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Daniel Passerini definió el ajuste selectivo de Javier Milei como el primer condicionante de su gestión

POLÍTICA 02/03/2024 Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
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El intendente de la ciudad de Córdoba, Daniel Passerini, protagonizó este viernes la apertura de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante con menos condicionamientos que el gobernador Martín Llaryora para mostrarse como un peronista opositor, sin grises, al gobierno libertario de Javier Milei.

La construcción de la amenaza a la gestión, habitual en las dinámicas de confección del relato político, es la motosierra libertaria que, en rápidas dentelladas, afectó la coparticipación y quitó los subsidios al transporte que utilizan diariamente casi 700 mil personas de la capital.

Desde esa constatación, Passerini fue hilando las acciones de gestión prometidas y que tienen como base los conceptos de un Estado presente, humanista, dispuesto a hacer todo lo posible para no afectar derechos humanos como el acceso a la educación, a la salud y la infraestructura como base del progreso de toda comunidad.


A diferencia de Llaryora, puede jugar un poco más con las formas. También, porque políticamente quedó menos condicionado.
Cierto es que el gobernador tuvo que plegarse a la estrategia antikirchnerista que lideró Juan Schiaretti en la campaña nacional. Passerini, de extracción delasotista, hubiera salido a apoyar a Sergio Massa. Su conducta partidaria fue equilibrada, con una neutralidad a ultranza que hoy le permite un juego libre, sin caer en incoherencias incómodas.
Las críticas a Javier Milei
Sabe que como primer mostrador de las urgencias vecinales, también se vuelve difuso el peso relativo de la adhesión social con la que Milei ganó en la provincia. Cuando la necesidad aprieta, la especulación meramente electoral sale del juego.

Ese es el marco que eligió Passerini para comenzar a construir su identidad como gestor de la capital, como claro antagonista al gobierno de Milei. “No voy a permitir las injusticias, no voy a dejar de pelear por cuidar a Córdoba, no nos van a pasar por arriba”, se plantó el intendente.

Para reforzar que el Gobierno es el principal condicionante de la gestión municipal, Passerini ilustró con datos duros el impacto del ajuste. “Nos están dando cero”, introdujo para avanzar con un ejemplo más de la guerra entre libertarios y federales.

En concepto de lo devengado por el impuesto a los combustibles, Passerini aseguró que el área metropolitana de Buenos Aires recibió esta semana $265 mil millones para los primeros cuatro meses del año, mientras que el interior recibió sólo $108 mil millones en 2023.

“Estamos agotando las instancias institucionales, pero no vamos a dudar en ir a la Justicia para defender los derechos de los cordobeses”, fue el aviso directo que lanzó el intendente, más acostumbrado al diálogo que a las amenazas.

Los problemas de Daniel Passerini en el frente interno
Definido el componente externo como condicionante de su gestión -“las decisiones nacionales nos afectan de manera inesperada, injusta e ilegal”, insistió-, Passerini pasó al plano interno.

La deuda de US$150 millones que contrajo el radical Ramón Mestre en los albores de la apertura del crédito internacional que gozó en su paso por la Casa Rosada Mauricio Macri configuran el condicionante doméstico de la gestión de Passerini.

Aseguró que la capital no caerá en la vergüenza del default, que están tomando todas las precauciones ante el vencimiento de US$25 millones el 31 de marzo. “Nos estamos haciendo cargo”, tranquilizó.

Passerini sabe que el factor económico marcará la suerte de su gestión. También, que son otros los tiempos políticos: ya no hay un recambio generacional del peronismo que se tradujo en recursos prioritario para la capital, como ocurrió cuando Juan Schiaretti y Llaryora ataban la sucesión.

Más allá de su perfil social, la ausencia de fondos obliga a un giro humanista de la gestión como principal carta de presentación.

Un juego político limitado al presente
Quienes estaban esperando pistas sobre su proyección política, deberán aguardar un poco más. Passerini se concentró en el presente de manera estricta por los condicionantes de la coyuntura económica y social. Esto impide un juego pensando en largo plazo, pero sobre todo por las que emanan de un dirigente que no tiene reelección.

Abunda la opinión en el PJ de Córdoba que es altamente probable que Llaryora deba aspirar a un segundo mandato en el Panal y posponer su anhelo presidencial.

Si esto ocurre así, anticipará una interna justicialista en la capital que Schiaretti pudo contener con mano verticalista para la elección de 2023 y que terminó con Passerini como candidato de la unidad. Llaryora todavía construye su liderazgo interno.

La incógnita permite a Passerini ganar tiempo. La definición de los enemigos de la ciudad, también.

CON INFORMACION DE LETRA P.

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