Alerta radical por simpatía nacional con Schiaretti

Rodrigo de Loredo y Mario Negri compartieron ayer una reunión de trabajo convocada por el bloque Juntos UCR, que preside Juan Jure, para que los legisladores provinciales y los diputados nacionales planteen una agenda política común. Pero particularmente interesaba la foto de los dos grandes antagonistas del 2021, juntos y gregarios.

El anterior presidente del bloque, Marcelo Cossar, participó de la reunión con una remera que tiene impresa el título de una canción de John Lennon: “Give peace a chance”, o sea dale una oportunidad a la paz. Probablemente Cossar estaba motivado por la invasión a Ucrania, pero los radicales, en especial De Loredo y Negri, también tienen que darle una oportunidad a la paz en el radicalismo, para llegar con chances a las elecciones del año próximo.

En la mesa de la sala del bloque radical, Jure se sentó a la cabecera; a su diestra, De Loredo, y a su siniestra, Negri. También participaron otras dos diputadas: la veterana (en la banca) Soledad Carrizo y la novel y sufriente Gabriela Brouwer de Koning. Marcos Carasso y Hugo Romero tuvieron faltas justificadas porque volaban a Buenos Aires a esa hora. Del plantel de legisladores, además de Jure y Cossar, dieron el presente la deloredista Elisa Caffaratti, el alfonsinista Dante Rossi, el riocuartense Antonio Rins, y las negristas Patricia De Ferrari y Daniela Gudiño (Marisa Carrillo y Verónica Garade, ambas mestristas, han sacado licencia).

 
El encuentro del bloque de legisladores con los diputados nacionales se agregó a los ya realizados por Jure y los demás con el Comité Central y con los intendentes del Ente.

La reunión de ayer, además del protocolo y las promesas de trabajo en común, tenía el valor de exhibir juntos a De Loredo y a Negri, y para tranquilidad de los legisladores, ambos fueron muy participativos y no dejaron ver molestias.

Como puede imaginarse, todos prometieron trabajar por la unidad de la UCR y la cohesión de Juntos por el Cambio, como requisitos fundamentales para el éxito electoral que se pretende alcanzar en 2023.

Más difícil fue el asunto de las visitas y elogios de dirigentes radicales al Panal. El viernes, el diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, y aspirante a la candidatura presidencial, Facundo Manes, confesó que quiere al peronista Juan Schiaretti como aliado de Juntos por el Cambio, e incluso fue a visitarlo a su despacho; similares atenciones tuvo en su momento el presidente del Comité Nacional y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. Resignados, los radicales reunidos ayer lamentaron que los dirigentes que llegan a Córdoba resuelven besar las manos del gobernador sin avisarles. Así, por supuesto, es difícil hacer oposición. Al respecto, coincidieron en que no se criticarán las obras públicas, pero sí el endeudamiento en dólares, que consideraron irresponsable, y las altas tarifas e impuestos que pagan los cordobeses, entre otras cuestiones.

La pregunta del millón es cómo jugar si realmente Schiaretti cierra una alianza nacional con Juntos por el Cambio. ¿Cómo repercutirá en Córdoba? ¿Otra vez saldrá perjudicado el radicalismo cordobés?

Al concluir el evento, el austero anfitrión (no hubo más que agua y unas galletitas con membrillo como toda merienda) declaró que “fue una reunión muy positiva, donde dialogamos sobre las demandas de los cordobeses y la necesidad de impulsar acciones conjuntas para defender los intereses de Córdoba y de sus ciudadanos”.

“Coincidimos en la necesidad de impulsar una nueva ley para rediscutir una distribución equitativa de subsidios, y evitar el reparto discrecional de fondos nacionales de acuerdo a afinidades políticas”, agregó.

Por su parte, De Loredo manifestó: “Estamos convencidos que articulando agendas y acciones conjuntas es más factible que encontremos soluciones a los problemas ciudadanos, que logremos poner un límite a los atropellos y que la agenda de la discusión pública refleje verdaderamente la agenda de la gente y no de la política”.

Fuente: Alfil Diario. Nota Alejandro Moreno