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Alberto Fernández puso fin al programa Stand-By de Macri con el FMI que dejó una deuda de 44.000 millones de dólares

Martín Guzmán envió a la directora gerente Kristalina Georgieva una renuncia formal al cumplimiento de las metas económicas y financieras prometidas por la administración de Cambiemos y ya prepara la estrategia de negociación con el Fondo para cerrar un nuevo acuerdo bilateral

POLÍTICA 02/08/2020 Gustavo Alzirac
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El ministro de Economía, Martín Guzmán, envió a la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, la cancelación formal del programa Stand-By que acordó Mauricio Macri con Christine Lagarde bajo los auspicios de la Casa Blanca. Macri nunca cumplió las metas negociadas con el FMI y dispendió 44.000 millones de dólares -sobre un total otorgado de 56.000 millones-, facilitando así la fuga de divisas a la vez que aplicaba un plan de ajuste que fue clave para explicar su derrota frente a Alberto Fernández.

El documento oficial remitido por Guzman a Washington sólo implica que Argentina ya no está obligada a continuar con el programa Stand-By que aceptó Macri y trató de ejecutar Nicolás Dujovne, entonces ministro de Economía. Desde esta perspectiva, el plan de Lagarde-Macri fue un fracaso y aún restan devolver los 44.000 millones de dólares que empezaron a ingresar a mediados de 2018 y que terminaron de evaporarse en 2019.

A mediados de la semana pasada, Guzmán convocó a Cecilia Todesca -vicejefa de Gabinete-, a Matías Kulfas -ministro de la Producción-, a Sergio Chodos -representante de la Argentina en el FMI- y a Miguel Pesce -titular del Banco Central- para ratificar que la renuncia formal al Stand-By/Macri había llegado al despacho de Georgieva y para analizar la estrategia frente a una nueva negociación con el organismo bilateral.

“Todas las opciones están sobre la mesa”, reveló un protagonista de este cónclave cuando se le preguntó sobre la apertura de las conversaciones con el staff técnico del FMI.

Eso significa que Argentina puede optar -como principales variables- por otro Stand-By o por un Crédito de Facilidades Extendidas; ya que hay renuncia formal al programa acordado por Macri, no se exigirá el remanente de casi 12.000 millones de dólares que faltaba desembolsar y se le manifestó a Georgieva la voluntad política de seguir pagando los intereses y negociar un roll over del capital girado por el FMI (44.000 millones de dólares).

Cuando la Reserva Federal de Estados Unidos aumentó las tasas, la sequía achicó el ingreso de divisas y las LEBACS se transformaron en una trampa mortal, Mauricio Macri movió su influencia personal y política para obtener un histórico crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI) destinado a estabilizar su plan económico y lograr una tregua social que soportara su deseo de continuar en la Casa Rosada hasta fines de 2023.

Donald Trump apoyó a Macri sin dudar y ordenó a Lagarde, directora gerente del FMI, que hiciera lo indispensable para satisfacer las necesidades de su aliado clave en América Latina. Lagarde se cuadró con Trump y, pese a las resistencias de su staff y de ciertos países de Europa, concedió al Presidente argentino un crédito Stand-By de 57.000 millones de dólares.

Macri estaba plegado a la agenda geopolítica de la Casa Blanca -con Venezuela, Cuba, Irán y Bolivia-, era un actor principal en el Grupo Lima y mantenía una precaria distancia frente al conflicto global-estratégico que aún protagonizan Estados Unidos y China. En este contexto, Trump avaló a su amigo personal y forzó una línea de crédito que no tenía antecedentes en la historia del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Macri soslayó el impacto de los programas de ajuste en las estrategias electorales, y pensó que el crédito blando de 57.000 millones de dólares del FMI permitiría estabilizar la economía y lograr su reelección como presidente. En la historia del Fondo, ningún jefe de Estado democrático logró mantenerse en el poder tras aceptar un plan de ajuste a cambio de un Stand-By.

Y Macri no fue la excepción.

La crisis económica terminó con dos titulares del Banco Central -Federico Sturzenegger y Luis Caputo- y causando un malestar social que desembocó en el triunfo de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner.

En los próximos días, Guzmán llamará al despacho de Georgieva para iniciar las negociaciones formales con el FMI. Se trata de financiar la deuda de 44.000 millones de dólares y de acordar un programa de metas que no repita la experiencia protagonizada por Macri y Dujovne.

“Nosotros somos diferentes y no habrá plan de ajuste”, prometió Alberto Fernández en Olivos.

Con información de www.infobae.com sobre una nota de Román Lejtman

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