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La artillería que utilizará Massa en contra de la suba del gasto público para negociar con el FMI en EEUU

ECONOMÍA 05/09/2022 Martín Kanenguiser*
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El ministro de Economía, Sergio Massa, explicará ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) que la mala gestión fiscal desarrollada en la primera mitad del año por su predecesor Martín Guzmán complica el cumplimiento de la meta anual, pero que continuará las medidas para acercarse “todo lo posible” a ese target.

Así contaron a Infobae fuentes muy cercanas al ministro, días antes de su viaje a Washington para reunirse, entre otros, con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, para analizar el cumplimiento de las metas del segundo trimestre y la misión casi imposible de alcanzar las de la última mitad del año.

En conversaciones preliminares a nivel técnico, los funcionarios del Palacio de Hacienda ya compartieron planillas con el staff técnico del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo, para mostrar “la herencia” de la gestión de Martín Guzmán, que, sin éxito, intentó empezar a corregir Silvina Batakis en su efímero paso por el Palacio de Hacienda.

Este mensaje, que la semana pasada Massa ya les transmitió a los embajadores de los países del G7 en Buenos Aires, será uno de los principales argumentos del ministro para tratar de que el programa se mantenga en pie y que sigan los desembolsos de los bancos multilaterales el resto del año.

En Washington afirmaron a Infobae que, aunque haya alguna renegociación en torno de las metas clave -con más énfasis sobre la de reservas internacionales, que parece inalcanzable- el Fondo no dejará caer el programa, básicamente porque se trata de un roll over –ya no hay desembolsos netos- y porque se acercan las elecciones de 2023 y puede haber cierta expectativa, modesta, de un cambio de orientación política en la Argentina que permita tejer un programa más ambicioso con el próximo gobierno.

Si el desvío es pequeño respecto de la meta, alcanzará con pedir un waiver sin nuevas medidas; si es alto, el FMI exigirá pedir el perdón y, además, medidas correctivas, comentaron fuentes al tanto del programa argentino.

Las dudas de los consultores

En tanto, los consultores que siguen de cerca las cuentas fiscales advierten que el principal elemento que puede jugar en favor del Gobierno para acercarse lo más posible al cumplimiento de las metas fiscales es la alta inflación de este año, que rozaría los tres dígitos en diciembre.

En este sentido, afirman los analistas del sector privado que si se repiten algunas decisiones de recorte del gasto en ciertas áreas y se controlan las partidas de los Ministerios y las empresas públicas como prometió Massa, el objetivo será más sencillo de alcanzar.

El otro impulso, claro está, lo dará la recaudación corriente si se mantiene, como hasta ahora, por encima de la suba de los precios, más los ingresos extraordinarios por el anticipo de Ganancias forzado por Economía a un grupo de grandes empresas, que le reportaría cerca de $200.000 millones adicionales. Sin espacio político para generar nuevos impuestos, la máxima aspiración del Gobierno debería ser que el Congreso Nacional prorrogue la vigencia de los tributos que terminan a fin de año.

Al respecto, Gabriel Caamaño de Ecoledesma dijo que “está complicado cumplir el 2,5% del PBI de rojo primario y no incumplir la meta de deuda flotante; hacen falta más recortes, si no, no llegan”.

“Por ahora están haciendo la ‘trampa’ de que Cammesa no le pague a las generadoras y salga cobrarle a las distribuidoras a las cuales no les autorizan tarifas en el AMBA, pero eso tiene patas cortas”, advirtió Caamaño.

“Con los esfuerzos fiscales que anunciaron hasta ahora, si los cumplen, están más para un déficit del 3% siendo optimista, que para un 2,5%. Y subrayo: siendo optimista. Lo digo porque en el caso de las tarifas están teniendo problemas para implementar con las distribuidoras y está el riesgo que se lo trabe la Justicia por tema audiencias públicas de todo lo nuevo”, aclaró el experto.

Caamaño consideró que el FMI será contemplativo, aunque pedirá renegociar algunas pautas. “No tomaría el resultado fiscal a julio como indicativo de nada, porque se generó mucha deuda flotante que no podes seguir generando durante el resto del año; en todo caso la meta ya no será 2,5% y Massa no cumplirá su anuncio”, indicó.

En Washington, opinó Gabriel Caamaño, “creo que el FMI se va a comer todos los sapos, pero esta crisis la tuvimos aun con el FMI comiéndose sapos”.

Jorge Neyro sostuvo que “la dinámica fiscal del resto del año dependerá de las posibilidades del Gobierno de contener la situación inflacionaria y la recaudación por encima de la suba de precios en un entorno de enfriamiento del nivel de actividad”.

“Las medidas de ajuste del gasto por ahora son muy moderadas y no alcanzan para llegar al 2,5% anual, aunque, con alguna contabilidad creativa, puede cumplir con las metas del tercer trimestre con deuda de Cammesa que no va a entrar, pero todo dependerá en definitiva de lo que ocurra en diciembre, cuando suele haber bonos de fin de año más los aguinaldos y otros gastos”, explicó Neyro.

“Hasta último momento será desafiante ver si cumple o no; puede ser que llegue al 2,7% y que tenga que pedir un pequeño waiver en enero o febrero. Todo el trabajo de ajuste lo va a hacer la inflación y el trabajo del Gobierno, al mismo tiempo, será moderar los reclamos sociales que, justamente, surgirán por esta misma inflación alta”, resaltó el economista.

En esa sintonía, Sebastián Menescaldi de ECO GO dijo que “hay posibilidades de que Massa cumpla si logra contener todas las demandas sociales y de las provincias que va a tener; la ventaja para Economía es que este año no hay elecciones así que no se va a repetir todo el gasto social que hubo en 2021. Eso, si no se repitiera, ayudaría mucho a desacelerar fuerte el gasto público”.

“Si tomás los últimos 12 meses hasta julio, estás en un déficit fiscal del 3% del PBI; así que solamente con no tener el gasto extraordinario del 2021, es bastante factible cumplir con la meta si además se implementa el aumento de las tarifas”, detalló Menescaldi.

Bruno Bonfanti de Ecolatina agregó que “la segunda mitad del año estará signada necesariamente por una mayor austeridad fiscal: el gasto primario deberá continuar con su trayectoria de reducción en términos reales si el Gobierno pretende cumplir con la meta acordada (2,5% del PBI) y dar señales fiscales contundentes para anclar las expectativas, lo cual será clave para sostener el rollover de deuda en el mercado doméstico”.

Ajuste fuerte

“La próxima meta fiscal en el horizonte aparece recién a fines de septiembre. Estimamos que de continuar con esta trayectoria el Gobierno podría cumplir con la meta del 2,5% del PBI para el rojo primario en 2022. Sin embargo, alcanzar tal objetivo no será para nada sencillo dado que el gasto primario no sólo debería mostrar una reducción real en su comparación interanual, sino que también en su comparación semestral. Esto último se traduciría en un ajuste fiscal (intra-año) pocas veces visto: en los últimos 30 años únicamente en 2001 y en 2002 el gasto primario del segundo semestre fue inferior al del primer semestre en términos reales”, observó Bonfanti.

En este contexto, aclaró, “los desafíos no serán únicamente económicos. Pese a que la inflación será la gran aliada del Gobierno en materia fiscal para lo que resta del año, el nuevo ministro también deberá administrar los pedidos de recomposición de ingresos en un contexto social sumamente frágil. En conclusión, la encrucijada pasará por armar el complejo rompecabezas del gasto público en los próximos meses. Lamentablemente, ningún ajuste estará libre de costos y lo que no se recorte en una partida deberá compensarse por otro lado”.

A su vez, Juan Paolucci de Empiria afirmó que “será muy difícil cumplir la meta de 2,5% del PBI porque necesitas dar peleas políticas que no veo que el Gobierno esté dispuesto a dar. De todos lado, tenés que recortar un poco, y no hay una variable que sea muy significativa que puedas tocar y bajar 0,7% del PBI para bajar del déficit inercial que tenes en 3,2/3,3 por ciento”.

“La corrección de tarifas fue automáticamente compensada con un bono a jubilados, y hasta ahora en lo único que se ahorró fue en cupos presupuestarios (apenas 0,1% del PBI) y el adelanto del pago de impuestos a las ganancias (0,2% del PBI) que tiene impacto negativo en 2023 (o habrá que hacer otro “a cuenta” ese año, restando ingresos para el que venga en 2024). La verdad que no veo posible que se cumpla. El gasto debería bajar pasar del aumento de 15% real que se vio en el primer semestre, a contraerse 9% en términos reales en el segundo semestre. Todo esto en un contexto social delicado”, concluyó el economista de Empiria.

En Washington el equipo económico hará el esfuerzo para demostrar que quiere cumplir y el FMI evaluará si puede; el laudo estará seguramente a medio camino entre los datos técnicos y la voluntad política.

 

 

* Para www.infobae.com

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