


Cada año, miles de personas son diagnosticadas con demencia en todo el mundo. Un nuevo estudio de centros científicos en España sugiere que la calidad de los carbohidratos puede influir en el riesgo de trastornos neurodegenerativos, como el Alzheimer.
La investigación, publicada en el International Journal of Epidemiology, fue realizada por la Universitat Rovira i Virgili (URV), el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) y el Centro de Tecnología Ambiental, Alimentaria y Toxicológica (TecnATox) en Cataluña. El equipo analizó durante más de 13 años los hábitos alimenticios de más de 200,000 adultos en el Reino Unido y concluyó que consumir carbohidratos de bajo índice glucémico podría reducir el riesgo de demencia.
La investigación se centró en el índice glucémico (IG), un indicador que mide qué tan rápido los carbohidratos aumentan los niveles de glucosa en sangre. Alimentos como las papas y el pan blanco tienen un IG alto, mientras que la fruta y los cereales integrales presentan un IG bajo.
Los resultados revelaron que las dietas con un IG bajo a moderado se asocian con una reducción del 16% en el riesgo de Alzheimer. En contraste, un IG alto está vinculado a un aumento del 14% en dicho riesgo. La relación se atribuye a los picos de glucosa en sangre tras consumir ciertos alimentos y su efecto en la salud cerebral a largo plazo.
El estudio indica que los carbohidratos son el componente más abundante de la dieta, representando aproximadamente el 55% de la energía diaria que consumen los adultos. No solo su cantidad, sino también su calidad, es fundamental para la salud metabólica y el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
Se recomienda priorizar alimentos frescos y poco procesados, como frutas, legumbres y cereales integrales, que ayudan a mantener niveles estables de glucosa en sangre. Por el contrario, el consumo de alimentos de alto IG, como pan blanco y dulces, se asocia con fluctuaciones bruscas en los niveles de azúcar, aumentando así el riesgo de demencia.
Aunque la edad es el principal factor de riesgo para los trastornos cognitivos, los expertos enfatizan la importancia de la alimentación como parte de las estrategias preventivas. El estudio resalta la necesidad de considerar tanto la cantidad como la calidad de los carbohidratos para prevenir y manejar las demencias.






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