El lado B de la doma y el folclore

En enero de cada año, con su Festival de Doma y Folklore, la ciudad de Jesús María que gobierna Federico Zárate levanta el telón de la temporada turística en Córdoba y también su gran vidriera para el desfile de la dirigencia política. Es un clásico: en ejercicio de sus funciones o en campaña la tentación de darse un baño de multitudes y figuración pública nunca es desechada.

Ese costado político del Festival, como anfitrión de dirigentes, es conocido. Mucho menos se sabe de la política dentro de la institución, como puerta de entrada o de egreso de referentes políticos locales.

Hoy por hoy, en ese ámbito se vive un momento de efervescencia con la nueva alianza política entre el intendente radical y y la comisión del festival, a través de Nicolás Tottis, responsable de la Promoción de eventos del municipio y de las contrataciones en la comisión del festival.

Doble agente en Jesús María
En los últimos días se blanqueó un ida y vuelta entre el Festival y la gestión municipal que encabeza el radical, con nombre e intereses en común. Al asumir en diciembre pasado, Zárate sorprendió a todos sumando a su equipo a Tottis, un joven dirigente, con perfil empresario, que presidió la comisión del Festival de Doma entre 2016 y 2020. Su aparición implicó en ese momento un fuerte recambio generacional, que le dio otra impronta a la gestión y contenido del evento.

A días del inicio del Festival en enero de 2020, intempestivamente Tottis pidió licencia al cargo, debido a que pesaba sobre él una denuncia por presunto abuso sexual, que luego la Justicia desestimó por completo. Igualmente, Tottis se terminó yendo de la institución.
Desde diciembre pasado está a cargo del área de Promoción de Eventos y Espectáculos del municipio. Zárate justificó ese ingreso en la intención de potenciar a la ciudad como organizadora de grandes eventos, aprovechando incluso la capacidad ociosa que durante gran parte del año ofrece el anfiteatro donde se desarrolla la fiesta gaucha.

Pero la situación tuvo otra vuelta de tuerca la semana pasada, cuando el Festival de Doma renovó una vez más su comisión directiva. Como presidente sigue Juan López, pero se registró también la sorpresiva vuelta de Tottis a ese ámbito, como secretario de Contrataciones, uno de los cargos de mayor poder, teniendo en cuenta que define nada menos que la programación general del evento.

Ambiciones en el pago chico de Federico Zárate
Así, Tottis quedó parado de los dos lados del mostrador. Desde el municipio, como impulsor de eventos; y desde el Festival, como responsable de las contrataciones. Nunca antes el vínculo entre un intendente de Jesús María y el Festival había quedado tan marcado.

Hace un par de semanas, Zárate y Tottis ratificaron su alianza a 8.000 kilómetros de Jesús María. En Times Square, participaron del banderazo previo y luego asistieron al partido de la selección Argentina ante Chile, en el MetLife Stadium de Nueva Jersey.

En lo político, Tottis es un reconocido adherente a Juntos por el Cambio y más de una vez estuvo a punto de postularse para intendente de Colonia Caroya, pero las desavenencias internas en el espacio lo hicieron desistir. Esa intención sigue latente.

“Me gustaría ser intendente, ser presidente del Festival, presidente de la Nación, me encantaría, poder manejar los destinos de cada lugar. La experiencia del Festival te abre muchísimas puertas. Es una decisión que la voy a tomar en algún momento”, declaraba en julio de 2022 a Mas Radio, exponiendo su vocación de poder.

Hoy es la cara visible de una especie de sinergia entre el municipio y el Festival, donde política y negocios pueden entrecruzar caminos.

Se hace política al andar en el festival más grande de Córdoba
El estatuto del Festival de Doma señala la imposibilidad de desarrollar actividades políticas (partidarias, se supone) en su ámbito, y las sucesivas comisiones han hecho gala, al menos verbalmente, de ese articulado.

Sin embargo, la política siempre ha caminado al lado del Festival. No cabría esperar otra cosa, considerando el peso regional de la institución. Sobran los antecedentes al respecto,

En 1996 y 1997, presidió la comisión el profesor Carlos Poggio, directivo de un colegio secundario y reconocido dirigente de la UCR, que luego pegó el salto a la Legislatura, donde fue senador entre 1997 y 2001. Poggio fue, justamente, quien acercó a Tottis al Festival como una joven promesa.

En 1998, el Festival quedó en manos de Rodolfo Visintín, que también venía del ámbito educativo y militaba en la UCR. En su caso, fue intendente de Colonia Caroya en el período 2007-2011.

También el PJ tuvo protagonismo en la comisión. El profesor Esteban Martos presidió el Festival en dos períodos: 2000-2002 y 2006-2009. Su nombre figuró más de una vez en borradores de boletas para intendente o concejal de Jesús María por el peronismo, aunque finalmente no accedió a esos cargos.

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