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El dólar perforó el nivel previo a las PASO y el mercado analiza escenarios hacia la salida del cepo

ECONOMÍA 21/04/2024 Juan Strasnoy Peyre*
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La apreciación del peso frente al dólar continúa a paso firme al compás de la política de ancla cambiaria para contener la inflación que aplicó el Gobierno tras la megadevaluación de diciembre. En los últimos días, esta tendencia recibió un impulso adicional a raíz la devaluación del real y, en general, del fortalecimiento de la moneda estadounidense a escala global. Así, esta semana el tipo de cambio real multilateral (TCRM) perforó los 95 puntos y quedó por debajo del nivel previo a las PASO de 2023, es decir, anterior a la devaluación que aplicó Sergio Massa el día posterior a las primarias por imposición del Fondo Monetario Internacional.

Los analistas estiman que, de mantenerse el ritmo de crawling peg (microdevaluaciones diarias) del 2% mensual, en poco tiempo terminaría de licuarse el efecto del salto cambiario del 118% implementado por Luis Caputo y Santiago Bausili el 13 de diciembre. En ese marco, y en los albores del período clave de la cosecha gruesa, el mercado evalúa distintos escenarios para el tipo de cambio oficial de cara al proceso de apertura del cepo cambiario, que (con el pretendido nuevo endeudamiento con el FMI por ahora en el freezer) tiene un plazo de aplicación cada vez más difuso.

El TCRM cerró este jueves en 94,6 puntos, según datos del BCRA. Así, acumula una caída de 67,58 puntos desde el último pico, el que alcanzó el 14 de diciembre tras la megadevaluación. Esta apreciación cambiaria llevó a que el dólar oficial se ubique hoy en un nivel incluso inferior en términos reales al que tenía el viernes previo a las PASO de 2023 (95,7 puntos) y al salto cambiario del 22% que impuso en su momento el FMI.

El tipo de cambio real multilateral es un indicador que publica diariamente el Central y que mide el precio relativo de los bienes y servicios de la economía argentina con respecto al de los principales 12 socios comerciales del país. La rápida apreciación se debe a que el equipo económico definió un ritmo de deslizamiento del dólar oficial del 2% mensual que mantiene desde el último salto devaluatorio, muy por debajo de los niveles de inflación. Se trata justamente de una de las herramientas elegidas para moderar la dinámica inflacionaria.

En los últimos días el proceso se aceleró ante el fortalecimiento de la moneda estadounidense a escala global. Por caso, el real se devaluó: el dólar pasó de cotizar en Brasil a 5 reales el 9 de abril a cerrar a 5,20 diez días después.

Tanto Javier Milei como Caputo insistieron en el último tiempo en que no prevén modificar en el corto plazo el crawling peg del 2%. Aun cuando distintas voces del campo presionan por una mejora en el valor de sus granos antes de liquidar con fuerza la cosecha gruesa, los funcionarios plantean que el dólar no está atrasado. Lo cierto es que el Gobierno decidió darle prioridad a la desaceleración de la inflación desde niveles elevadísimos con la aguda recesión (vía licuación de ingresos) y la apreciación cambiaria como pilares. Una suba fuerte del dólar redundaría en un recalentamiento del IPC, pero la política oficial atraviesa un estrecho desfiladero.

Con todo, este viernes el FMI, con su habitual discurso sinuoso, dio una señal sobre lo que pretende para el dólar. El director regional Rodrigo Valdés, en conferencia de prensa tras las reuniones con la comitiva argentina que viajó a Washington, evitó ser asertivo al respecto pero dijo que el tipo de cambio real debe "asegurar la durabilidad y la estabilidad en la acumulación de reservas”.

“De mantenerse el ritmo del 2% mensual, hacia fin de junio el tipo de cambio real estará en línea con los mínimos de 2016-2017, que son los valores más bajos que ha tenido Argentina con tipo de cambio unificado desde la salida de la Convertibilidad”, señaló un informe de la consultora 1816, una de las más leídas en los despachos de la City porteña. Esa proyección la hizo en base a un supuesto más optimista que el que arrojó el último Relevamiento de Expectativas del Mercado del BCRA: inflación del 9% en abril, del 7% en mayo y del 6% en junio.

Dólar oficial y salida del cepo

En ese contexto, el mercado evalúa distintos escenarios cambiarios de cara a la apertura del cepo, un objetivo del Gobierno cuya fecha de materialización se vuelve cada vez menos clara. En Washington, hacia donde viajó esta semana Caputo y parte de su equipo, dicen que es aún prematuro pensar en un nuevo programa con endeudamiento extra como el que pretende Milei para levantar las restricciones al dólar sin exponerse al riesgo de no poder hacer frente a una eventual corrida. Mientras tanto, se aboca a acelerar aún más la licuación de los pasivos remunerados del BCRA con la reciente baja de tasas.

En ese sentido, Valdés, en la misma conferencia de prensa, dijo que el levantamiento del cepo "debe ser considerado con atención, teniendo en cuenta la extensión de los desequilibrios que todavía tiene la economía, los amortiguadores de las reservas que se tienen que construir y la fortaleza del marco de la política". Además, el funcionario del Fondo dejó entrever que se negocia un esquema de salida gradual: "No es sólo uno, sino que es un conjunto de diferentes medidas que deben ser revisadas. Algunas de ellas son bastante importantes para el crecimiento, y otras son menos importantes para el crecimiento. La secuencia no es trivial en cuanto a cómo revisar esas medidas, y estamos discutiendo activamente con las autoridades sobre alternativas y mejores caminos”.

A partir de la apreciación reflejada en el TCRM, un reciente informe del Instituto de Economía Aplicada (IEA) de la Universidad del Este de La Plata planteó que es poco probable un “escenario ideal” en el que la unificación cambiaria no implique un salto devaluatorio del tipo de cambio oficial. Y expuso dos hipótesis: una en que la salida del cepo se da con una devaluación grande y otra con un salto moderado.

“En el primer caso, se generaría un escenario social sumamente delicado en donde a la caída inicial de los ingresos y la actividad de la primera fase del gobierno se le sumaría otra adicional, producto de un nuevo salto de la inflación como ya se vivió en los primeros meses del Gobierno. Esta fragilidad política podría trasladarse a los mercados y cambiar las expectativas de los agentes, modificando el apoyo hasta ahora recibido. Es decir, una unificación a un tipo de cambio excesivamente alto podría poner en serio riesgo las probabilidades de éxito del programa”, puntualizó el IEA y puso el foco en el deterioro de los salarios y de las condiciones de vida durante los últimos meses.

En cambio, consideró que tiene mayores posibilidades de éxito una salida del cepo con salto moderado: “Un dólar similar al que tuvo Néstor Kirchner en su mandato estaría cotizando hoy a $1.447, un valor que no es demasiado lejano a las cotizaciones financieras del dólar. Es decir, la situación social no permite grandes saltos en el tipo de cambio”.

Por su parte, 1816 ponderó distintos factores de la situación actual que juegan a favor de pensar que el Gobierno podría unificar antes de mitad de año (licuación de los agregados monetarios, rol contractivo del Tesoro, necesidad de evitar un gran salto devaluatorio, recuperación de las reservas y calma del CCL) y otros que apuntalan la idea de que deberá esperar más tiempo (recortes de tasas del BCRA, cotización de bonos sugieren que el nivel del CCL no es de equilibrio y crecimiento de la deuda comercial).

Así, concluyó que lo más probable es que haya una salida gradual del cepo (en línea con lo mencionado por Valdés), en la que primero se levanten ciertas restricciones sobre el CCL en busca de un valor “libre”: la norma de la CNV que exige anticipar con cinco días las compras corporativas de dólar financiero por más de $200 millones, el límite para dolarizarse apalancado en cauciones y la Comunicación “A” 7340 del BCRA (la que exige bancarizar los dólares MEP/Cables). Se trata de tres regulaciones que están en el listado del equipo económico con normas a remover, aunque aún sin fecha de aplicación, como anticipó Ámbito.

A posteriori, y antes de mitad de año, la consultora prevé que se elimine el blend 80-20 para los exportadores (en línea con lo acordado con el FMI) “para ver cómo se mueve el CCL sin esa oferta”. “Recién luego podrían levantar la restricción cruzada MULC/CCL (¿para el 3T?), haciendo totalmente libre el CCL. Finalmente se liberaría el acceso al FX Oficial y se eliminaría el impuesto PAÍS (¿4T?)”, avizoró 1816. Aunque no descartó la posibilidad de que el Gobierno quiera “sorprender con los tiempos” y adelantarse a las expectativas del mercado.

Aun dentro de su escenario base de salida gradual, el informe consideró que el contado con liqui podría haber tocado un piso nominal en los niveles actuales. “No hay mucho espacio para que caiga el CCL en términos nominales, dada la mínima brecha actual versus el tipo de cambio importador. A esta brecha los importadores tienen incentivos a 'bajarse del MULC' (y pagar todo vía CCL sin restricciones)”, explicó.

En cuanto al tipo de cambio oficial, 1816 espera que, si la liberación del acceso al MULC se da más cerca del final del año, el BCRA comience a acelerar el crawling peg en los próximos meses: “De lo contrario, luego sería necesario un salto muy grande para unificar. Es evidente, de todos modos, que aquí hay un trade-off: si se acelera el crawling pronto en el tiempo, se dificultará el proceso de desinflación. Si, por el contrario, se mantiene el crawling, cuando ocurra el salto de unificación habrá una aceleración inflacionaria relevante”. Por lo pronto, el mercado de dólar futuro descuenta un ritmo de entre 4,1% y 5,7% para todos los meses a partir de mayo.

 

 

* Para www.ambito.com

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