Pétalos de Sol, un ícono de la noche cordobesa que se vende por Facebook

El aviso sorprendió a los que pasaron por el MarketPlace de Facebook. Decía simplemente “Vendo fondo de comercio”, pero en la foto revelaba que en realidad el comercio que se vende es Pétalos de sol.

Un clásico de la noche cordobesa, ubicado sobre la Cañada, casi en la esquina con Bv. San Juan. Con más de 25 años de trayectoria, sobrevivió a varias crisis, pero esta le pega más que nunca. 

 El negocio ya venía complicado hace un tiempo. Lo intentaron remontar con algunas movidas de marketing que promocionaban noches con consumisiones al costo a precio de los 90`. Pero no alcanzó y la cuarentena termina de dar el último tiro de gracia. 

"Pétalos no cierra, se vende", aclara Alen, que se hizo cargo del negocio que comenzó su tío hace más de 15 años. 

A principios de julio se habilitó la apertura de bares y restaurantes en Córdoba. Ese día volvieron a abrir después de cuatro meses sin ingresos. Como indica el protocolo, podían trabajar para 120 personas, a la mitad de su capacidad original. Sin embargo, las noches que abren no logran cubrir ni la mitad de gente de lo que les permite el COE. 

 Y es lógico, ya que el horario les juega en contra. El público de Pétalos, de naturaleza más rockera y acostumbrada a colmar el lugar pasadas las dos de la mañana, no logró adaptarse totalmente a las nuevas exigencias. A la 1 los locales deben estar cerrados. 

Si bien ya publicó el aviso y recibió muchos llamados de gente interesada, todavía no pierde las esperanzas. "Lo voy a mantener lo que más que pueda", dice.

En estos meses intentaron a través de las redes sociales mantener la fidelización de su público que construyeron en este cuarto de siglo trabajando. Con transmisiones en vivo, entrevistas a artistas y publicaciones regulares, la mística seguía encendida.

Pero los números no comprenden de mística y si la situación sigue igual, será difícil mantenerse en pie. "Está en venta, durará lo que tenga que durar, lo voy a aguantar hasta el final", concluye Alen.

Fuente: El Doce