Reservas: advierten que la primera revisión del acuerdo con el FMI terminaría en un "waiver"

ECONOMÍA Carlos Lamiral*
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Los miembros del staff del Fondo Monetario Internacional (FMI) miran con cierta preocupación al ministro de Economía, Luis Caputo, porque esperaban que a esta altura del año el Banco Central ya estuviera comprando reservas para cumplir con la meta pactada con el organismo.

La realidad es que la entidad financiera no interviene en el mercado, y parece estar priorizando el objetivo de baja de la inflación, ante el año electoral. Allí cobran otro sentido las declaraciones de Kristalina Georgieva, la número uno de la entidad, quien pidió a los argentinos no apartarse del camino en el año de las elecciones. No le habría estado hablando a los electores, sino a Javier Milei.

Por eso se advierte que las relaciones volverán a ser ásperas de cara al julio, cuando llegue la primera revisión del acuerdo firmado en abril. Si todo sigue así, es muy probable que haya que pedir un "waiver" o “dibujar” de alguna manera un incumplimiento en el arranque del programa.

El acuerdo, según números de la sociedad de bolsa Cohen Argentina, implica que en 2025 hay que sumar u$s5.000 millones. De ellos, unos u$s2.000 millones deben estar a mitad de año. Con eso y los créditos de organismos, el BCRA llegaría al 31 de diciembre con reservas netas positivas en u$s1.600 millones.

Hasta ahora no ha pasado nada. El BCRA puede comprar dentro de la banda cambiaria de entre $1.000 y $1.400 si quisiera aprovechar la temporada de máxima liquidación, pero no lo está haciendo, alentando la idea de que el dólar tiene que ir al piso.

Según han dejado trascender funcionarios del Gobierno y del BCRA, la manera de sumar esos dólares no sería por superávit de cuenta corriente, sino pidiendo nuevamente más plata prestada.

El Gobierno tiene un "trilema"

Al respecto, el economista Eduardo Levy Yeyati explicó a un grupo de inversores convocados por Adcap Grupo Financiero que “el acuerdo con el FMI despejó los riesgos en los próximos meses pero no despeja el trilema entre bajar la inflación, acumular reservas y crecer”.

“La discusión con el Fondo estaba trabada por el problema cambiario, no tanto por el cepo. El levantamiento del cepo le sirvió al Gobierno para avanzar en un problema que tarde o temprano tenía que atacar y de paso para arropar una narrativa de recuperación de iniciativa”, explicó Yeyati.

El economista calificó que en la discusión con el staff del FMI, el cepo era un “tema secundario” porque el eje era subir el tipo de cambio a un nivel que permitiera comprar los dólares para pagar a los acreedores privados y al propio FMI.

Pero Yeyati advierte que “lo que hizo efectivamente el Gobierno fue optar por un realineamiento de lo que era el 'crawling peg' original que era del 1% y llevarlo al 30% y el establecimiento de una banda que llamaría unilateral”.

"El acuerdo era que iban a comprar dentro de la banda"

“Así que subió el crawl 30% y se transformó en el techo de la banda. Hoy hay percepción de que el tipo de cambio está flotando con una administración muy leve del BCRA pero no termina de resolver el problema de las reservas”, explicó.

En ese sentido, el analista recordó que “el entendimiento con el Fondo era que el Gobierno iba a comprar dentro de la banda reservas aprovechando la estacionalidad de la liquidación de divisas de los exportadores”.

Pero advierte que el equipo económico, a espaldas del Fondo o con alguna venia informal, “siguió priorizando la baja de la inflación”.

“Si bien no hay una intervención para deprimir el precio del dólar hay una abstinencia del BCRA comprando pocos dólares en un momento en que la afluencia de dólares tiende a apreciar la moneda”, agregó.

Por eso sostiene que “si la acumulación no es ahora, uno percibe que va a ser más difícil más adelante en cuarto trimestre y esto abre una puerta a una potencial tensión con el Fondo que todavía esta solapada”.

“Hablando con gente del Fondo, esperaban que el Gobierno estuviera acumulando reservas. Esa tensión va a parecer, primero en las metas en la próxima revisión. Es probable que se queden cortas. Es cierto que el Gobierno está planeando operaciones financieras para elevarlas con deuda, pero lo más probable es que tenga que negociar un 'waiver'”, anticipó.

El riesgo de poner en duda "el puente" hasta el retorno a los mercados

El analista indicó que “el mercado lo va a percibir como noticia negativa y puede inhibir la compresión de spreads que estaba sobreentendido en el programa que está pensando como un puente hacia la recuperación del acceso a los mercados, idealmente al principio del año que viene”.

“No hay un camino a la compresión a 400 puntos como imaginaba el Gobierno y algunos analistas. Si esto es así se abre una fuente de riesgo importante. Si no vuelve al mercado no está claro el programa financiero de pago del servicio de la deuda privada”, añadió Levi Yeyati.

El profesional agregó que esa situación “tarde o temprano va a empezar a pesar sobre el crédito y las inversiones que necesita Argentina para crecer no van a aparecer”. En el caso del Régimen de Incentivo al Grandes Inversiones (RIGI), las empresas que anunciaron proyectos todavía no los han iniciado. El profesional indicó que “están esperando cómo se resuelve el frente externo”.

En ese sentido, indicó que pareciera ser que el Gobierno “va a postergar el proceso de recuperación de reservas para después de las elecciones”.

Allí es donde aparece la insistencia en un nuevo blanqueo, en segunda etapa. Trataría el Gobierno de sumar nuevamente dólares que terminen en créditos a empresas, que a su vez tengan que vender las divisas al BCRA, quien así compraría reservas. En Adcap advirtieron que ese esquema se llevó a cabo en la primera versión del blanqueo, pero no logró tener éxito, ya que en marzo dio señales de agotamiento con la suba de la inflación y el desenlace del nuevo entendimiento con el Fondo, con el aporte de u$s20.000 millones.

 

 

*Para www.ambito.com

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