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Córdoba: así está la carrera para secundar en la fórmula a Martín Llaryora

POLÍTICA 17/03/2023 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior

Además de definir la fecha de las elecciones de este año en Córdoba, una incógnita que podría develarse en las próximas horas, al gobernador Juan Schiaretti aún le falta completar la fórmula que encabeza el intendente de la capital, Martín Llaryora, y que buscará estirar el reinado del peronismo provincial en tierras mediterráneas. El escenario presenta un complejo proceso de renovación generacional y política que incluso podría reformular el nombre de la coalición que José Manuel De la Sota bautizó Unión por Córdoba a finales del siglo pasado y que el actual mandatario rebautizó Hacemos por Córdoba en 2019.

La razón que justificaría el cambio de sello está íntegramente ligada a la elección de quien acompañará en la fórmula a Llaryora. Desde el comienzo de la campaña, el intendente que quiere ser gobernador propone una estrategia para engordar el frente electoral que encabeza el peronismo y lo hace tendiendo puentes con diferentes sectores de la vida política doméstica.


Diversidad intendentista
En ese plano se ubican un puñado de figuras, entre las que aparecen Myrian Prunotto y Martín Gill. La intendenta radical que tomó licencia en Estación Juárez Celman para ponerse al frente del Ente Intermunicipal de Gestión Metropolitana representa parte de esa amplitud que Schiaretti venía mostrando en su gestión. La semana pasada Prunotto encabezó un acto con cinco mil personas en el Comedor Universitario y mostró su carta más fuerte de cara a un eventual desembarco futuro en el Panal: la que moviliza a militantes radicales de toda la provincia que, disconformes con la conducción partidaria, se disponen a sumarse a una nueva coalición “para gobernar Córdoba”.

Más allá de la jugada estratégica, su postulación no genera demasiada simpatía en los sectores que desde hace tiempo vienen acusando a Schiaretti de "desperonizar" la alianza de gobierno. Sobre todo, a partir del tropezón que significó el año pasado la derrota en Marcos Juárez, cuando el oficialismo le birló una funcionaria al PRO y la puso a la cabeza de la lista que compitió por la intendencia. Perdió por 16 puntos.

El intendente de Villa María corre de atrás en la carrera para subirse a la fórmula de Llaryora pero, a pesar de quienes lo impulsan en su entorno, su proyecto político parece apuntar más allá de la convocatoria a las urnas de este año. Referente del Frente de Todos, Gill apuesta a recomponer la unidad del peronismo bicéfalo cordobés como parte de una generación de la política local que ya posee una trayectoria pero cuenta con un futuro por delante. Por eso su confluencia con las filas del oficialismo es vista como un hecho más allá de que todavía no fue formalmente comunicada.

En el armado, Gill también garantizaría la llegada de un grupo de intendentes alineados con el Frente de Todos, el radicalismo díscolo y los vecinalismos de perfil municipalista, con los que viene trabajando desde hace tiempo a partir de su paso por la cartera que conduce Gabriel Katopodis. La figura del villamariense en sintonía con el cordobesismo también significaría reformular la relación con el PJ nacional, principalmente con el massismo y el albertismo. Un arma de doble filo para las estrategia de Gill, al que no pocos le cobran haberse posicionado en la vereda del FdT en 2021, dividiendo el voto peronista en unos comicios donde Juntos por el Cambio logró una victoria arrasadora.

Purismo
Los otros nombres anotados en pos de una fórmula cordobesista “pura” son tres: Juan Manuel Llamosas, Natalia De la Sota y Alejandra Vigo.

Además de ser la compañera de Schiaretti, Vigo representa a la rama más tradicional del PJ que, con fuerte anclaje territorial y una proyección nacional importante a partir de los vínculos generados desde su banca en la Cámara alta, garantizaría la presencia de ese espacio en un lugar central de una eventual séptima gestión cordobesista. Artífice del desembarco de Llaryora en el palacio 6 de julio, la senadora este martes jugó una ficha clave. Decidió tirar por la ventana la estrategia a partir de la cual la candidatura a la intendencia capitalina de Daniel Passerini cosechaba apoyos por goteo y juntó a todo el partido en un acto masivo en el que, después de mucho tiempo, se volvió a cantar la marcha peronista. Entera.

Tiene mandato como senadora hasta 2027 y su alejamiento significaría el abandono de un lugar que el schiarettismo considera clave para sostener el poder del gobernador, que podría quedarse sin ningún tipo de incidencia en caso de que su aventura nacional naufragara. Si la decisión de volver a la provincia prospera, su escaño sería ocupado por el villamariense Eduardo Accastello, uno de los primeros cordobeses en hacer pie desde el Frente para la Victoria, que en 2015 ya se enfrentó a Schiaretti con una boleta filokirchnerista. "¿Si perdemos qué hacemos?", se preguntan en las filas cordobesistas más cautelosas.

La diputada De la Sota conjuga ese perfil tradicional con la renovación generacional que también busca vender el oficialismo provincial. La hija del fundador del cordobesismo sabe que el peso simbólico de su apellido puede atraer a votantes y a la dirigencia que en los últimos años se fueron alejando del schiarettismo, cuestionando principalmente la “desperonización” del armado del actual mandatario. Esa certeza de defender la amplitud a partir de una identidad política bien marcada es una de las características que hizo que De la Sota se acercara a sectores a los que Schiaretti no quiso o no pudo convencer de sentarse a su mesa. Entre ellos, un puñado importante de intendentes e intendentas que, como ella, emergieron a la actividad política de la mano de su padre.

Además de su nula experiencia de gestión, hay quienes desconfían de su meteórica carrera legislativa (en siete años fue concejal, legisladora y diputada) e incluso advierten que el sector que representa ya fue reconocido por el partido a partir de la candidatura de Passerini en la ciudad. Aficionada a la música y el canto, esta semana publicó un tema dedicado al fallecido exgobernador que fue tomado como una señal concreta de posicionamiento público.

A la par de Prunotto y De la Sota, Llamosas, intendente de Río Cuarto, es el dirigente más decidido a pelear por la candidatura a vicegobernador. Desde hace tiempo viene expresando su deseo de convertirse en el segundo de la lista y trabaja reuniendo apoyos para conseguir el regreso de un jefe comunal del interior provincial a una fórmula del oficialismo. El último había sido precisamente Llaryora, que tras un paso por el gabinete volvió a la intendencia de San Francisco para saltar a la vicegobernación en 2015.

Los apoyos que recoge Llamosas se acotan a los gestos de los propios funcionarios llaryoristas que visitan la capital alterna y elogian su gestión, el empuje del grupo de pares del departamento Río Cuarto y el brazo sindical que la semana pasada agregó a las autoridades que en este momento protagonizan la intervención de la CGT Regional Córdoba.

Tras convertirse en el primer intendente peronista reelecto de la historia de Río Cuarto, el mandatario del sur provincial entiende también que su momento de dar el salto ha llegado. La contracara es su pago chico, donde en 2024 ya no tiene la posibilidad de un nuevo periodo. El fracaso de su jugada provincial puede dejarlo con las manos vacías.

FUENTE: LETRAP.COM

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