fiscalía asoma que así como este incidente, es posible que existan otros todavía no descubiertos.

Lo que se plantea entonces es el robo de información confidencial en las narices de empresas y del gobierno de EE. UU. y sobre eso ya hay varios precedentes. Por ejemplo, el empleado de la NASA que hace dos años admitió vínculos con China. Lo que tienen en común ambos casos, es que los dos hombres resultaron ser miembros del Programa de los Mil Talentos, una controvertida iniciativa para reclutar personas con acceso o conocimiento de tecnología extranjera. Todo le queda redondo a Xi Jinping para seguir fortaleciendo su «socialismo con características chinas» en materia tecnológica y militar.

Rápido avance chino
Al cometer este tipo de robo, China ahorra algo más preciado que el dinero: tiempo. Pero cualquier nación que cometa este delito se asegura de «dar saltos en las cadenas de valor mundiales con relativa rapidez, y sin los costes, tanto en términos de tiempo como de dinero, de depender de las capacidades autóctonas», aseguró a BBC Nick Marro, de la Unidad de Inteligencia de The Economist.

Lo que dice el experto coincide con las palabras de Alan E. Kohler Jr. subdirector de Contrainteligencia del FBI. “El ingenio estadounidense es una parte integral de la seguridad económica de los Estados Unidos; es lo que ha guiado al país a convertirse en el líder mundial, incluso cuando China busca derrocar nuestro estatus”.

Son razonamientos certeros, pero las acciones parecen lentas en comparación al aumento de la influencia china. Incluso existen preocupaciones de la dependencia de EE. UU. a la nación asiática en términos de salud. Como dijo recientemente Sebastián Gorka, ex asistente adjunto de la Casa Blanca, «más del 90 % de los medicamentos que tenemos aquí, como los antibióticos, los compramos en China».

Fuente: PanamPost