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Massa-Goldfajn: buena cumbre en Panamá para iniciar una nueva etapa con el BID

ECONOMÍA 21/03/2023 Carlos Burgeño*
ilan-goldfajn

Sin rencores y mirando hacia adelante. Y con una muy buena relación. Sergio Massa e Illan Goldfajn iniciaron una nueva etapa en sus relaciones personales; ahora con el brasileño como titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El ex director gerente para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional y el ministro de Economía habían discutido largamente durante la etapa de Goldfajn en el organismo que maneja Kristalina Georgieva, más allá de haber llegado a acuerdos generales y de haberse aprobado las metas pactadas durante la segunda y tercera misión del FMI correspondientes a la fiscalización del segundo y tercer trimestre del año pasado dentro del acuerdo de Facilidades Especiales.

El ahora titular del BID conoce la economía argentina casi en detalle, incluyendo las debilidades expuestas (y de las otras), y se temía que en su nuevo rol mostrara una actitud algo dura con el país a la hora de analizar nuevos préstamos, indispensables en épocas de vacas flacas ante la falta de divisas. Sin embargo, los encuentros de Massa con Goldfajn en la cumbre del BID de Panamá, que se desarrolló durante el fin de semana, demostró lo contrario; y se percibió un funcionario dispuesto a ampliar la ayuda financiera al país, adelantando incluso el giro de divisas. Algo quedó claro en los encuentros panameños: el brasileño conoce e interpreta a la perfección la falta de dólares en el Banco Central como consecuencia de las circunstancias internas, externas y políticas (sobre todo estas últimas). Y, ante esto, sabía el brasileño que con el ministro argentino debían negociar la liberación de fondos para revitalizar las reservas del BCRA.

En la reunión Anual de las Asambleas de Gobernadores del BID, Massa logró que el BID firmara prestamos por más de u$s230 millones. Entre otros figuran el programa de Fortalecimiento de los Servicios de Sanidad Agropecuaria y del Manejo Sustentable de los Recursos Marítimos por u$s125 millones, el programa de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) por u$s70 millones y el programa de Apoyo a pequeños productores Vitivinícolas, con un financiamiento de u$s40 millones. Lo importante en los tres casos es que los dólares llegarán rápido y servirán para fortalecer las reservas.

Goldfajn tomó el control del BID en enero y demostró desde el primer momento que en la nueva etapa del banco dejará su impronta, con la intención de modificar la imagen de la entidad luego del traumático paso por la jefatura del norteamericano Mauricio Claver Carone, otorgándole un perfil eminentemente técnico y profesional.

Goldfajn llegó con el apoyo de una mayoría importante incluyendo, finalmente, la de la Argentina. El brasileño dijo públicamente ante los cuerpos técnicos de la entidad, que se buscará evitar tratamientos más geopolíticos que económicos, a la hora de aprobar, aumentar o retirar créditos para los socios. Situación fomentada por el ex titular norteamericano, del que Argentina fue objeto concreto. Al menos hasta que llegó Sergio Massa a Economía y reactivó la relación. Al punto de negociar y recibir un crédito de libre disponibilidad por unos u$s1.200 millones, que, en dos tramos, terminó de liberarse en la primera quincena de diciembre.

Mas allá de la buena vibra demostrada en Panamá entre Massa y Goldfajn, la nueva etapa del BID no será fácil ni flexible para el país. Al frente de la entidad hay ya no sólo un viejo conocido de la Argentina, sino alguien de perfil técnico ortodoxo; que, aunque no lleve al extremo su posición, exigirá números equilibrados y prolijos para que la entidad apruebe líneas reformistas fuera de lo común, como la de libre disponibilidad destrabada por Massa. Goldfajn lo dejó siempre en claro mientras duró su breve -pero intensa para el país- gestión como director gerente para el Hemisferio Occidental del FMI; donde terminó de negociar y luego aplicar los primeros meses del Facilidades Extendidas. El brasileño mostró en ese cargo profesionalismo técnico y conocimiento profundo de la Argentina, pero no mostró ni preferencias políticas ni económicas, ni a favor ni en contra del Gobierno de Alberto Fernández. Simplemente aplicó el reglamento del FMI a rajatabla.

Goldfajn es un hombre de buen trato, con muchos amigos locales que lo mantienen permanentemente al tanto de la secuencia política y económica del país. Reconoce la gestión de Massa pero es crítico de la marcha general de la gestión de Alberto Fernández. No se mete en problemas políticos locales, aunque considera que la falta de apoyo de la propia coalición oficialista impide reformas profundas y necesarias. En consecuencia, está convencido que la Argentina no puede asumir modificaciones radicales, y que no es posible pedirle grandes transformaciones a este Gobierno. En consecuencia, tampoco puede ser un país pasible de grandes aportes financieros. Es un defensor de la utilización de instrumentos como tasas de interés o restricciones monetarias para cumplir metas, junto con una transparencia total al público y mercados en la comunicación de los planes, objetivos y resoluciones de las autoridades monetarias.

 

 

* Para www.ambito.com

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