Javier Milei necesita una buena noticia cuanto antes

El Gobierno nacional apura el debate de la nueva versión de la ley ómnibus; negocia con gobernadores y hasta está dispuesto a aflojar la dureza de la motosierra habilitando fondos para finalizar algunas obras públicas en provincias. Por esa vía Javier Milei busca destrabar la sensación de parálisis de gestión que está impactando en la economía real. Ese es el terreno donde el temor no solo no se despeja sino que aporta malas noticias todos los días.

La macroeconomía cada tanto aporta un bálsamo a la vida diaria del gobierno. Luis "Toto" Caputo pudo mostrar dos meses de equilibrio fiscal y una tendencia clara de inflación a la baja, pero todo es relativo.

El Banco Central retuvo hasta ahora US$ 9.000 millones como saldo entre compras y pagos, pero el goteo de la liquidación a importadores sigue lenta y la parálisis en algunos sectores es indisimulable. Todos los dólares siguen a la baja, aunque más que un respiro ya comienzan a mostrarse como un dolor de cabeza, algo que puede atestiguar cualquier argentino que se haya sentado a comer en un restaurante en el exterior o comprado ropa. Las diferencias contra los precios locales ya son evidencia de un retraso.

A pesar de eso, esta semana el Ministerio de Economía volvió a insistir en que no se piensa en otra devaluación.

El retraso del dólar empezó a prender luces rojas en todos los tableros que miden competitividad. El campo lo mira de cerca en una semana donde se acelera la liquidación de la cosecha gruesa y ya se ven filas de kilómetros de camiones esperando para entrar en los puertos santafesinos.

Así, tres apuestas movilizan hoy toda la expectativa del gobierno para dar vuelta el escenario de parálisis de la economía real: la posible salida del cepo en un plazo aún incierto, una buena liquidación del campo y la votación de la nueva versión de ley ómnibus y de la reforma laboral.

De ahí el apuro en negociar con gobernadores y hasta ceder por llegar al número en los recintos de Diputados y Senadores. El radicalismo, en su versión territorial, es decir, el que responde a las órdenes de los gobernadores partidarios, ya da señales de apoyar. Esta semana llegaron a presentar su propio proyecto de reforma laboral que, aunque más acotado en objetivos que el que proponen los libertarios, implica un cambio de ambiente en un tema clave para las empresas.

Tras Semana Santa arrancará una semana corta movida. El Gobierno quiere presentar el proyecto de la nueva ley ómnibus el próximo miércoles. Para eso momento debería tener casi cerrada la negociación con gobernadores. No hay espacio para otro fracaso. Menos cuando la economía real seguirá dando malas noticias. Hay números que causan pánico.

Por ejemplo, el patentamiento de autos cayó 36,6% en marzo en comparación con el 2023. No hay demanda de autos en las concesionarios y tampoco señales claras por parte de las automotrices. Salvo un caso, casi todas las terminales hoy están mostrando suspensiones o reducción de turnos. Hay una versión más inquietante aun: una de las más importantes volvió a la actividad después de un parate de tres meses y ahora plantea una nueva suspensión. No está claro en qué condiciones volverá a producir en el corto plazo.

Mientras el consumo cae, algunas marcas de uso diario aportaron también malas noticias. Longvie suspendió a 50 % de su personal que cobrará el 80 % de su sueldo durante ese tiempo. La construcción, producto del freno a la obra pública y el costo de las importaciones, muestra un escenario similar.

De acuerdo a Focus Market febrero cerró con una caída de consumo de 12,4 %. Es algo que en las provincias registran desde hace tiempo en su recaudación. Los gobernadores ven como el cobro de Ingresos Brutos cayó, al mismo ritmo que los fondos que reciben por la coparticipación automática. En marzo esa baja fue de 27,9 %, cuando en febrero ya había sido negativa en 20,4%. Son solo datos que muestran la necesidad de volver a la actividad cuanto antes.

con informacion de MDZOL.COM