El cuidado de las mascotas en las fiestas

SOCIEDAD Ana Cohen
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Con el acercamiento de las celebraciones de fin de año, los riesgos para las mascotas aumentan considerablemente. Expertos advierten sobre la necesidad de extremar cuidados para prevenir accidentes y emergencias veterinarias. Según un informe, una de cada tres mascotas sufre algún tipo de incidente durante estas festividades.

Consultado un profesional veterinario de nuestra ciudad, este señaló que los perros tienen una capacidad auditiva hasta diez veces mayor que la de los humanos, y los estruendos que provoca la pirotecnia pueden generar niveles de estrés comparables a un ataque de pánico. "El animal no entiende lo que ocurre, y ese estado puede prolongarse durante horas", advirtió.


El profesional subrayó que este pánico constante puede tener consecuencias graves. El miedo extremo puede llevar a los animales a escapar, causar accidentes de tránsito y, en algunos casos, morder a personas o sufrir lesiones al intentar refugiarse en lugares inapropiados. Estos riesgos, indicó, convierten la situación en una cuestión de salud pública.


También se pronunció en contra de la automedicación. Desaconsejó el uso de sedantes sin control profesional, especialmente las "gotitas" de acepromacina, que inmovilizan al animal pero no eliminan su conciencia. "El perro sigue sintiendo miedo, pero no puede moverse, lo que agrava el problema", alertó.


Se recomendó consultar siempre a un veterinario para obtener la medicación adecuada según el tamaño y peso del animal. Asimismo sugirió no adquirir productos en forrajerías o ferreterías sin la orientación de un profesional. Preparar un ambiente seguro en casa, como un cuarto cerrado con música a volumen alto, puede ayudar a mitigar el ruido exterior durante las celebraciones.

También alertó sobre los peligros asociados a la comida durante las fiestas. Consultada sobre las emergencias más frecuentes luego de Navidad y Año Nuevo, señaló que es habitual la atención de mascotas con cuadros severos de gastritis y gastroenteritis por haber ingerido restos de comida humana. “El cuerito del lechón, los dulces o el alcohol generan cuadros graves”, afirmó, y ejemplificó: "Si a un humano de 70 kilos le hace mal, imaginen lo que le hace a un perro pequeño".

Finalmente, realizó un llamado urgente a no suministrar medicamentos de uso humano para tratar estos síntomas. "Eso suele agravar la situación y puede ser muy peligroso", advirtió. 

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