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Patricia Bullrich consolida su perfil en la confrontación con el kirchnerismo, que también fomenta la polarización

POLÍTICA 09/04/2023 Mariel Fitz Patrick*
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“A mí no me corren, no lo hicieron en el pasado, no lo harán ahora, y menos aún en el futuro. A su cobardía la enfrentaré con mi coraje”, posteó Patricia Bullrich en su cuenta de Twitter el martes a la noche, con el hashtag #RenuncieBerni. “Coraje” es el atributo que la titular del PRO busca mostrar como su principal activo, y con el que busca posicionarse como la contracara del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, con frases que apuntan muchas veces más al impacto que a propuestas concretas.

El posteo fue después de que el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, cambiara su versión inicial sobre los golpes que recibió de un grupo de colectiveros, y acusara a la Policía de la Ciudad de haberlo “secuestrado”. En esa reinterpretación de lo sucedido, Berni apuntó a Bullrich como responsable de fogonear la bronca de los choferes con supuestos infiltrados de su partido, que compartían un cartel escrito a mano sobre el miedo frente a la inseguridad. En el entorno de la candidata del PRO estaban sorprendidos que la acusación se basara en la coincidencia en la pancarta casera: “Ese cartel tenía una frase de sobrecito de azúcar. Se empezó a popularizar en las marchas pidiendo seguridad”.

Bullrich no tardó en desmentir lo que llamó un nuevo episodio del “relato kirchnerista”, ni en desperdiciar el contrapunto que la posicionó en el centro de la disputa con dos figuras muy cercanas a Cristina Kirchner, el polémico ministro de Seguridad y el gobernador Axel Kicillof.

Desde la mesa chica de Bullrich descalificaron cualquier conexión con los incidentes y calificaron de “delirio” la teoría de la “conspiración”. Kicillof recordó que la referente del PRO había estado la semana anterior con un grupo de choferes hablando de la seguridad en los colectivos, y sugirió la similitud de uno de ellos con el que golpeó a Berni. “El encuentro con un grupo de colectiveros en Morón fue a partir de un llamado de ellos para hablar de la inseguridad, e incluso Patricia subió un video a su cuenta de Twitter. No hay nada oculto y no se trata de la misma persona”, afirmaron en el entorno de Bullrich.

Más allá de las refutaciones, en el entorno de Bullrich se mostraron sorprendidos por la acusación de Berni, ya que reconocen por lo bajo que solían tener buen trato por temas de seguridad. En privado, especulan con la posibilidad de que detrás de esas acusaciones esté “la mano de Cristina Kirchner” y su atracción por las “teorías conspirativas”, así como una orden de salir a respaldarlo al ministro bonaerense. Sin embargo, una fuente del camporismo descartó esa teoría de cuajo ante la consulta de Infobae: “Le adjudican a Cristina todo lo bueno y todo lo malo. Y no es así”. Y en una muestra de que Berni no es querido en muchos sectores del cristinismo, agregó: “Tuvo que salir con un relato que lo saque del lugar en el que quedó. Se le esfumó el personaje de Rambo después que le dejaron la cara llena de piñas. Fue un irresponsable por regalarse así”.

En lo que sí coinciden desde el búnker de Bullrich y el kirchnerismo es en la conveniencia de subir a la titular del PRO al centro del ring político. A ambos sectores les sirve ideológicamente ya que consideran que, ante el paso al costado de Macri, es más redituable confrontar con ella y sus posturas más duras, que con Larreta.

Desde las oficinas que la ex ministra de Seguridad tiene en la Avenida de Mayo - en las que en pocos meses se multiplicó la cantidad de gente entrando y saliendo - sostienen que la confrontación con el kirchnerismo va a agudizarse por las encuestas que manejan. “Patricia ya venía subiendo desde hace varias semanas, pero después que se bajó Macri, aumentó su diferencia con Larreta, que está en caída y no logra repuntar”, celebran.

En ese sentido, destacan el último resultado del estudio llamado “Termómetro de la clase media” que realizan el Grupo Opinión Pública y Trespuntozero, sobre 2000 casos consultados online, que tiene abonados de distintos sectores políticos, sindicales y empresariales. Conocido esta semana, revela que - sin Macri ni Cristina Kirchner en carrera - Bullrich encabeza la intención de voto con un 22,1%, sobre un total de 36% que reúne Juntos por el Cambio. Con menos de la mitad, aparece Larreta con el 10,5%. y el segundo más votado individualmente es Javier Milei con el 19,3%. “Esta tendencia ya la venimos viendo hace un tiempo. Muestra la capitalización del voto de Mauricio Macri por parte de Bullrich. Su votante es más un votante duro, por cuestiones más identitarias, a diferencia de los candidatos de perfil más dialoguista, que son más porosos”, le dijo Shila Vilker, titular de Trespuntozero a Infobae. Esta consultora hace algunas mediciones presenciales para Bullrich, aunque no hizo a su pedido este estudio, que realizan mensualmente con Raúl Timerman.

Foto de la secundaria

Los colaboradores de Bullrich cuentan que encontró hace algunos días en su casa una vieja foto de la secundaria en la que sus compañeros del Colegio Bayard le auguraban en las dedicatorias de fin de curso que iba a ser Presidenta. “Yo soñé siempre con avanzar en los cambios que hacen falta en Argentina, desde el lugar en que me tocó estar en cada momento”, repite en las reuniones de su equipo. Aspira a que ese próximo lugar sea la Casa Rosada, y afirma estar “tranquila pero muy enfocada” con ese objetivo.

Para evitar nuevas equivocaciones sobre sus posibles medidas económicas, como la que tuvo en una entrevista con Jonatan Viale en LN+ cuando confundió los términos “deflación” con “recesión”, la precandidata viene “hablando mucho” con sus equipos económicos. Lo integran unos 200 asesores, divididos por áreas, y liderados por Luciano Laspina. En mayo, planea el que considera será “un hito” en su campaña: presentar un libro junto a este economista del PRO con las bases de su programa económico.

La estrategia en Provincia

Bullrich no desconoce que el candidato a gobernador de Rodríguez Larreta en la Provincia, Diego Santilli, es el que más mide dentro de Juntos, lejos de los tres hombres que ella viene promoviendo para ese cargo: Néstor Grindetti, Joaquín de la Torre y Javier Iguacel. Pero asegura que “en un mes y medio” va a definirse por uno de ellos.

El que parece tener más chances es Grindetti, el intendente de Lanús, pero todo puede cambiar. Lo que es seguro, es que no irá con Santilli en su boleta. “No le va a confiar su elección en la Provincia, un distrito clave, a los fiscales de su enemigo interno”, deslizan sus colaboradores. “Va a tener muchos fiscales voluntarios”, agregan, a sabiendas que Santilli contará con el “aparato” del PRO y los recursos de Larreta como jefe de Gobierno.

Mientras tanto, avanza en su estrategia de “ganar territorialidad” en el distrito bonaerense, recorriendo los principales distritos del Conurbano. Se vanagloria que hace 10 días se sacó una foto con 37 intendentes de la Provincia. Su última “adquisición” para el álbum que va posteando en twitter fue el apoyo de Manuel Passaglia, intendente de San Nicolás. De origen peronista, en 2017 se unió a las huestes de Juntos en la Provincia. El jefe comunal ganó visibilidad con dos acciones que Bullrich considera alineadas con sus promesas de campaña: enfrentó a los Moyano cuando los camioneros sitiaron la ciudad en demanda de mejoras sectoriales, y retiró de la cobertura del IOMA a los trabajadores de su municipio, por la deficiente atención médica provincial para darles otra cobertura privada de mejor calidad desde la comuna.

La relación con Milei

Los porcentajes de intención de voto que hoy tiene Milei preocupan tanto al oficialismo como a un sector importante de Juntos. Ya casi todos hablan de un escenario en la Provincia de Buenos Aires de votos repartidos en tres para la elección nacional: un tercio para el kirchnerismo/peronismo, otro para Juntos, y el restante para Milei. Son cada vez más los que comienzan a avizorar un posible balotaje entre Bullrich y el candidato que crece presentándose como “antisistema”.

Un número que encendió alarmas en el Frente de Todos es el 38% que una encuesta le dio a Milei en Santiago del Estero, una provincia donde el gobernador Gerardo Zamora - aliado de Cristina Kirchner - fue reelecto gobernador con más del 60% de los votos.

Bullrich - según comentan quienes transitan sus oficinas de campaña - no se muestra preocupada por el economista liberal. Ella asegura que es la única de Juntos que tiene diálogo con él, pero que podría avanzar en un posible acuerdo de cara a una segunda vuelta. Apuesta a una futura colaboración en el Parlamento. “De la gravedad de la crisis del oficialismo depende que ingrese Milei al balotaje. Si la economía se desbarranca aún más, le va ser muy difícil a un candidato de ellos hacer campaña. El Frente de Todos podría perder su piso del 30% y quedar tercero”, es el análisis que hace Bullrich ante su equipo.

Mientras tanto, “la piba” como la había bautizado Hugo Moyano cuando ella lo enfrentó desde la cartera de Trabajo en la gestión de Fernando de la Rúa, afianza su vínculo con el sector mayoritario del radicalismo con el que se sacó la foto en la Fiesta de la Vendimia en Mendoza, y con Maxi Abad, titular del bloque en la Cámara de Diputados en la Provincia de Buenos Aires. Ya decidió también que su candidato a vicepresidente será un radical del interior y “con gestión”. Aunque no arriesga aún nombres, las opciones que surgen más claramente son el gobernador de Mendoza Rodolfo Suárez y el de Corrientes, Gustavo Valdés, ya que se descarta a Gerardo Morales, el gobernador de Jujuy y titular de la UCR, que ya hizo explícita su alianza con Rodríguez Larreta.

 

 

* Para www.infobae.com

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