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Lo que el 19-N (por ahora) no deja ver

POLÍTICA 03/11/2023 Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
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El asado que tuvo al massismo foráneo en Córdoba como agasajado en la noche del miércoles dejó entrever cómo, por lo bajo, el peronismo mediterráneo se apartó hace rato la construcción de puentes para apostar por los túneles. Por lo menos, la presencia de funcionarios del llaryorismo en el moderno complejo de edificios en barrio Cofico permitió observar que esa facción del PJ cordobesista empieza a advertir señales de otros tiempos. Aún, a pesar de la prescindencia y neutralidad del nuevo líder del PJ, Martín Llaryora, que por algunos movimientos se parecen más a guiños y avales para ese ordenamiento –moderado y no tanto- hacia la candidatura de Sergio Massa.

En la cima de esa construcción del peronismo, la conversación entre el tigrense y el gobernador electo continuó esta semana. Con más frecuencia que en otras ocasiones y con licencias, permitidos y negociaciones de un lado y del otro. Massa, por ahora tolera la prescindencia de Llaryora, porque sabe que se habilitaron –y se repetirán- reuniones públicas de funcionarios y sus correspondientes fotos, como es el caso del encuentro entre la secretaria de Prevención, Liliana Montero, con la esposa del candidato nacional del PJ, Malena Galmarini, que incluyó foto y publicación en redes sociales de las que se hicieron eco todos en el arco del peronismo local.

Reacción que, por tratarse de Montero, un sector del PJ capitalino tomó como un desafío y hasta un movimiento habilitado para generar un contrapeso al viguismo, después del respaldo público de la legisladora Nadia Fernández; y que no fue el único de esa vertiente del peronismo local al ministro/candidato. De los que tienen línea directa con la senadora Alejandra Vigo, hubo dirigentes con despachos en la Unicameral y en el Palacio 6 de Julio que se acercaron a conversar con los operadores de Massa en las últimas dos semanas.

Ahora bien, por más que lo parezca, no todo es el balotaje. Por detrás de la guerra Massa-Milei, los reacomodamientos en la política doméstica continuaron con fuerza esta semana. Daniel Passerini, asumiendo por goteo en el despacho principal del Palacio 6 de Julio, continuó con las reuniones para ir moldeando su gabinete y se hizo tiempo para hacerle saber a algunos peronistas de la Capital que no le habían gustado algunos gestos desordenados en la campaña nacional. Advertencia que incluyó además a aliados.

Los codazos en la mesa chica de Llaryora continuaron en los últimos días. Por la inquietud de no tener definiciones y porque les hacen saber que deben cobrar en otras ventanillas; otros porque ven subir el perfil de aquellos que empiezan a cambiar la piel del rol de técnico a funcionario con más peso en el gabinete provincial que viene, lo cierto es que las rispideces estuvieron.

Igual, mientras contiene el frente interno y hace equilibrio “hasta la última semana y encuesta en mano” como describió un llaryorista paladar negro a las definiciones del sucesor del gobernador Juan Schiaretti para la segunda vuelta, la temporada de pesca por fuera de la plataforma continental del peronismo continúa. Los radicales Myrian Prunotto y Orlando Arduh siguen conversando con más intendentes radicales; incluso con los que van a asumir en la Unicameral en diciembre.

Pero, además, el peronismo también observa la tensión amarilla y la sociedad con los libertarios. En los dos espacios, hay dirigentes de buen diálogo con despachos municipales. Antes de las Paso, para ambas campañas, tanto la provincial como la municipal, hubo libertarios en largas conversaciones con el llaryorismo y recibiendo instrucciones de cómo atacar a Luis Juez. El mismo que hoy respaldará al León rumbo a la segunda vuelta.

Esos mensajes nunca se interrumpieron.

En tanto, sobre el PRO saben hasta de los ataques en grupos de WhatsApp que recibió el presidente del partido, Oscar Agost Carreño, por parte de aquellos dirigentes que quieren salir a jugar a fondo con Milei y no toleraron el comunicado con Juez. “La situación para Oscar no es fácil: es la provincia más anti K y le piden que acelere. Porque, además, no hacerlo es ir en contra de las órdenes de (Patricia) Bullrich y Mauricio (Macri), que hoy controlan el partido nacional”, dijo un hombre del PRO que también habla con el PJ.

“Abstenerse es de cobardes”, fue lo más liviano que le tiraron al diputado larretista después del comunicado conjunto firmado con Juez. En terreno amarillo, se defienden sosteniendo que en el tridente compuesto por Agost-Rodríguez Machado-Soher, está “todo bien”.

Con este clima, la elección en el PRO a fin de año es incertidumbre pura.

Similar a lo que sucede en terreno radical. La neutralidad incomoda en su gran mayoría; básicamente porque no la cree nadie. “Están todos alineados con Milei o Massa, no hay neutrales. Es mentira”, se despachó un radical con despacho en Buenos Aires. Cierto es que la jugada de Juez los dejó en una posición difícil y que después del balotaje aumentará la tensión solapada que hoy existe por liderar la oposición.

Desafío que al radicalismo lo tendrá, en simultáneo, con la elección de autoridades en el foro de intendentes, probablemente en el comité nacional y calentando motores para la interna cordobesa. Donde De Loredo y Negri, quieren dejar afuera una vez más a Mestre.

Por las dudas, Llaryora sigue liberando sillas y generando espacios. La última, el sondeo a Juan Pablo Quinteros para Seguridad. Antes del concejal, dos actuales secretarios con peso en el Municipio analizaron la posibilidad para posicionarse al 2027 en esa cartera, pero incluyendo otras áreas. El martes, uno se enteró que estaba todo “casi cerrado” con el edil y se pusieron en contacto. Más allá de la pata política y la infraestructura, la jugada incluirá movimientos fuertes en la cúpula de la fuerza. 

Con informacion de Diario Alfil, sobre una nota de Silva Gabriel.

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