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¡Felices Pascuas!, pero la casa no está en orden

OPINIÓN 09/04/2023 Carlos ZIMERMAN
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Imposible olvidar esa Semana Santa de 1987. Habían pasado tres años y medio de la asunción de Raúl Alfonsín y por esos días, una nueva rebelión militar puso en jaque la endeble democracia que entre todos habíamos conseguido en 1983. 

Imposible olvidar ese discurso de Alfonsín, cuando luego de 4 interminables días le decía al país entero que estaba en vilo y dispuesto a defender con uñas y dientes las libertades conseguidas, que la casa estaba en orden, que más allá de concesiones no compartidas, se había garantizado para los tiempos, como le gustaba decir a Alfonsín, la democracia como estilo de vida irrenunciable de los Argentinos. 

Pasaron 23 años y hoy Argentina no tiene la casa en orden. La pobreza y la corrupción, la inseguridad y el narcotráfico tolerado y seguramente apoyado por el antidemocrático gobierno kirchnerista nos ponen en una situación inesperada para quienes esa Semana Santa de 1987 dejaron los intereses personales de lado, apartaron los egoísmos y todos juntos le dijeron a los golpistas que la democracia sería intocable. Quizá fue la última vez que la sociedad en su conjunto y los políticos Argentinos se pusieron de acuerdo y marcharon todos en pos de un mismo objetivo.

Hoy la pobreza invade Argentina, el hambre es moneda corriente en muchos sectores de la población y , como también decía Alfonsín, no por que falten alimentos en este país riquísimo y maravilloso, sino por que sobra inmoralidad en una clase dirigente que a los largo de todos estos años nada aprendió.

Desde el concejal de algún recóndito pueblo de nuestro extenso país, hasta el más encumbrado de los dirigentes que a diario deciden el destino de casi 50 millones de habitantes, la corrupción y la incapacidad es moneda corriente y los egoísmos son el signo distintivo de la clase política que tenemos y que tanto daño está haciendo.

Argentina no puede soportar más está situación, es necesario "barajar y dar de vuelta", nos merecemos tener dirigentes honestos y que realmente estén dispuestos a trabajar para beneficiar a la gente en vez de beneficiarse ellos como habitualmente ocurre.

Tenemos un país con muchísimo potencial, tenemos un país que seguramente saldrá adelante y ocupará los puestos de vanguardia entre las naciones del mundo, pero no con estos dirigentes que hoy nos gobiernan, no con los que se siguen peleando por un cargo.

La casa no está en orden, hay pobreza, hay desocupación, hay miseria e inseguridad. Argentina es un país casi invivible. 

Es hora que la casa esté realmente en orden. En pocos meses más tendremos elecciones y nuevamente vamos a ser responsables absolutos de nuestro destino. De nosotros dependerá que en Semana Santa de 2024 quien le toque asumir los destinos de esta hermosa Nación pueda decir "Felices Pascuas, la casa se está poniendo en orden"

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