Con el Consejo de Mayo en marcha, el Gobierno busca blindar sus reformas estructurales

• El Gobierno lanzó formalmente el Consejo de Mayo, un espacio multisectorial para trabajar en las reformas del Pacto de Mayo, firmado por 19 gobernadores.
• La reunión inaugural fue encabezada por Guillermo Francos y participaron seis referentes de distintos sectores (Ejecutivo, provincias, Congreso, CGT y UIA).
• Se acordó redactar un documento final en diciembre con las reformas propuestas.
• Temas clave: equilibrio fiscal, reforma laboral, tributaria y previsional, educación, coparticipación y comercio exterior.
• La reforma laboral y la coparticipación podrían generar tensiones con sindicatos y gobernadores.
• El Consejo sesionará mensualmente; el próximo encuentro será el 20 de julio.
• La iniciativa busca fortalecer la gobernabilidad ante el desgaste de alianzas legislativas y reclamos de los gobernadores.
• El Gobierno apuesta por referentes dialoguistas para facilitar consensos, aunque no hay garantía de apoyo legislativo.

Tras más de un año de su anuncio y con crecientes tensiones políticas como telón de fondo, el Gobierno de Javier Milei finalmente puso en marcha el Consejo de Mayo, un espacio multisectorial diseñado para impulsar las reformas estructurales delineadas en el Pacto de Mayo firmado por 19 gobernadores. El encuentro inaugural se realizó este martes en la Casa Rosada, duró una hora y media, y estuvo encabezado por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, presidente del flamante Consejo.

Participaron seis representantes clave, designados por decreto: Federico Sturzenegger (Ejecutivo), Alfredo Cornejo (gobernadores), Carolina Losada (Senado), Cristian Ritondo (Diputados), Gerardo Martínez (CGT) y Martín Rappallini (UIA). Si bien la reunión fue de carácter protocolar y sin definiciones de fondo, se acordó avanzar hacia un documento final en diciembre con las propuestas concretas para cada una de las diez cláusulas del Pacto de Mayo.

Entre los temas que estarán sobre la mesa se destacan: equilibrio fiscal, reforma tributaria, educación, modernización laboral, reforma previsional, rediscusión de la coparticipación y apertura comercial. Sin embargo, algunos puntos, como la reforma laboral y la coparticipación federal, ya asoman como potenciales focos de conflicto, especialmente con los sindicatos y algunos gobernadores.

La presencia de Gerardo Martínez (UOCRA) no es menor. Es uno de los pocos dirigentes gremiales con diálogo fluido con el oficialismo y fue clave en la estrategia del Gobierno para avanzar en una “modernización laboral” sin confrontar abiertamente con la CGT. “No avalamos una reforma, pero estamos dispuestos a discutir una modernización con consenso”, expresó Martínez al salir del encuentro.

El Consejo se reunirá una vez por mes, con un nuevo encuentro previsto para el 20 de julio. Para entonces, cada representante deberá acercar una lista de prioridades para comenzar a delinear los primeros borradores legislativos. Aunque el Gobierno busca que este espacio allane el camino para una agenda legislativa ambiciosa, no hay garantía de que los consensos allí alcanzados se traduzcan en votos en el Congreso, donde La Libertad Avanza ha comenzado a sentir el desgaste de su esquema de alianzas.

El Consejo de Mayo también aparece como una respuesta a la creciente presión de los gobernadores, que reclaman la falta de transferencias y el congelamiento de obras públicas. En ese marco, la Casa Rosada intenta recomponer puentes no solo con mandatarios provinciales sino también con sectores clave como sindicatos y empresarios. “Necesitamos aceitar los vínculos para sostener la gobernabilidad”, admiten desde Balcarce 50.

Los perfiles de los integrantes del Consejo muestran la apuesta por figuras dialoguistas. Ritondo representa el canal con el PRO, Losada con sectores del radicalismo, y Cornejo —gobernador de Mendoza— es uno de los que mantiene relación más fluida con el oficialismo. Todos, a su modo, han sido actores relevantes en la ingeniería política que permitió a Milei sortear varios obstáculos en el Congreso durante su primer año de gestión.

El Consejo de Mayo aparece, así, como una nueva herramienta de articulación institucional, aunque sus resultados dependerán del margen político real del Gobierno para construir acuerdos duraderos. Por ahora, el reloj ya empezó a correr.