Nueva temporada en el barro territorial

Después del triunfo de Río Cuarto, el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, dio una instrucción de dedicación full time a su ministro de Gobierno, Manuel Calvo. La tarea política de este funcionario histórico del cordobesismo será consolidar el Partido Cordobés. Llamados, reuniones e invitaciones saldrán de ese despacho del Panal con la frecuencia habitual.

“Son incesantes los acercamientos que hay de distintos municipios y comunas que se quieren sumar”, sacan pecho en oficinas encumbradas. Sin embargo, habrá un cambio en la estrategia de comunicación en este juego del quemado.
 
El llaryorismo de la mesa chica elige ahora hablar de “trabajo en conjunto”, más que de pesca acelerada en los estanques ajenos. “Vamos tranquilos, trabajamos con todos”, destacan con mesura irreconocible. Hasta hace unas semanas, mostraban como trofeos cada autoridad municipal conquistada.

La derrota del radicalismo y del peronismo disidente en Río Cuarto vigoriza la táctica oficialista. Esperan que el proceso de pases sea natural entre la dirigencia que ya dejó de creer en la capacidad de la UCR como opción de poder.
A la vez, Llaryora también sabe que Rodrigo de Loredo y Luis Juez ya quedaron liberados del principal compromiso legislativo tras la aprobación de la ley ómnibus y el paquete fiscal.

La disponibilidad opositora será invertida en un reencuentro con el territorio. El jefe de la bancada radical en Diputados ya hizo sus primeros abordajes con el intendentismo; mientras que el senador reanudará las giras por el interior provincial para mantener viva la expectativa que casi lo sienta en el principal despacho del Panal.

El cepillado territorial de la oposición en Córdoba
En concreto, el equipo de Juez está diagramando la ruta para recorrer todos los departamentos y reforzará el trabajo en las seccionales con el concejal Martín Juez a la cabeza. Después del receso de invierno de julio, el Frente Cívico hará un congreso partidario para bajar línea.

Juez y De Loredo compartirán algunas de estas recorridas, confirmaron altas fuentes a este medio.

Como contó Letra P, la fórmula del fernet resolvió jugar en tándem para bloquear el crecimiento transversal de Llaryora, mientras esperan la venia de Milei para defender sus objetivos políticos: De Loredo, la banca en el Congreso; Juez, la candidatura a la gobernación con el beso alado de las fuerzas del cielo.

Mientras tanto, también Llaryora plantea las patas de su estrategia post Ley Bases. Uno, la parte inalterable: garantizar gobernabilidad siempre y cuando no se toquen los intereses de la provincia. Al mismo tiempo, en adelante se avanzará en una profundización de los reclamos por fondos que están garantizados por ley, un plan de acción coordinado con sus pares de la Región Centro, Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos), y el apoyo al armado nacional de centro de Juan Schiaretti.

Los términos de esa convivencia de Llaryora con De Loredo y Juez estará atravesada no sólo por la necesidad de construir poder territorial y en el caso del primero construir gestión en un universo intendentista que cada vez tiene menos puertas que tocar. Las partes involucradas deben negociar sillas de poder, como por ejemplo, la Defensoría del Pueblo.

La pregunta que se hace por estas horas Llaryora es por qué cederle a la oposición dosis de oxígeno si no hay muestras de gobernabilidad en Córdoba.

Martín Llaryora, Luis Juez y Rodrigo de Loredo y el desenlace de la puja por la Defensoría
Este miércoles 3 de julio se termina el cuarto mandato del radical Mario Decara al frente de la Defensoría del Pueblo. Las versiones en los pasillos de la Legislatura anticipan que el ombusman podría designar un defensor adjunto que oficie de titular hasta que la mayoría agravada acuerde la sucesión para los próximos cuatro años.

Las versiones chocan unas con otras, pero todo parece indicar que la renuncia de Hugo Pozzi al cargo fue a pedido de Decara para poder designar a su buen amigo Marcos Carasso, presidente de la UCR de Córdoba, hasta septiembre.

El excompañero de fórmula de Juez tiene el visto bueno del Frente Cívico y una minúscula parte de su partido, pero la maniobra se habría abortado porque, en realidad, el consenso mayoritario lo seguiría teniendo el alfil del intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer. Se trata del exangelocista y exnegrista Julio Ochoa, al que Juez tiene entre ojos por un juego de dientes desafilados en el Tribunal de Cuentas de la provincia.

Como ya contó este portal, el cordobesismo no quiere un defensor sino un acuerdo real de gobernabilidad en la Legislatura. El despiole opositor no garantiza ni siquiera un nombre. Todo lo contrario, cada vez surgen más postulaciones. De hecho, hasta se mencionó la posibilidad de que el intendente de Río Cuarto, Juan Manuel Llamosas, ocupe ese lugar cuando deje el poder municipal este martes.

Las opciones que quedan son la vacancia o la delegación provisoria a un adjunto de último momento. Todas esas alternativas son de alto riesgo para una oposición que podría perder un coto de poder si no se organiza. Llaryora espera: poder a cambio de gobernabilidad o nada.

La pelea por la otra Defensoría
Como sea, no está cerrado este frente y la UCR ya piensa en las sillas vacantes en la Defensoría de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, a cargo de Amelia López. La jefa del bloque radical en el Concejo Deliberante de la ciudad, Elisa Caffaratti, y Encuentro Vecinal de Aurelio García Elorrio vienen pidiendo que se designen las dos vacantes en la repartición que maneja casi un 7% de las utilidades que genera la Lotería de Córdoba.

Además, todavía falta acordar las vacantes en el Tribunal Superior de Justicia y en el nuevo Ministerio de la Defensa de Córdoba. La oposición tiene mucho para pensar después de las vacaciones de invierno.

CON INFORMACION DE LETRA P.