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Cierre del G7: Zelenski busca apoyos en el Sur Global

INTERNACIONALES 22/05/2023 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
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La presencia de Volodímir Zelenski en Hiroshima ha eclipsado una cumbre del G7 que se cierra este domingo después de que el grupo adelantara su comunicado final un día antes de lo previsto -precisamente para brindar al presidente ucraniano todo el protagonismo durante la última jornada-, y que se ha centrado en aumentar la presión sobre China, socavar a Rusia con nuevas sanciones y la promesa de inyectar en Ucrania más armas, más dinero y más asistencia militar.

Los líderes de las democracias más avanzadas del mundo han trazado una alineada demostración de fuerza alrededor de la figura de Zelenski, quien se ha enfrentado al escenario diplomático de mayor envergadura desde que Vladimir Putin lanzó una invasión a su país hace ya 15 meses.

Zelenski se reunió con los líderes el domingo por la mañana en la sede del G7, el Grand Prince Hotel Hiroshima, un hotel de cuatro estrellas ubicado en la isla de Ujina, convertida estos días en un fortín infranqueable. Durante ese encuentro, centrado obviamente en la guerra en Ucrania, los políticos sentaron las bases para una nueva declaración de apoyo a Kiev en la que reafirmaron su "compromiso inquebrantable de brindar asistencia diplomática, financiera, humanitaria y militar a Ucrania".

El ucraniano, por su parte, les pidió durante la reunión más apoyo frente a la invasión rusa. "Junto a todos nuestros aliados y socios, hemos alcanzado tal nivel de cooperación que asegura que la democracia, la ley internacional y la libertad son respetadas", escribió Zelenski en sus redes sociales

La jornada culminó con una rueda de prensa del propio Zelenski, quien antes se reunió con el presidente estadounidense Joe Biden, que anunció un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania, aunque la noticia ya fue adelantada el viernes por los funcionarios estadounidenses: 375 millones de dólares, que incluye artillería, municiones y lanzacohetes HIMARS.

El ucraniano se ha dado un atracón de reuniones con sus homólogos, a los que ha pedido con urgencia más soporte militar que necesita el ejército ucraniano de cara a la ofensiva contra Moscú para recuperar el territorio ocupado.

El sábado, después de que Zelenski concluyera las primeras reuniones con sus aliados, el jefe de los mercenarios rusos, Yevgeny Prigozhin, aseguró que sus combatientes de Wagner habían tomado el control de Bajmut, el foco de batalla en el este de Ucrania, aunque desde Kiev lo negaron, incidiendo en que todavía continuaban allí los combates. El líder ucraniano, preguntado por ello al terminar su encuentro con sus aliados, respondió con ambigüedad, sin confirmar ni desmentir la pérdida de Bajmut. "Es una tragedia. Pero por hoy, Bakhmut solo está en nuestros corazones", dijo.

Zelenski regresará a Kiev con la promesa del G7 de que continuarán asistiendo a Ucrania "todo el tiempo que sea necesario" y, lo más importante, con el respaldo de Biden para que los países occidentales entrenen a pilotos ucranianos en los punteros F-16, los aviones de combate más avanzados que fabrica EEUU, muy superiores a los que actualmente dispone Kiev para defenderse del invasor.

La jornada del domingo comenzó con el anfitrión, el japonés Fumio Kishida, haciéndose una foto con los líderes de los países invitados a la cumbre (entre los que destacaban el indio Narendra Modi y el brasileño Lula da Silva) delante del Monumento a la Paz, levantado sobre lo que fue el viejo corazón político de Hiroshima donde EEUU lanzó la primera bomba nuclear el 6 de agosto de 1945. Además de la foto, los líderes depositaron ofrendas florales en el edificio arqueado que contiene el nombre de cada una de las 333.907 personas cuyas muertes se han atribuido al bombardeo atómico -140.000 fallecieron cuando el Enola Gay lanzó la bomba-, ya sea por la explosión inicial o por la posterior radiación.

Hace un par de días, Kishida ya repitió la instantánea pero con sus colegas del G7, que apenas destacaron un breve apartado en su comunicado final al desarme nuclear. Un tema que, pese al fuerte simbolismo de celebrar una cumbre en Hiroshima, nunca formó parte de las prioridades en la agenda del grupo, como ya adelantaron a este periódico antes de la cumbre fuentes de las delegaciones europeas.

"Expresamos nuestro compromiso de lograr un mundo sin armas nucleares. Reafirmamos la importancia de los esfuerzos de desarme y no proliferación para crear un mundo más estable y seguro", dijo el grupo en su declaración.

Mucho simbolismo también tuvo el paseo que dio el domingo por separado el japonés Kishida con el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, por el cenotafio dedicado a las víctimas coreanas del bombardeo atómico. Era la primera vez en la historia que los líderes de los vecinos asiáticos visitaban juntos el lugar. Un paso más en la relación entre ambos países después de que Kishida y Yoon lograrán aparcar las rencillas históricas que arrastraban ambas naciones.

La presencia en la cumbre de otros líderes invitados, más allá de los miembros del G7, ha sido una gran oportunidad para que Zelenski pudiera tratar de volcar a su favor más apoyos dentro del llamado "Sur Global", al que pertenecen Modi y Lula, quienes se han pasado durante toda la guerra en Ucrania jugando a la ambigüedad y continúan compartiendo un fuerte vínculo con Rusia.

El presidente ucraniano ya arrancó el sábado de Modi, en su primer cara a cara desde que comenzó la guerra, su compromiso de que "hará todo lo posible" para ayudar a poner fin a la guerra. Un paso adelante del líder de una de las economías más importantes del mundo -y con cada vez mayor influencia-, quien al principio incluso se abstuvo de condenar el ataque ruso en las resoluciones de la ONU.

El domingo, el presidente francés, Emmanuel Macron, señaló que la cumbre era una oportunidad para convencer a los grandes estados emergentes, como India y Brasil, de que "salten la valla" y apoyen a Ucrania. Macron calificó la presencia de Zelenski a Hiroshima como un "cambio de juego" en la guerra.

También habló el británico Rishi Sunak para defender que las condiciones de paz en la guerra deben basarse "en los principios de Ucrania". Sunak se acordó además de otra de las grandes protagonistas del evento: "China representa el mayor desafío del mundo para la seguridad y la prosperidad, pero otras economías líderes no deberían tratar de desvincularse por completo de China".

La cumbre la dio por cerrada el japonés Kishida en una comparecencia junto al Monumento a la Paz donde hizo un alegato sobre la necesidad de un desarme nuclear:

"Nosotros, los líderes del G7, estamos reunidos aquí en este lugar que trasciende el tiempo. Estamos escuchando juntos la voz y las oraciones de Hiroshima. Nunca debería haber ninguna amenaza de uso de armas nucleares, y mucho menos su uso, para cambiar el statu quo por la fuerza".

Fuente: El Mundo

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