Kicillof desafía a Milei con una carta abierta: “El futuro no se construye con sometimiento, sino con respeto y cooperación”

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • Axel Kicillof publicó una carta abierta a Javier Milei con fuertes críticas al rumbo económico nacional.
  • Denunció el impacto del ajuste sobre trabajadores, jubilados y sectores medios.
  • Cuestionó la “injerencia extranjera” de Donald Trump y Barry Bennet en la política argentina.
  • Reclamó respeto al federalismo y criticó la exclusión de gobernadores opositores.
  • Denunció recortes en fondos y obras para la provincia de Buenos Aires.
  • Llamó al diálogo político y advirtió que el futuro del país no se construye “con odio ni sometimiento”.

El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, difundió una carta pública dirigida al presidente Javier Milei en la que cuestiona con dureza el rumbo económico del Gobierno nacional y advierte sobre las consecuencias sociales del ajuste. El texto, extenso y cuidadosamente redactado, combina una crítica técnica al modelo libertario con un llamado político al diálogo y una defensa enfática del federalismo.

Desde el inicio, Kicillof reconoce el triunfo electoral de La Libertad Avanza en los comicios del 26 de octubre, pero aclara que “la recesión, la caída del consumo y la angustia social persisten” a pesar del cambio de tono presidencial. Según el mandatario provincial, los efectos del plan económico se sienten en todos los sectores: jubilados, trabajadores, comerciantes, industriales, estudiantes y las familias más vulnerables. “El país atraviesa una recesión profunda, con pérdida de empleo y un clima de desesperanza generalizada”, resume.

En uno de los pasajes más directos, Kicillof sostiene que el modelo de Milei “ha fracasado” porque se basa en “mantener un dólar bajo y una recesión prolongada para controlar los precios”. Aunque valora que el presidente haya moderado su discurso público, aclara que “gobernar exige mucho más que evitar los insultos”: debe hacerse “dentro de la Constitución, respetando el federalismo y defendiendo el interés nacional”.

El gobernador también apunta contra la influencia internacional en la política argentina. Calificó de “vergonzosa” la injerencia del expresidente estadounidense Donald Trump, quien —según recordó— amenazó con “no ser generoso” si Milei perdía las elecciones. Kicillof denunció además la llegada al país de Barry Bennet, supuesto emisario de Estados Unidos, cuya intervención habría tenido el propósito de “ordenar la campaña y el gobierno” del presidente libertario. “No existen antecedentes de una intromisión económica y política de tal magnitud y explicitud en la historia argentina”, escribió, en un párrafo que busca vincular la política económica con una pérdida de soberanía.

Más adelante, el mandatario bonaerense acusa al Gobierno de discriminar a las provincias que considera opositoras. “No es buena señal excluir a los gobernadores que usted considera ‘enemigos’. Las provincias que no fueron convocadas representan a más del 40% de la población argentina”, advierte. Y agrega que esa exclusión “es un gesto antidemocrático y contrario al espíritu federal”.

En tono firme, Kicillof defiende el rol de la provincia de Buenos Aires y denuncia que fue una de las más afectadas por las medidas del Ejecutivo nacional. Menciona la quita de subsidios al transporte, la eliminación de fondos específicos —como el Fondo de Seguridad y el de Incentivo Docente—, la paralización de obras de infraestructura y de 16.000 viviendas, además de una deuda que, según sus cálculos, “supera los doce millones de millones de pesos”. La provincia, recordó, aporta el 40% de la recaudación nacional y recibe apenas el 7%, algo que definió como una “injusticia estructural”.

Kicillof también dedicó un tramo de la carta al escenario interno del peronismo. Dejó en claro que no apoyará ninguna reforma “que implique la quita de derechos, la destrucción de la producción o un mayor ahogo social”. Reivindicó la necesidad de un debate serio sobre el futuro del país, recordando que ya había convocado al diálogo tras las elecciones provinciales del 7 de septiembre, y que ahora reitera ese llamado en un contexto político más adverso.

En el cierre, el gobernador bonaerense apeló a un tono más emotivo: “Los argentinos la están pasando mal. Las familias están endeudadas, los comercios vacíos, la industria paralizada, los salarios pulverizados. Su política económica está destruyendo el tejido social y productivo de la Argentina. Por eso le pido que escuche, que corrija, que dialogue. No con los mercados, sino con la gente. No con los poderosos de afuera, sino con los trabajadores, los empresarios y los gobernadores de su propio país”.

Con esa exhortación, Kicillof busca posicionarse como una voz de oposición institucional, que reclama diálogo y plantea límites al ajuste. Su carta combina crítica política, diagnóstico económico y una señal de liderazgo dentro del peronismo, en un momento en que las tensiones con el gobierno libertario y las divisiones internas del movimiento justicialista parecen profundizarse.

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