Wall Street apuesta a Milei: optimismo pleno, reformas clave y una luz amarilla cambiaria

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Wall Street considera que Milei está cerca de consolidar poder político y económico.
  • La reforma laboral y el Presupuesto 2026 son vistos como claves para medir gobernabilidad.
  • Inversores observan con atención el riesgo de atraso cambiario y posibles cambios en bandas cambiarias.
  • Se espera una baja del riesgo país hacia los 400 puntos si avanzan las reformas.
  • El Gobierno impulsa la emisión de deuda en dólares y el proyecto de “inocencia fiscal”.
  • La minería reúne proyectos por US$ 16.000 millones y concentra expectativas de inversión.

En un giro que sorprende incluso a los propios analistas, la visión de Wall Street sobre la Argentina dio un viraje nítido en las últimas semanas. Fondos de inversión que hasta hace poco se mostraban escépticos ahora consideran que la administración de Javier Milei está a un paso de consolidar plenamente su poder, tanto en el Congreso como en los mercados. El cambio de aire es evidente: lo que hasta hace semanas parecía un camino empinado ahora aparece, para los inversores, como una oportunidad histórica de estabilización económica.

La expectativa inmediata está puesta en el Parlamento. El Gobierno prevé enviar dos iniciativas cruciales: una reforma laboral largamente postergada —desde los años ‘90— y el proyecto de Presupuesto 2026, el primero que se presentaría de forma regular en tres años. Para los operadores financieros, estas dos leyes serán la prueba de fuego que determinará hasta qué punto La Libertad Avanza logra traducir su capital político en músculo legislativo.

A nivel político, observan una ventaja: Milei no enfrenta una oposición con capacidad real de bloquear sus planes. La disputa, según describen en Wall Street, pasa más por la forma en que el propio presidente ejerza su liderazgo que por un verdadero contrapeso institucional. Ese clima de gobernabilidad percibida es, para los grandes fondos, una pieza clave en la recomposición de expectativas.

Sin embargo, no todo es euforia. La única “luz amarilla” que señalan los analistas es el riesgo de un eventual atraso cambiario. Por ahora no ven señales concretas de que ese problema haya reaparecido, pero admiten que es el principal foco a monitorear. Frente a esto, existe la presunción de que el ministro de Economía, Luis Caputo, podría flexibilizar las bandas cambiarias durante el verano para evitar distorsiones y reforzar la confianza del mercado.

La lectura de los fondos consultados es coincidente: hay chances reales de que el riesgo país retroceda hacia la zona de 400 puntos en el corto plazo, siempre y cuando el Banco Central logre recomponer reservas y las reformas avancen sin sobresaltos. Caputo, incluso, aventuró entre operadores que ese número podría acercarse a 300 puntos si se concreta un flujo significativo de capitales. Los grandes inversores lo ven posible, aunque en una segunda etapa.

Para Wall Street, dos hitos marcarán el ritmo de esa posible mejora. El primero será la sanción de la reforma laboral y el Presupuesto 2026. El segundo, la emisión de deuda en dólares en el mercado local. El primer bono libertario en moneda dura es visto como el gesto inicial hacia el sistema financiero global: “Será como poner los pies en el agua”, graficó uno de los ejecutivos consultados. En el Gobierno esperan que su colocación, destinada a cubrir un vencimiento de enero, funcione como termómetro inmediato del apetito inversor.

El buen humor financiero está también influido por un factor externo: el respaldo del expresidente estadounidense Donald Trump, que —según operadores— abrió la puerta para un mayor flujo de dólares hacia la Argentina. Desde ese punto de inflexión, sostienen, la secuencia de señales positivas se encadenó: el resultado electoral, el programa financiero elaborado por Caputo, y la mejora en el clima internacional.

Ese optimismo se refleja además en un fuerte repunte de emisiones corporativas en Nueva York. De acuerdo con datos privados, desde el 26 de octubre las principales empresas argentinas ya emitieron bonos por US$ 4.200 millones, un volumen que marca un récord dentro de la gestión actual. Solo una fracción reducida fue liquidada en el Banco Central; el resto se utilizará a medida que las compañías avancen en nuevas inversiones.

Paralelamente, el Gobierno volvió a impulsar el proyecto de “inocencia fiscal”, que busca blanquear dólares no declarados elevando los montos mínimos considerados como delito en el Régimen Penal Tributario. La apuesta oficial es lograr su aprobación antes de fin de año, o en su defecto incluirlo en el período de sesiones extraordinarias.

Un capítulo aparte es el sector minero, que aparece como uno de los motores potenciales de la inversión extranjera directa bajo el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Entre proyectos anunciados y conversaciones avanzadas, ya se contabilizan iniciativas por más de US$ 16.000 millones, aunque las compañías reclaman extender los plazos para concretar nuevos anuncios.

En Wall Street sostienen que, si Milei logra capitalizar este momento político y evitar desbordes cambiarios, la Argentina podría recuperar terreno perdido y reconstruir un sendero de estabilidad. Falta aún recorrer varias etapas, pero el mercado, por ahora, está decidido a creer.

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