Milei redobla su ofensiva contra el periodismo: insultos, acusaciones y teorías de sabotaje

• Nuevo ataque al periodismo: Javier Milei calificó a los medios críticos como “enemigos que intentan matarte” y denunció una “operación sistemática” contra su gobierno.
• Críticas a Julia Mengolini: La acusó de liderar una campaña de difamación y dijo que recibió insultos como “incestuoso” o “nazi” de parte de periodistas.
• Ofensas y generalizaciones: Tildó de “soretes” a periodistas, habló de “mala leche” y “déficit intelectual” en quienes critican al Gobierno.
• Mensaje solidario opacado: El anuncio de una donación a refugios de animales fue eclipsado por el tono beligerante del presidente.
• Narrativa de confrontación: Reafirmó su postura de que los medios no son críticos sino enemigos que buscan sabotear su gestión.
• Preocupación institucional: El discurso violento genera alarma entre periodistas, organismos de derechos humanos y sectores políticos.

En una nueva escalada verbal, el presidente Javier Milei volvió a atacar con dureza al periodismo argentino, al que calificó sin eufemismos como “un enemigo que intenta matarte”. Durante una transmisión en vivo junto a su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, el mandatario acusó a la prensa crítica de encabezar una “operación sistemática” para boicotear su gestión.

“La política, los empresarios prebendarios, los periodistas corruptos y los sindicalistas necesitan que esto salga mal, porque si no a ellos les va mal”, sostuvo Milei en el streaming transmitido por Neura. “No estamos hablando de adversarios, estamos hablando de enemigos”, insistió, en un tono beligerante que ya se ha vuelto habitual.

Julia Mengolini, en la mira
Una parte significativa del mensaje presidencial estuvo dirigida a la periodista Julia Mengolini, a quien acusó de encabezar una campaña de difamación. Según Milei, Mengolini habría admitido estar dispuesta a “decir cualquier barbaridad” con tal de impedir el avance del proyecto libertario. “Me han dicho incestuoso, zoofílico, homofóbico, nazi… los que tiraron la piedra fueron ellos”, denunció el presidente, haciendo referencia a críticas recibidas en medios y redes sociales.

Las acusaciones llegaron después de un fin de semana donde la periodista fue blanco de ataques digitales desde cuentas cercanas al oficialismo, generando preocupación por el clima de hostigamiento en el espacio público.

“Mala leche” y “déficit intelectual”

Sin mencionar nombres concretos, Milei también apuntó contra otros periodistas por “manipular zócalos” y tergiversar noticias. “Ese sorete que recortó el zócalo… estaba dando una buena noticia y necesitaba hablar mal del Gobierno”, dijo, visiblemente molesto. Luego amplió su crítica al asegurar que detrás de muchos cuestionamientos hay “real malicia, mala intención, mala leche y también un déficit de coeficiente intelectual”.

Un mensaje solidario opacado por la confrontación

Paradójicamente, las declaraciones se dieron en el marco de un anuncio solidario: una donación de un millón de pesos a dos refugios de animales. Pero el objetivo solidario quedó rápidamente relegado por el tono confrontativo del mandatario, que una vez más eligió polemizar con periodistas y medios antes que enfocarse en el contenido del anuncio.

La prensa como blanco político

Lejos de moderar su discurso, Milei profundizó su mirada hostil hacia los medios de comunicación. “Estamos haciendo el mejor gobierno de la historia y a esta gente le revuelve las tripas”, declaró. Y volvió a reforzar su tesis: “Lo que enfrentamos es un conjunto de soretes que no pueden aceptar que las cosas están saliendo bien”.

El presidente sostiene una narrativa en la que los medios que no acompañan su proyecto no cumplen una función crítica o de control, sino que actúan como una amenaza directa a la estabilidad del gobierno. En este marco, la libertad de prensa y el rol del periodismo independiente se convierten en blanco frecuente del discurso oficial.

Un tono que incomoda

El estilo agresivo de Javier Milei ha generado preocupación en sectores del periodismo, organismos de derechos humanos y la oposición política. A pesar de los reiterados cuestionamientos por el tono y el contenido de sus declaraciones, el mandatario sigue apostando por una estrategia de confrontación abierta que lo posiciona, a la vez, como víctima de una supuesta “campaña del sistema” y como el único capaz de enfrentarlo.

En esta nueva arremetida, Milei parece dejar claro que el “enemigo” no solo está en la política tradicional: también —y quizá sobre todo— está en las redacciones.