Mucho más que las sesiones ordinarias en la Legislatura provincial, el gobernador Martín Llaryora puso en marcha este sábado el año electoral con el arranque de la actividad de la Unicameral en un escenario inédito como el de Deán Funes. En las casi dos horas que duró el discurso del primer mandatario provincial, el dueño del despacho principal del Panal eligió, cuidadosamente, profundizar la distancia con el Gobierno nacional de Javier Milei, repasó su primer año de gestión, hizo los anuncios que había adelantado Alfil para dos regiones como el noroeste y el ‘sur-sur’, tuvo nula autocrítica y reforzó sus dardos en los líderes de la oposición cordobesa a quienes les pidió que reclamen en Buenos Aires los fondos que la Nación le debe a Córdoba.
Sin nombres propios, Llaryora marcó diferencias de fondo que tiene la gestión que él lidera con respecto a Casa Rosada y profundizó esa distinción en una jornada cuya agenda para el arco político local estuvo atravesada por la marcha antifascista en contra de Milei y la actividad en Deán Funes. Pero que, sin embargo, a nivel nacional la transversal manifestación como repudio a los dichos del Presidente en el Foro de Davos ocupó las primeras planas.
“La libertad tiene que ser vivida y libre, porque muchos dieron su vida por la libertad”, dijo el gobernador durante el discurso de apertura. Donde, además, cuestionó la división que plantea la gestión libertaria y la comparó con la grieta que se profundizó durante el kirchnerismo.
Un equilibrio entre los dos frentes nacionales con el que casi emuló a su antecesor, el exgobernador Juan Schiaretti a quien citó y reivindicó también durante su alocución.
Escudo cordobesista
En la previa de un tórrido atardecer en el noroeste, Llaryora encabezó un acto por la construcción de la universidad provincial en Deán Funes y ahí marcó la primera diferencia con la administración libertaria. A la que siguió la promesa de la edificación de los tribunales en la localidad; para luego, anunciar, con énfasis, que presentará un proyecto para que durante los próximos diez años el acto de apertura legislativo se haga en el interior.
En tanto, y atento a los cuestionamientos con los que la oposición cruzó al Gobierno provincial en los últimos días por los impuestazos, y la defensa que ensayaron los funcionarios llaryoristas, el gobernador tiró hacia arriba las responsabilidades cuando dijo que “el Gobierno nacional optó por desentenderse de sus obligaciones en jubilaciones, salud, transporte y obras”. “Pudimos sostener el superávit sin pasarles a los intendentes las obligaciones, como hizo la Nación con las provincias”, dijo.
“Nunca pasó que mandaran cero pesos para nuestros jubilados provinciales. ¡Cero pesos! Por eso les pido que cuando vayan a Buenos Aires reclamen por esos fondos que nos deben”, sostuvo el mandatario provincial frente a los referentes de la oposición en Córdoba, el senador Luis Juez y los diputados Rodrigo de Loredo y Gabriel Bornoroni.
“No imaginé que (el Gobierno nacional) se iba a desentenderse tanto de Córdoba”, disparó Llaryora.
Reiterando algo que también había adelantado este diario, el primer mandatario provincial dijo que el ajuste provincial del gasto público había sido superior al nacional tras la firma del Pacto de Mayo en Tucumán. Anticipando, además, la reducción del esquema de agencias -algo que venía reclamando la oposición-, una escala en ciertos sectores para la quita de impuestos provinciales y el guiño a los intendentes en torno a la obra pública.
Celebrado por una primera fila de intendentes entre los que se encontraban Daniel Passerini, Guillermo De Rivas, Damián Bernarte y Eduardo Accastello.
Durante buena parte de su discurso, y en clave electoral por el año que arranca, Llaryora buscó enviar el mensaje de contención a los intendentes de todos los arcos políticos. Casi planteando que en Buenos Aires no habrá oídos para sus reclamos.
“Sé que este año también va a ser difícil, yo no creí en la ‘V’ que decían otros de los tres meses para la reactivación de la economía”, apuntó el gobernador.
Desilusión opositora
En uno de los palcos del Centro Cultural de Deán Funes siguieron de manera muy atenta el discurso Juez en un extremo y De Loredo en el otro. Uno en cada punta, separados por los diputados del oficialismo. Y detrás, el libertario Bornoroni.
En lo único que coincidió el tridente fue en la dura crítica al discurso de Llaryora.
“Córdoba está al borde del abismo y el gobernador nos dice ‘hemos decidido acelerar…’ Bueno, que Dios nos ayude”, lanzó Juez. En la previa, y ante Alfil, dijo que no se generaban expectativas por anuncios en una región “postergada por 25 años para el peronismo de Córdoba”.
En tanto, De Loredo siguió el discurso con ‘X’ en la mano y tuiteó casi minuto a minuto. “En el medio de un feroz y salvaje impuestazo del Gobierno provincial, Llaryora le dice a los cordobeses que somos la provincia con menor presión fiscal sin ponerse colorado. La cara es de mármol”, dijo el radical.
“En materia de impuestos, el gobierno provincial no tomó nota de que los cordobeses estamos hartos del impuestazo. Lo que anunciaron para ‘diferir’ el pago es una migaja. Ni hablar de los anuncios de impuestos brutos que son puro maquillaje. Córdoba necesita más libertad y menos impuestos. Ya no podemos esperar más”, afirmó Bornoroni.
CON INFORMACION DE DIARIO ALFIL, SOBRE UNA NOTA DE SILVA GABRIEL.