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Daniele embiste a Passerini por la planta política

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La paz alcanzada entre la Municipalidad y el Suoem, después de un conflicto de casi dos meses, duró apenas diez días. Desde el lunes, el sindicato volvió a las asambleas de dos horas por turno. Es decir, volvió a pequeños paros encubiertos con el declamado propósito de resentir la atención en todas las reparticiones.

Las bases, absolutamente desencantadas con la paritaria que la conducción firmó sin consultarlas, ya adelantan que no saldrán a la calle ni, menos aún, dejarán de marcar las horas módulo, una suerte de extensión de jornada que complementa el salario de buena parte de los municipales.

Serán parte de las asambleas porque no les representa esfuerzo alguno. Pero no aceptarán soportar ningún descuento. Surreal, harán paro a la mañana y horas extra a la tarde. Y será el propio municipio el que financie las medidas de fuerza.

Ahora bien, el Suoem prefiere no ser demasiado explícito al momento de decir por qué convoca a la medida de fuerza, y se limita a señalar que el intendente “rompe acuerdos”, sin especificar cuáles. 

En las asambleas, habla de un congelamiento de la carrera administrativa, pero el mayor énfasis está puesto en el pase de becarios a contrato. Es decir, el pase de trabajadores que no atravesaron ningún proceso objetivo de selección al primer escalón hacia la estabilidad que establece el Estatuto del Personal Municipal (Ordenanza 7422). En realidad, ese es el lado “B” de todas las negociaciones con el sindicato. 

Para alcanzar ese propósito del Suoem apela a todas las armas posibles. Convoca a una medida de fuerza a días del inicio del receso, tal y como lo hizo con la paritaria que la conducción, acorralada contra el calendario, terminó firmando en la primera semana del mes; y despliega un arsenal de acusaciones contra la gestión municipal.

Daniele acusa al peronismo de “llenar la Municipalidad de funcionarios, alquilar oficinas de lujo, contratar empresas innecesarias, romper acuerdos, perjudicar a los trabajadores, y precarizar a los más vulnerables”.

La mayor parte de esas acusaciones no guarda ninguna relación con el reclamo del gremio, pero le sirven como arma arrojadiza para presionar al Ejecutivo. Por eso avisó que esta mañana presentará en la planta baja del Palacio 6 de Julio un pedido de acceso a la información pública, instando al municipio a informar sobre la evolución de la planta política desde 2019 hasta la actualidad.

Según el decreto que definió la estructura orgánica municipal con la que Martín Llaryora inició su gestión, el ahora gobernador contaba entonces con 375 funcionarios. Y si se compara este con el decreto que Passerini firmó cuatro años después, el actual intendente habría aumentado la planta política en un 40 por ciento. En cualquier caso, sigue siendo un número muy lejano al que denuncia Daniele, que durante el conflicto paritario denunció un plantel de 785 funcionarios, sin ofrecer, hasta el momento, prueba alguna.

Según delegados de diferentes reparticiones, el apuro de Daniele por conseguir, al menos, 400 pases a contrato, radica en el enojo de los becarios y de los empleados municipales que, en cada caso, apadrinaron su designación -de ordinario, sus padres- ante una paritaria que, por obvias razones, nos los tuvo en cuenta.

Se da entonces la siguiente paradoja: Daniele acusa a Passerini de acrecentar la planta política de la Municipalidad con el propósito de presionarlo para que avance hacia el aumento de la planta permanente de la Municipalidad. Ese es el destino final de los contratos. 

Desde luego, hay una diferencia no desdeñable: mientras los cargos políticos empiezan y terminan con un decreto, el crecimiento de la planta permanente representa un lastre que la ciudad deberá arrastrar hasta el retiro de los agentes, que sin haber atravesado concursos (reales) sólo pueden ser removidos mediante un sumario administrativo.

En cualquier caso, tal como sucedió durante la paritaria, el sindicato vuelve a ir al cruce de la gestión con una desventaja inocultable: faltan menos de dos semanas para que termine el año, y apenas seis días para que las fiestas pongan en stand by el metabolismo del Suoem.

CON INFORMACION DE DIARIO ALFIL, SOBRE UNA NOTA DE FELIPE OSMAN.

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