La pulseada por el dólar expone las fisuras del nuevo esquema monetario

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Cambio de esquema monetario: El Gobierno intenta abandonar al dólar como ancla nominal y controlar la cantidad de dinero, siguiendo el programa del FMI.
  • Tensión en el mercado: La suba del dólar en julio (13,6%) y el fin abrupto de las LEFI generaron incertidumbre; las intervenciones del BCRA y la suba de tasas no lograron estabilizar el mercado.
  • Dudas sobre la sostenibilidad: Inversores y consultoras advierten que las tasas de interés suben incluso cuando el dólar no toca el techo de la banda, lo que refleja desconfianza en la capacidad del Gobierno para sostener el esquema.
  • Advertencia del FMI: El Fondo reclama mayor claridad, previsibilidad y una comunicación más sólida para anclar expectativas.
  • El desafío político: La acumulación de reservas y el respaldo político serán claves para consolidar el modelo; de lo contrario, la incertidumbre seguirá dominando.

El intento del Gobierno por abandonar al dólar como ancla nominal y transitar hacia un régimen de control por agregados monetarios, en línea con las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI), enfrenta su primer gran test. La fuerte suba del dólar en julio —un 13,6% en el mes— dejó al descubierto las tensiones de un modelo que aún no logra consolidar la confianza del mercado.

El final abrupto de las Letras de Financiamiento (LEFI) marcó un punto de inflexión. Desde entonces, el Banco Central (BCRA) alternó entre intervenciones en el mercado de futuros y subas de tasas de interés en un intento por contener la volatilidad. Sin embargo, el impacto fue limitado. En los últimos días, la autoridad monetaria optó por dejar de intervenir y permitió que el dólar se acerque peligrosamente al techo de la banda de flotación, hoy fijado en torno a $1.450.

La reacción de los inversores no se hizo esperar. Tanto en los precios de los activos financieros como en los análisis de las principales consultoras, afloró un interrogante central: ¿tiene el Gobierno la capacidad de sostener este esquema monetario sin perder el control de las expectativas?

La administradora de fondos MegaQM resumió el dilema: “Si el tipo de cambio toca el techo de la banda, el Banco Central debería intervenir vendiendo divisas para absorber pesos, lo que, en teoría, impulsa las tasas de interés y baja el dólar”. No obstante, en julio las tasas escalaron sin que la divisa llegara a rozar el techo, una señal de que los inversores ven el esquema como frágil y vulnerable.

“La paradoja es evidente: cuando el dólar está cerca del techo de la banda, las tasas de interés deberían bajar si se cree en la capacidad del Gobierno de defender ese límite. Pero hoy ocurre lo contrario”, advirtió MegaQM. Esta disociación entre la tasa de interés y el tipo de cambio deja un mensaje inquietante: el mercado desconfía de la sostenibilidad de las bandas y, por ende, del programa monetario en su conjunto.

La consultora Outlier, liderada por Juan Manuel Truffa y Gabriel Caamaño, coincidió en el diagnóstico. “La política monetaria no resulta clara ni previsible. Tampoco parece consistente con los compromisos del acuerdo con el FMI”, señalaron. Un gráfico de la firma ilustra que los rendimientos de los títulos en pesos implican un tipo de cambio implícito por encima del techo oficial. Es decir, los inversores exigen una prima que sugiere dudas sobre la capacidad del Gobierno de mantener el control.

La preocupación llegó incluso al FMI. En su último staff report, el organismo internacional instó a acelerar la implementación de un esquema de agregados monetarios “más claro y previsible”, subrayando la importancia de una comunicación oficial robusta para anclar expectativas.

Miguel Kiguel, al frente de Econviews, puso el foco en el desafío de fondo: “La suba del dólar en julio tensionó la credibilidad del programa, pero también puede ser vista como una oportunidad. Si el Gobierno logra acumular reservas y sostener la competitividad, el esquema puede ganar resiliencia. Sin embargo, la clave estará en recalibrar la política monetaria y asegurar respaldo político. De lo contrario, la incertidumbre seguirá siendo la norma”.

En resumen, el cambio de régimen monetario que impulsan Luis Caputo y Santiago Bausili enfrenta una encrucijada. Entre la presión de los mercados y las advertencias del propio FMI, el Gobierno deberá demostrar en los próximos meses que el abandono del dólar como ancla no se convierte en un salto al vacío.

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