
El primer partido de Maradona en el "Gigante de Alberdi" fue derrota y la primera expulsión de su carrera
DEPORTES Omar Eden

Diego Maradona una sola vez pisó el Gigante de Alberdi, y la verdad que lo sufrió, fue en 1977. Ese día, la historia se volvió implacable. En una jornada donde el destino parecía haberle preparado una lección, el joven "Pelusa" sufrió una profunda decepción que sería recordada por años.
El partido, que terminó 2-0 a favor de Belgrano, fue un claro reflejo de cómo los grandes sueños pueden enfrentar la cruda realidad. Con goles de Rubén Bonet y Víctor Sosa, el equipo dirigido por Sebastián Viberti no solo mostró un rendimiento extraordinario, sino que también se alzó en la tabla, consolidando su ascenso tras un juego que exhibió cohesión y estrategia. La lluvia de tarjetas fue un presagio de la tensión que envolvió el encuentro, culminando con la expulsión de Maradona en un momento decisivo. Una primera roja, ¡la primera de su carrera! que sólo amplificaba la frustración de un partido que no salió como él había proyectado.
Durante esos 90 minutos, el Gigante de Alberdi se convirtió en un santuario lleno de fervor, recaudando más de 8 millones de pesos de la época , lo que demuestra el interés y la pasión del pueblo cordobés por el fútbol, y ni que hablar del pueblo "pirata", a pesar de que el encuentro se celebraba en una jornada laboral, la presencia masiva de aficionados evidenció algo más que simple interés: jugaba Belgrano y ya sabemos que pasa cuando juega el más convocante del fútbol cordobés.
El Belgrano de 1977 no solo se dedicaba a ganar, sino a hacer vibrar el corazón de Córdoba. La “B” jugó con esta formación: Oscar Luraschi; Antonio Sanseverino, Omar Beccerica, Rubén Coletti y Daniel Capurro; Benito Rodríguez (ST: 10m José Monserrat), Eduardo Carranza (ST: 10m Juan Cantarutti) y Miguel Laciar; Rubén Commisso, Víctor Sosa y Rubén Bonet.
Los "Bichos" de la paternal lo hicieron con Carlos Munutti; Osvaldo Cerutti, Carlos Lizondo, Roberto Iglesias y Héctor Romano; Carlos Fren, Rubén Ríos (ST: Sebastián Ovelar) y Diego Maradona; Jorge López, Marcelo Rende y Mateo Di Donato (ST: 31m Rubén Giacobetti).
A lo largo de los años, Maradona regresaría a Córdoba, dejando su huella en 13 encuentros más, cada uno con su propio nivel de expectación y emoción. Sin embargo, el recuerdo más destacado fue sin duda en 1995, cuando, ya consagrado, volvió a enfrentar a Belgrano bajo el resplandor del Chateau Carreras. La imagen del "10" con el cabello teñido y su magia intacta evocaba el contraste entre el joven aspirante y el maestro consumado.
Es fácil ver en estos encuentros una narración de contrastes: la juventud enérgica cargada de sueños y la madurez en toda su gloria. Lo que queda de estas visitas es un legado imborrable en el corazón de los aficionados. En un mundo donde las estrellas brillan, pocos han logrado dejar una impronta tan profunda como Diego. Su paso por Córdoba no fue solo una serie de partidos, sino un recordatorio de que las grandes leyendas también enfrentan sus propias batallas y que, en cada caída, hay una oportunidad para levantarse más fuerte.


