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El G20, la visita de Giorgia Meloni y el viaje de Milei a China: la agenda que le espera a Gerardo Werthein en Cancillería

POLÍTICA Federico Galligani*
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Cuando estaba regresando de Córdoba, en donde había brindado un discurso en el marco de un acto de la Fundación Mediterránea, el presidente Javier Milei se enteró de una noticia que lo enfureció: la Argentina había votado en la Asamblea General de la ONU a favor de una resolución que pide el fin del embargo de los Estados Unidos a Cuba.

Esa decisión, que va totalmente en contra de la posición que el mandatario nacional pretende que su Gobierno tenga en el plano internacional, terminó de romper la ya desgastada confianza que tenía en la canciller Diana Mondino, a la que venía respaldando, a pesar de las críticas contra ella por parte de algunos sectores diplomáticos y del oficialismo.

El líder libertario se mostró muy enojado e inmediatamente ordenó que se le informara a la funcionaria que debía dejar el cargo que había asumido el 10 de diciembre pasado, tras renunciar a la banca como diputada que había obtenido en las elecciones.

Además, el jefe de Estado compartió en las redes sociales el comunicado de la Oficina de Prensa que anunciaba la salida de Mondino, como así también algunos duros mensajes ratificando la postura de su gestión en contra de la dictadura cubana y anunciando que se va a llevar adelante una auditoría en la Cancillería para “identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad”.

Su reemplazo en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto se decidió en apenas unos minutos: se trata de Gerardo Werthein, quien hasta ese momento era el embajador argentino, justamente, en los Estados Unidos.

Esta fue también una señal clara por parte de Milei, que desde que está al frente de la Casa Rosada manifestó en varias oportunidades sus intenciones de alinearse políticamente con ese país y con Israel, a los que ve como sus dos principales aliados globales.

De hecho, el empresario fue quien acompañó al Presidente en uno de los primeros viajes que hizo el entonces mandatario electo, cuando en noviembre pasado, después de haber ganado el balotaje, visitó Washington y estuvo en la Casa Blanca.

Ahora, desde la Cancillería, Werthein deberá enfrentar una intensa agenda de actividades que ya están previstas, entre las que se encuentran la reunión del G20 en Brasil, la posible llegada a Buenos Aires de la premier italiana, Giorgia Meloni, y la participación de Milei en la próxima cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se realizará en China.

En primer lugar, entre el 18 y el 19 de noviembre el jefe de Estado estará en Río de Janeiro para asistir a la cumbre de líderes del organismo que reúne a las máximas autoridades de los 19 países miembros, más la Unión Africana y la Unión Europea.

Si bien el evento será encabezado por el anfitrión Lula da Silva, Milei no tiene previsto pedir una bilateral con su par brasileño, con quien tiene importantes diferencias ideológicas, aunque sí podría verse con otros referentes internacionales.

De hecho, para antes o después de ese encuentro se está organizando la visita de Meloni, con quien el libertario ya mostró tener buena sintonía cuando fue invitado por ella al G7, que se realizó a mediados de junio en la ciudad de Bari, en el sur de Italia.

A cargos de esas negociaciones se encuentra, principalmente, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que en las últimas semanas recibió al vicepresidente y ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional del país europeo, Antonio Tajani, y al embajador en la Argentina, Fabrizio Lucentini.

De hecho, algunos miembros del Gobierno cuestionaron la poca intervención de Mondino en estas gestiones, por lo que para Werthein será uno de los desafíos para este nuevo rol, terminar de cerrar el arribo de la primer ministro.

Por último, aunque más lejano en el tiempo, el flamante ministro tiene en el horizonte el viaje que Milei hará a China, donde manda un régimen comunista, para participar de la reunión de la CELAC que, finalmente, se llevaría a cabo recién a finales de marzo o principios de abril del 2025.

Las relaciones entre la Argentina y los Estados Unidos fueron cercanas desde el inicio de esta gestión, pero en el caso del país asiático, dieron un giro en el último tiempo, luego de que el mandatario libertario reconociera que se “sorprendió gratamente” con ellos.

A pesar de las diferencias ideológicas, la administración libertaria busca mantener un buen trato comercial con los socios chinos, aunque al mismo tiempo intentan sostener las relaciones con la Casa Blanca, que no ve con buenos ojos las inversiones del régimen en América Latina.

 

 

* Para www.infobae.com

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