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Dólar bajo control y desinflación: ¿hasta cuándo podrá sostenerse el equilibrio económico?

ECONOMÍA Marcos Phillip*
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En los últimos meses, la estabilidad del tipo de cambio en Argentina ha jugado un rol clave en la dinámica económica, aportando un respiro a un escenario marcado por la alta inflación y las complejas presiones externas. Según fuentes de mercado, esta calma fue impulsada por diversos factores, como el blanqueo de capitales y el fortalecimiento de los depósitos privados en dólares, lo que permitió al Banco Central realizar significativas compras en el mercado cambiario. Este contexto no solo reforzó la percepción de control sobre las presiones cambiarias, sino que también incentivó operaciones como el carry trade y la liquidación de exportaciones. 

Sin embargo, los analistas advierten que este equilibrio es delicado y está sujeto a riesgos significativos. Uno de los factores cruciales a seguir es la evolución de las reservas líquidas del Banco Central y el comportamiento del mercado frente a posibles cambios en la política monetaria. Por ejemplo, la propuesta de desacelerar el ritmo del crawling peg al 1% mensual podría consolidar la desinflación, pero a costa de presionar la cuenta corriente y la competitividad cambiaria. 

Por otro lado, el proceso de desinflación alcanzado hasta ahora, con tasas de inflación mensual cercanas al 2%, ha sido considerado un éxito parcial, pero no está exento de desafíos. Mientras que los bienes han mostrado un descenso constante en los precios, los servicios presentan mayor resistencia debido a factores como las actualizaciones tarifarias y las demandas salariales. Además, la proximidad de un año electoral podría añadir presión al escenario económico, dificultando la convergencia entre la inflación y el ritmo de devaluación. 

La estrategia del gobierno para mantener la calma cambiaria incluye un fuerte compromiso con la disciplina fiscal y la apreciación del tipo de cambio real como ancla desinflacionaria. Sin embargo, los expertos subrayan que sin un superávit fiscal sostenido, este enfoque podría resultar insostenible, como ha ocurrido en experiencias históricas similares. 

El panorama también está influido por las expectativas del mercado, que actualmente reflejan un optimismo prudente. La compresión en las curvas de tasas fijas y futuros de dólares apunta a una confianza moderada en la capacidad del gobierno para manejar las presiones inflacionarias. No obstante, cualquier aumento en la brecha cambiaria o un evento disruptivo en el mercado de dólares financieros podría desestabilizar este frágil equilibrio y trasladarse rápidamente a los precios. 

En conclusión, la calma cambiaria ha sido un motor esencial para el progreso económico reciente, pero su continuidad dependerá de una gestión cuidadosa de las reservas, la política monetaria y fiscal, y de la habilidad del gobierno para mitigar los riesgos inherentes a este modelo. La sostenibilidad del proceso de desinflación está en juego, y los próximos meses serán cruciales para definir si Argentina puede consolidar este avance o si los desafíos estructurales pondrán nuevamente en jaque a la economía. 

Calma cambiaria, ¿hasta cuándo?

De acuerdo con la sociedad de bolsa Grupo SBS, la calma cambiaria de los últimos meses tuvo un rol protagónico, con el BCRA anotando importantes compras en el MULC a contramano de la estacionalidad típica, dinámica impulsada fundamentalmente por el blanqueo que permitió que el stock de depósitos privados en dólares alcanzara máximos de varios años.

Según sus analistas, esto permitió incrementar la percepción de que el BCRA podría contener presiones cambiarias, con un carry trade que estimula liquidaciones de exportaciones y préstamos privados en dólares y la demora en el acceso al MULC para importadores (que además aguardan por la eliminación del Impuesto PAIS a fines de diciembre).}

"En este sentido, cabe destacar que aún habría espacio para seguir sumando compras en el MULC dado que, de acuerdo con nuestros análisis de la relación histórica entre préstamos y depósitos privados en dólares, los primeros podrían aún subir hasta 105-130%, lo que implicaría un incremento importante de RRNN hasta las cancelaciones de los préstamos".

Hacia adelante, los expertos indicaron que la dinámica cambiaria será clave para evaluar si la desinflación podrá continuar, y destacaron que habrá que monitorear tanto el incremento o no de los préstamos como los encajes en dólares, dado que, tras la finalización de la etapa 1 del blanqueo, se podrá empezar a tener una noción de cómo será el stock de reservas líquidas con el que contaría el BCRA para enfrentar eventuales incrementos en la demanda de dólares.

El mercado la ve

Para los expertos de Grupo SBS, el mercado está posicionado de forma claramente optimista, con una continuidad en la compresión en la curva tasa fija y en la de futuros de dólares. No obstante, observaron que el punto a monitorear será el nivel del TCR, a partir de que el presidente Milei, poco después de conocido el dato de inflación, aseguró que el crawling peg podría desacelerarse al 1% m/m desde el 2% actual.

Desde su perspectiva, este movimiento contribuiría a la desinflación, el objetivo prioritario del gobierno de cara a las legislativas 2025, pero podría presionar sobre la cuenta corriente, por lo que comentaron que será una de las cuestiones a seguir muy de cerca.

Dicho esto, señalaron que, si bien el gobierno apuesta fuertemente al ancla cambiaria y a la apreciación del TCR para continuar con la desinflación, el mantener el superávit fiscal en el tiempo seguirá siendo fundamental para poder aspirar a niveles de nominalidad estructuralmente más bajos, compatibles con la normalización macro sostenible.

"En otras experiencias históricas en que la apreciación del TCR para reducir la inflación no logró finalmente su cometido por lo insostenible de la situación, el superávit fiscal no estaba presente, por lo que en esta ocasión destacamos que mantener la disciplina fiscal es fundamental para que el plan actual pueda dar sus frutos", alertaron.

¿Se consolida el proceso de desinflación?

Según la mirada de la consultora económica Invecq, tras conocerse el dato, Javier Milei confirmó que, si la inflación se mantiene en estos niveles durante noviembre y diciembre, el BCRA bajará el crawling-peg al 1% m/m, decisión que señalaron ayudará a que el proceso de desinflación se consolide, ya que el 2% actual puede pensarse, en cierta medida, como "piso".

Para sus expertos, los bienes dependen mucho más de la evolución del dólar oficial, con lo cual es probable que logren confluir a la nueva pauta del crawling, factor que ya se evidenció durante 2024: tras el ajuste discreto del 13/12, los bienes "volaron" en diciembre (29,5%) y enero (21,1%), y luego morigeraron sus subas hasta ubicarse en 2,1% en octubre.

"En cambio, el comportamiento de los servicios se ve influenciado en mayor medida por otros factores, entre los que se destacan i) las correcciones tarifarias, y ii) los salarios -en particular, de los privados-", señalaron.

Los expertos estimaron que es muy probable que la inflación de bienes continúe su camino descendente en 2025, pero la situación de los servicios es distinta y podría derivar en cierta resistencia a la baja del índice general; más aún considerando que, en pleno año electoral, el gobierno necesita que los salarios sigan recuperando terreno para que se reactive el consumo.

"Por último, hay un factor adicional que podría dificultar la convergencia de la inflación con la tasa del crawling: un eventual salto en los dólares financieros. Si la brecha vuelve a "despertarse", algo que no debe destacarse dada la presión dolarizadora típica de los años de elecciones y un balance cambiario que a priori luce desafiante, habrá impacto en precios; sea vía el dólar blend como a través de expectativas", concluyeron.

 

 

* Para www.iprofesional.com

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