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Autos secuestrados por la justicia de Córdoba: El poder la la impunidad

POLÍTICA 06/11/2022 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
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El BMW X1 que conducía Oscar González al momento del choque que le costó la vida a la docente Alejandra Bengoa y provocó serias lesiones a dos menores, tiene un valor de mercado de entre US$ 40.000 y US$ 46.000. Y es quizás uno de los vehículos más valiosos dentro del amplio universo de unidades secuestradas por la Justicia y que el Tribunal Superior de Córdoba distribuyó en distintos organismos públicos y privados. En total hay 3.437 unidades, entre motos, camiones, motores, camionetas, bicicletas, pick-ups, lanchas, tractores y automóviles. Pero no todos generan el mismo interés, el mismo entusiasmo y han llegado a ser objeto de disputa entre los pasillos del poder público de Córdoba.

Un análisis y relevamiento de PERFIL CÓRDOBA detectó, al menos, 122 vehículos que pueden considerarse de gama media-alta o de gama alta. Son las unidades que, por valor de mercado, prestaciones, confort y seguridad, tienen una valuación importante, por encima del promedio. A partir de allí, y con los datos suministrados por el portal de la Justicia de Córdoba referidos a los vehículos secuestrados, es que se buscó conocer el destino de los vehículos más valiosos, dentro de los que distribuye el TSJ, luego de que fueran secuestrados y en el marco de la ley provincial 8.550.

A dónde van los alta gama. La mayor cantidad de unidades que han sido secuestradas y luego derivadas por el TSJ llegaron a distintas dependencias de la Policía de la Provincia. Son 840 vehículos, pero en su mayoría son unidades de menor valor y el 25% son motos. Dentro del universo de vehículos de gama media-alta y alta, la Policía de Córdoba recibió unas 23 unidades. Hay camionetas, pick-ups y se destacan tres motos HarleyDavidson que tuvieron como destino la Jefatura de Policía. A esa dependencia también se destinó una VW Tiguan modelo 2013, con una valuación de mercado de entre US$ 15.000 y US $19.000. La ‘joyita’ de la Jefatura es un VW Sirocco, modelo 2013. Su cotización puede llegar a los US$ 27.000 en el mercado.

Con todo, la Policía no es el ámbito que, en términos relativos, recibió más vehículos de alta gama. Son solo 23, entre los más de 840 que le fueron asignados. En cambio, al Poder Judicial se enviaron 78 unidades, de las cuales 20 podrían considerarse como de gama media-alta o alta. Se destacan una camioneta Jeep Renegade, modelo 2018, con una valuación en el mercado de entre US$18.000 a US$ 20.000 y un VW Vento 2018, que quedó para la oficina de Protocolo del propio TSJ y que puede oscilar los US$ 26.000. Otras dependencias que recibieron una cuota interesante de vehículos con buen valor de mercado, fueron distintos cuerpos de Bomberos (con ocho unidades, la mayoría son camionetas y 4x4), el Ministerio Público Fiscal (siete), el Ministerio de Gobierno (siete) y el poder Legislativo (siete).

En el Ministerio de Gobierno sobresalen un BMW 320, modelo 2013, con una valuación de mercado promedio de US$ 24.000; un Mercedes Benz C200, modelo 2011, que ronda los US$ 17.000, una BMW X5 2008, que puede cotizarse en US$ 23.000, y dos Audi, un A1 de 2013 (unos US$ 17.000) y un A4 de 2009 (US$ 15.000).

Párrafo aparte para el Poder Legislativo, donde se inició este debate tras el choque de González y donde parecen escaparle a los autos económicos: de los nueve vehículos que se informó que fueron enviados, siete son de gama media-alta o alta, destacándose el BMW X1 de González, quien también tenía asignada una VW Amarok, una camioneta Land Rover Freelander y un Audi A5 que puede rondar los US$ 18.000. En su bloque, Dardo Iturria recibió una Toyota SW4 que oscila los US$ 27.000, en tanto a Miguel Majul se le asignó una Jeep Renegade con valor cercano a los US$ 20.000. Entre los legisladores de la oposición se destaca el Audi A4 2012, que recibió el jefe de la bancada del PRO, Darío Capitani, y que puede acercarse a los US$ 20.000. Según dijo a este medio, esa unidad fue devuelta a la Legislatura. (VER PÁGINA 7).

 

Opinión 
Más que un capricho sibarita 
Subirse a un auto de alta gama tiene muchas connotaciones. En el ámbito de los negocios, las celebridades o la alta competencia deportiva, se asocia al éxito: una postal instantánea de la popularidad y la consagración. En las altas esferas de la política, el gremialismo y el Poder Judicial también, pero además, la identificación ante los pares de que se ha logrado alcanzar y conservar una cuotaparte de poder. Una pequeña cucarda que se colocan los dirigentes unos a otros o, a veces, ellos mismos. Una manifestación narcisista que no se desprende ni siquiera en momentos en que para la mayoría de la sociedad está complicado para hacer frente a los desafíos de un nuevo mes.

Subirse a un auto de alta gama es todo eso y a veces muchos más. Puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Lo sabe Cristina Vidal, pareja del legislador Oscar González, quien a pocas horas del accidente envió un audio que se viralizó rápidamente y que generó indignación por la falta de empatía ante las víctimas del accidente: “La verdad que yo tengo que agradecer a Dios. Ayer Dios decidió que… Lo eligió a él con vida. Porque si él no hubiese venido en ese auto hoy no está con nosotros. Lo salva el auto. Se venía en otro vehículo chicos. Se le pinchó la goma y cambió de vehículo, por eso se vino en este auto, en la BMW. Que yo en algún momento me la quería dejar”. Vidal no debería agradecerle a Dios. En todo caso, al TSJ, que le designó vehículos de alta gama a la Unicameral y a la habilidad del propio González para saber justificar que necesitaba cuatro vehículos y la plata de los cordobeses para ponerles combustible y mantenerlos limpios, como merece tenerlos un buen sibarita.

Fuente: Perfil Córdoba, sobre una nota de José Busaniche

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